Esto es lo que se ahorrarán los aragoneses con la liberalización de la AP-2

Con la llegada del próximo mes de septiembre se consumará una medida largamente esperada por los automovilistas que usan la autopista AP-2, que discurre entre Zaragoza y Barcelona; una medida que afecta negativamente a 11 municipios por la desaparición del IBI que les beneficia, porque nunca llueve a gusto de todos. En definitiva, en el mismo momento en que concluya el mes de agosto, los peajes de la AP-2 dejarán de ser efectivos, y el trayecto por autopista entre Zaragoza (entrada por Alfajarín) y Barcelona (salida Molins de Rei) se convertirá en autovía.

El pago por este tránsito ha estado vigente los últimos 44 años. Así, quienes utilicen esta nueva autovía desde septiembre se ahorrarán unos buenos euros en el trayecto, además de contar con la tranquilidad de un viaje más cómodo, sin soportar un tráfico elevado y peligroso, con numerosos puntos negros y zonas de concentración de accidentes en la carretera nacional y sus conexiones con la A-2.

El ahorro para el viajero con la desaparición del pago es considerable, en tiempo y, sobre todo, en dinero. Así, un vehículo ligero que viaje de Zaragoza a Salou, destino multitudinario cada verano, se ahorrará los 19,85 euros por trayecto del peaje; sumado a los aproximadamente 20 euros de media en consumo de la gasolina de 95, el viaje venía costando 40 euros, un gasto considerable si se trataba de un desplazamiento individual.

Si la travesía es más corta, hasta Lérida, el ahorro por peaje es de 13,55 euros. En cuanto al tramo completo de Alfajarín a Molins de Rei para quienes conecten Zaragoza con Barcelona, la cantidad que ya no habrá que abonar asciende a 30,70 euros.

Las isletas de los peajes se irán desmontando, y mientras tanto habrá avisos en las inmediaciones y en ambos sentidos para que se reduzca la velocidad. Abertis seguirá haciendo el mantenimiento hasta el 30 de noviembre, y luego entrará una nueva adjudicataria para esta tarea.