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"Tranquilidad" y pocos extranjeros en la costa catalana, pese que los casos están desbocados

Aragoneses que veranean en la Costa Dorada o en la Brava relatan que apenas se lleva mascarilla y perciben más afluencia que el año pasado.

Salou recibe a los aragoneses en el primer fin de semana sin estado de alarma.
Salou recibe a los aragoneses en el primer fin de semana sin estado de alarma.
Francisco Jiménez

El ritmo de contagios en Cataluña siguió este martes en aumento, aunque a un ritmo más lento que en las jornadas anteriores. No obstante, la propagación sigue siendo de las más altas de Europa. La Generalitat notificó 8.585 nuevos contagios y cinco nuevas muertes por covid desde la víspera. En los hospitales catalanes se contaban 1.058 ingresos por coronavirus -78 más que este lunes-, de los que 209 estaban en unidades de cuidados intensivos. La media de los hospitalizados oscilaba entre 63 y 50 años, siendo uno de cada cuatro menor de 40 años. En cuanto a la edad media de los nuevos infectados -casi un 80% de ellos padece la nueva variante delta- sube ligeramente y se situaba en 28,5 años. La positividad de los PCR y test de antígenos era del 18,59%, más del triple del porcentaje que la OMS considera el umbral para poder controlar la epidemia.

El punto de inflexión fue la semana del 5 de julio y se ha duplicado en los últimos siete días. Por ejemplo, en la comarca del Garraf la semana del 21 de junio la tasa de nuevos contagios por cada 100.000 habitantes fue de 39,8, sin embargo, la primera de julio ascendió hasta 395,2 y esta semana registra el peor valor de la costa: 719. Esa tendencia en ascenso ha sido idéntica en todas las comarcas costeras.

En la Costa Dorada, uno de los destinos vacacionales más frecuentados por los aragoneses, la tasa varía en función de las comarcas. Baix Camps registra 613,7 por cada 100.000 habitantes. "Este fin de semana todo estaba con absoluta normalidad y la gente no lleva mascarillas", apunta Cristina, una aragonesa que veranea en esa comarca, en concreto en Hospitalet del Infant y Miami Playa. A pesar de esa "normalidad", destaca que apenas hay extranjeros. Tarragonès –donde está Salou, La Pineda o Torredembarra- tiene una tasa de 509,9, también por 100.000 habitantes en la última semana. Por las calles de la Roca de San Cayetano, localizada en esa comarca, tampoco abundaron las mascarillas, por ejemplo de camino a Creixell. Además, en la playa se mantienen las actividades deportivas de otros años, como el aerobic o voleibol.

"Aquí no se comenta nada de la incidencia"

Por último, en la de Baix Penedès, donde se encuentran Francás, Comarruga o Cunit, la tasa de nuevos positivos en la última semana es de 353,4. "Aquí no se comenta nada de la incidencia", reconoce María Muñoz, desde Calafell. Esta zaragozana señala que hay una afluencia similar a la del año pasado y, tal vez, algo menos que antes de la pandemia. También le llama la atención que haya menos extranjeros que otros veranos y coincide en esa "normalidad". Echa en falta más vigilancia de los Mossos, sobre todo, en las zonas de terrazas, donde no todas cumplirían las distancias de seguridad. "Hemos visto alguna que solo tiene palmo y medio entre mesa y mesa", relata Muñoz. Esto contraste con el nuevo paquete de medidas que ha aprobado la Generalitat esta semana, entre las que incluyó limitar las reuniones sociales a un máximo de 10 personas, cualquier actividad hasta las 00.30 o el cierre del ocio nocturno. Y están a expensas de una decisión sobre un toque de queda.

"En la recepción te muestran dónde hacerte una PCR si es necesario y la situación actual de la frontera con Francia"

Las comarcas correspondientes a la Costa Brava tienen una incidencia media similar a Baix Penedès. "En la calle poca gente lleva las mascarillas y nadie en la playa", comenta Andrea Pérez, una zaragozana que se encuentra pasando unos días en Roses. En el Casco Viejo de la localidad, con vías más estrechas, tampoco las llevaban y asegura que a veces se hacía complicado mantener las distancias. Allí el francés es el idioma que más se escucha en las calles y también el que se lee en los carteles con indicaciones. "En la recepción te muestran dónde hacerte una PCR si es necesario y la situación actual de la frontera con Francia", destaca Pérez. Precisamente, en el complejo hotelero  donde se aloja se han dispuesto medidas de protección, como gel hidroalcóholico en cada rincón o guantes para entrar al restaurante, donde este verano ya ha regresado el buffet libre a diferencia del año pasado. "Esta es la segunda vez que venimos de vacaciones en pandemia, porque el verano pasado ya vinimos y no nos ha dado miedo", confiesa la joven, que viaja con sus padres.

Al igual que esta familia, por lo general los aragoneses no están cancelando sus vacaciones, tal y como confesaban en varias agencias de viajes de Zaragoza. Sin embargo, miden sus palabras con cautela. "De momento nadie ha llamado, pero cruzo los dedos para que no lo hagan", deseaban desde una oficina del barrio del Arrabal.

Fuentes del Gobierno de Aragón inciden en el cumplimiento de las normas del destino, a las que hay que adaptarse, y que habría que consultarlas antes de emprender el viaje. Además, recuerdan que con la tarjeta sanitaria aragonesa se puede acudir a centros médicos en caso de emergencia, ya sea al presentar síntomas o por cualquier otro motivo ajeno a la pandemia.

Festival de Cruilla, en la edición de este 2021.
Festival de Cruilla, en la edición de este 2021.
Marta Pérez / EFE

Los festivales en Cataluña

El Ejecutivo catalán también se pronuncia sobre los eventos masivos –más de 500 personas en pie-: son necesarios un test de antígenos o PCR realizado en las 12 horas de antes o garantizar que se ha recibido la pauta completa de la vacuna. Precisamente, en Cataluña ya se han celebrado este verano tres festivales de música masivos sin distancias. Uno de ellos fue el festival de Cruilla en el que de las 13.000 personas que pasaron por la zona de cribado, 123 tuvieron un resultado positivo, dato que refleja el crecimiento de los contagios entre los jóvenes.

Otra de las citas ha sido Canet Rock -de los 22.330 testados 152 estaban contagiados-, donde se vieron largas filas, algunas de más de tres horas, para acceder a los puntos habilitados para realizar el test de antígenos necesario. Además, cerca de 800 personas se pusieron en contacto con la organización para avisar de que no acudirían porque habían contraído la enfermedad recientemente o eran contacto de un positivo.

En el Vida, también celebrado en Tarragona, los asistentes, organización y artistas tuvieron que superar "un test de antígenos nasal (menos invasivo) para poder acceder cada día al recinto del festival", pautaron, una medida que se unía a la vinculación de los datos personales con la aplicación ‘Vida Test’ y al acceso con una mascarilla FFP2. Este cribado dio como resultado 51 positivos de covid-19 entre 27.000 asistentes.

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