coronavirus en aragón

"Quiero recuperar mi vida, pero quizá deba asumir que tendré que renunciar a ciertas cosas"

La fisioterapeuta zaragozana Pilar Yagüe se contagió de coronavirus a finales de octubre y, desde entonces, su vida no ha vuelto a ser la que era.

Pilar Yagüe, fisioterapeuta, padece covid persistente.
Pilar Yagüe, fisioterapeuta.
Oliver Duch

Pilar Yagüe, fisioterapeuta de profesión, lleva de baja desde el 7 de enero. Se contagió de coronavirus a finales de octubre y, desde entonces, su vida no ha vuelto a ser la que era. Todo comenzó cuando su hija empezó a tener dolor de cabeza y fiebre, aunque curiosamente, la adolescente terminó siendo la única de la familia que, al menos según las pruebas médicas, no se infectó.

Fueron unos días difíciles, ya que, hasta que no se confirmó el positivo de su hijo y su marido, tuvieron que comer y cenar por turnos y siempre con guantes y mascarilla. Las piernas fueron las primeras en fallar. "Sentía que no eran mías", recuerda Yagüe. A partir de ahí empezaron a aparecer otros síntomas, como la dificultad de concentración. Aunque pudo reincorporarse al trabajo a finales de noviembre, en enero ya no volvió. "Trabajo en un colegio con niños con problemas físicos y respiratorios. Antes hacía seis o siete sesiones diarias, pero a la segunda ya no podía más. Hubo un día que incluso se me olvidó el código de la impresora y tuve que pedir ayuda a mis compañeros", comenta.

Correr cinco kilómetros como antaño sigue siendo, a día de hoy, imposible. No obstante, gracias a horas de ejercicios y trabajo "día y noche" va mejorando poco a poco. "Yo quiero volver a trabajar y recuperar mi vida, pero quizá tenga que asumir que ya no volveré a hacer determinadas cosas", dice.

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