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Se buscan parejas aragonesas con problemas para probar una terapia familiar

Un ensayo clínico internacional en el que participa la Universidad de Navarra estudia en varias ciudades españolas y sudamericanas un método importado de Canadá.

Playa casi vacía en Reino Unido.
El verano y la pandemia han puesto a prueba las relaciones de pareja.
EP

La pandemia de covid-19 se ha convertido en una prueba de fuego para las relaciones personales. En el caso de las parejas, experiencias como el confinamiento han permitido disfrutar de más tiempo para la convivencia, que en unas ocasiones ha sido un regalo y en otras un castigo. Igualmente, el verano es una época en la que se disfruta de unos días "en burbuja" o se termina por desear volver a la rutina. Ello fuera de los casos en los que hay problemas graves previos.

En el último año ha aumentado el número de divorcios en Aragón. En el primer trimestre, los consensuados, los más frecuentes, se incrementaron un 11,2 %, según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La comunidad sigue manteniendo una tendencia al alza, aunque los profesionales no están seguros de si se debe al desgaste por la mayor convivencia o al atasco judicial que provocó el parón de los tribunales. 

"Durante el tiempo de suspensión de plazos de marzo a junio de 2020 los casos se redujeron fuertemente y el aumento posterior más parecía un desatasco que un repunte de las rupturas", apunta Marta Gil, abogada zaragozana. "El clima actual en el que va pesando el covid hace que todo esté más irritado", reconoce. Además, el periodo estival suele ser una "fuente de conflictos", afirma desde el Colegio de Abogados de Zaragoza.

Tensiones en verano

"El verano es un tiempo para vivir y sentir cómo está tu relación. Muchas parejas se dan cuenta de que el tiempo que tenía que haber sido para disfrutar juntos no ha sido posible. Surgen tensiones en vez de estar relajados", explica Lola Fatás, psicóloga y terapeuta familiar. En este segundo año de pandemia la mochila de problemas llegaba ya llena con las tensiones vividas y los efectos de la crisis sanitaria tanto emocionales, como la pérdida de algún familiar, como las dificultades económicas.

"Es un año complicado para la salud mental e incluye la relación de pareja"

"Es un año complicado para la salud mental e incluye la relación de pareja", reconoce la terapeuta, que participa en un ensayo clínico internacional para validar "empíricamente" en los países de habla hispana un método de terapia de pareja importado de Canadá y Estados Unidos. Para ello, se trabajará con 16 parejas en España, ocho de ellas en Aragón, cuatro en Madrid y cuatro en Málaga. Fatás será la encargada de llevar a cabo el ensayo en la comunidad, junto a su colega Elisa Múgica. El proyecto está impulsado por el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra. Está dirigido a parejas "en las que la relación está deteriorada, pero que se quieren y quieren seguir si la relación cambia", sin que haya problemas previos de violencia, adicciones u otros de este tipo.

La llamada Terapia Focalizada en las Emociones (TFE) que van a aplicar en el estudio busca "reconectar" y que "vuelvan a sentirse cerca". Uno de los motivos de alerta en la relación se produce "si empezamos a sentir que el otro no nos entiende, no nos está escuchando y nos lleva a patrones hacia la desconexión emocional", alerta la psicóloga. 

"Patrón" en la relación

El método se divide en varias fases mediante sesiones conjuntas. En los primeros pasos el terapeuta ayuda a ver si hay algún "patrón" que se repite en la relación "y les hace sentir mal a los dos", explica. Pone como ejemplo parejas en las que una persona es más crítica con la otra o tiene más tendencia a no discutir "y la pareja puede sentir que la relación está fría o que no le importa". El método estaría diseñado para tener en cuenta los estilos emocionales de cada persona, tanto a la que le cuesta expresar lo que siente como la que lo necesita.

La pandemia paralizó el estudio, que se ha retomado ahora con la búsqueda de parejas a las que se les hará un seguimiento a través de sesiones gratuitas. "Somos el primer país que empezamos el ensayo. Dentro de unos meses seguirán el resto de países en Latinoamérica", explica la terapeuta. Participan profesionales y parejas de Argentina, Costa Rica, Guatemala y México. De la experiencia en los países anglosajones, Fatás asegura que un 90% de las parejas se muestran satisfechas tras pasar por las sesiones y un 70% afirman que su relación ha cambiado.

La psicóloga reconoce que la terapia de pareja tardó en llegar a España y que hay a quien le cuesta acercarse a ella, pero a sus sesiones acude gente de todas las edades. "Algunos que no llegan a los 30 y otros que pasan de los 70". Los problemas surgen "más que por los años de convivencia, por los momentos de transición en el ciclo vital". Así, habría etapas críticas como cuando se tiene un hijo, si se convive con mayores a su cargo o se produce un despido. La incertidumbre y el estrés se han agravado durante la pandemia y afectado a las relaciones.

Las parejas que no superan los problemas y terminan en los despachos de los abogados suelen optar por solicitar el divorcio de mutuo acuerdo. Ya no es necesario pasar por un periodo previo de separación. "Lo normal es que pidan el divorcio y se solicite la disolución del matrimonio", explica Gil. A ello se une que "cada vez menos parejas se casan". En estos últimos casos se solicita la "ruptura con hijo no matrimonial".

La abogada pide que se agilicen las liquidaciones del régimen económico matrimonial, que tras la pandemia siguen atascadas. "Cuanto más justa sea la economía cualquier decisión tardía puede agravar mucho esa relación necesaria después del matrimonio, sobre todo, cuando hay hijos", advierte.

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