Las escuelas infantiles estudian demandar a Educación por la falta de control de los centros alegales
Dicen que más de 80 negocios incumplen la normativa de la DGA y les achacan parte de los 2.500 alumnos que han perdido.
La patronal que aglutina al centenar de escuelas infantiles autorizadas por el Gobierno de Aragón estudia demandar al Departamento de Educación por el "inexistente" control que hace de las guarderías alegales, donde se atiende a niños de 0 a 3 años "sin cumplir con la normativa establecida". Se trata de más de 80 centros en toda la Comunidad y, según destaca Ana Acosta, presidenta de la Patronal Aragonesa de Centros de Educación Infantil (Pacei), su presencia y el impulso de las aulas de dos años en los centros públicos son los responsables de la caída de alumnos matriculados.
"El descenso de la natalidad y la covid han hecho mucho daño, pero estadísticamente lo que más nos preocupa son los otros factores", subraya. Según sus estimaciones, en los últimos tres años habrían perdido unos 2.500 menores -a una media de 800 escolares al año-. "La mayoría de los centros tienen una bajada preocupante de plazas", apunta, aunque reconoce que la situación es desigual en función de la demografía del barrio -todavía los hay con elevadas tasas de natalidad como Valdespartera o Parque Venecia- y de la existencia de alternativas.
Todos los distritos cuentan con escuelas alegales -que no cumplen toda la normativa de 2005, aunque tienen licencia municipal como ludotecas, jardines de infancia o espacios similares- y en determinadas zonas, además, existen colegios con escolarización temprana a los dos años. "Hay familias que desconocen que todos los centros no están autorizados por Educación y les sorprende que, sin cumplir la normativa, puedan estar abiertos", detalla Acosta.
Sobre esta cuestión se prevé sostener la demanda a la Consejería que dirige Felipe Faci. "Tanto el Departamento como los ayuntamientos tienen una nula voluntad de regular los centros alegales que ofertan plazas de escolarización de 0 a 3 años", critica, al tiempo que recuerda que la nueva ley educativa, la Lomloe, en su artículo 12.2 establece que los "centros que acojan de manera regular durante el calendario escolar a niños y niñas con edades entre cero y seis años deberán ser autorizados por las Administraciones educativas como centros de educación infantil". El objetivo es que todas las escuelas que desarrollen esta labor cumplan la normativa de 2005, que entre otras cuestiones, recoge la obligación de que cuenten con un recreo, de al menos 75 metros cuadrados; una sala por cada unidad; y un aseo por aula destinada a niños de dos a tres años.
Desde la patronal también reclaman a la Administración que, como en otras comunidades, se subvencionen plazas para ayudar a la conciliación de las familias. En este sentido, consideran que la ayuda de hasta 1.000 euros que se da a las madres trabajadoras que llevan a sus hijos de hasta tres años a centros homologados podría ingresarse de manera mensual, en lugar de tratarse de un importe anual.
Los efectos de la covid
Para la Asociación Aragonesa de Centros de Educación Infantil (Asacei) la situación durante este último año ha mejorado tras el varapalo sufrido en septiembre de 2020 a consecuencia del "miedo" que tenían las familias por la pandemia. En algunos casos, incluso el 50% de los niños matriculados se dieron de baja y "la mayor parte no se recuperó durante el curso". Ahora se ha regresado casi a la normalidad y en los barrios del sur de Zaragoza, donde existe una mayor población, tienen nuevamente las plazas ocupadas.
Además, estos centros mantienen buena parte de las medidas anticovid que se pusieron en marcha durante el curso pasado. "Tenemos alguna restricción menos, ya que se permite en las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde -cuando hay menor volumen de alumnado- juntar a varios grupos burbuja", puntualizan. No obstante, las familias todavía no pueden acceder al interior y se mantienen la desinfección de las aulas, la limpieza de manos y la ventilación como elementos clave para controlar la propagación del virus.
