patrimonio
El tesoro romano oculto en El Burgo de Ebro quiere ver la luz
El yacimiento de La Cabañeta, único en España, trata de emerger con una asociación de apoyo, una exposición y la exhibición de sus piezas en el Museo de Zaragoza.
Hace unos 2.100 años, más de 6.000 legionarios romanos vivían a las afueras de lo que ahora es El Burgo de Ebro, sobre una terraza de tierra que se eleva a apenas 200 metros del río. Antes incluso de la fundación de Caesaraugusta, esta ciudad -primero campamento- se extendía por más de 21 hectáreas de terreno e incluía, además de las viviendas, varios edificios públicos, entre ellos un gran complejo termal. Hoy, los secretos de aquel poblado -ahora conocido como La Cabañeta- permanecen ocultos bajo tierra. Una asociación vecinal, una exposición en El Burgo y la próxima exhibición de algunos de sus hallazgos en el Museo de Zaragoza quieren sacarlos a la luz o, al menos, que se ponga el foco en su importancia.
La Asociación para la Protección y Conservación de La Cabañeta, que reúne ya a más de un centenar de socios, está presionando para que se impulsen los estudios sobre el yacimiento y para que se difundan sus hallazgos. “Tenemos que ir todos a una para que la gente sepa lo que hay aquí, porque es un sitio muy desconocido”, apuntan Miguel Pantaleón y Rubén Martínez, presidente y secretario de la asociación, respectivamente.
Tras una década con las excavaciones paradas por la falta de presupuesto, lamentan que aún no se ha levantado “ni un 5% de lo que fue la ciudad”. Fuentes del Gobierno de Aragón admitieron que, de momento, no hay partida prevista para retomar estos trabajos. Eso sí, el Museo de Zaragoza va a exhibir algunas de las piezas que se encontraron en su día, dentro de un espacio que se va a dedicar próximamente a la romanización.
El estudio de algunos de estos restos se ha podido mantener gracias al esfuerzo del Consistorio, que ha destinado una partida para que los arqueólogos analicen y clasifiquen las piezas. Esta semana se ha estrenado una exposición en el Centro Social de El Burgo de Ebro con paneles explicativos y algunas réplicas. “Queremos hacer un centro de interpretación o una sala permanente sobre La Cabañeta”, avanza el alcalde de la localidad, Vicente Royo.
El arqueólogo Alberto Mayayo tuvo su primer contacto con las excavaciones de La Cabañeta en 1997, como estudiante, y ahora es el codirector del yacimiento. Considera que la urbe que se levantó en El Burgo de Ebro fue “la primera ciudad romana del valle medio del Ebro”, y que sus restos son “únicos en la península y en buena parte del mundo romano”.
Se cree que la ciudad se fundó hacia finales del siglo II antes de Cristo, en la época republicana, y que tuvo una vida corta, fue destruida poco más de un siglo después. “Es una ciudad completamente romana, ya que no se fundó sobre otro poblado íbero o celtíbero. Al tener una historia tan breve, no hubo capacidad de que hubiera modificaciones que cambiaran su fisionomía, lo cual es muy interesante. Tiene un valor incalculable”, señala Mayayo.
Al ser de una época tan antigua, los materiales de construcción (muros de adobe, principalmente) son más endebles que los que se usaron en la época imperial, de la que proceden otros restos romanos de otras ciudades que han aguantado hasta nuestros días. Al ser menos monumentales, los restos de esta ciudad quizá sean menos conocidos, pero tienen “un valor científico muy importante”, asegura el codirector del yacimiento.
Los restos de La Cabañeta encierran las que se cree que son “las mayores termas romanas que existen de la época republicana”, afirma Mayayo, así como “el primer foro” que se ha documentado. Pese a su importancia -se trata de un Bien de Interés Cultural-, el yacimiento ha sufrido el olvido y el abandono, lo que ha provocado el expolio de parte de sus restos. En 2014 una excavadora causó importantes daños en el templo romano, que se estima que puede ser de los más antiguos de la península ibérica.
