Heraldo del Campo

Agricultura

Aragón espera una cosecha de fruta «muy corta»

Las estimaciones de la organización agraria UAGA apuntan una caída del 14% de la producción, que alcanzará los 535.000 toneladas, a pesar del incremento del 19% en cereza. Este descenso, provocado por las heladas primaverales que afectaron ha provocado una menor necesidad de mano de obra.

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Cerezas de una explotación del Bajo Cinca, en Huesca, a punto de ser recolectadas.
O. M.

Los fruticultores encaran la campaña con un sabor agridulce. La cosecha se prevé “muy corta”, según las previsiones presentadas este viernes por el secretario general de UAGA, José María Alcubierre, y el responsable de fruta de la organización agraria, Óscar Moret, que han cifrado en 535.000 las toneladas que se recolectaran en el conjunto de las zonas productoras. La cifra es un 14% inferior a la del complicado pasado año, en la que los agricultores también se anotaron pérdidas.

Las heladas primaverales y un descenso en la superficie cultivada explican la menor cosecha, aunque no todas las comarcas productoras ni todas las especies frutícolas han sufrido con la misma intensidad las inclemencias del tiempo.

Lo peor parados, ha explicado Moret, han sido los productores de las comarcas oscenses de Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera, donde las bajas temperaturas han dado al traste con el 50% de la cosecha. “Esta merma podría provocar que los agricultores y las centrales frutícolas tengan problemas para cumplir los contratos de comercialización, sobre todo con Europa”, ha matizado Moret, que ha destacado que, además, en estas comarcas “mucha gente no tenía seguro porque resulta muy caro”.

Aunque el hielo afectó también a las comarcas de Calatayud, Jiloca y Valdejalón, sus producciones no han sufrido importantes daños.

La cereza es la única fruta que se salva de los datos negativos. Todo lo contrario su producción total alcanzará, según las previsiones de UAGA, las 35.000 toneladas, un 19% más que el pasado año. Se lo debe a las producciones más tardías, porque los productores del Bajo Cinca y de Caspe esperaban un “cosechón”, pero primero las heladas y después unas intensas lluvias que llegaron cuando estaba todo preparado para iniciar la recolección, dieron al traste con las mejores previsiones, provocando pérdidas por el rajado del fruto que ronda entre el 40% y el 80% de la producción.

El mal cuajado del fruto por las bajas temperaturas primaverales han dejado una cosecha de melocotón y nectarina de 263.000 tonealadas, más de 30% menos que el pasado año, si bien en el Bajo Cinca, Calatayud y Valdejalón que ha sido muy afectadas, el porcentaje se eleva al 50%

La mayor caída se prevé en los cultivos de albaricoque, donde se espera una cosecha total de 11.000 toneladas. De nuevo, las heladas son las responsable de que la producción haya caído a la mitad en las comarcas oscenses y de la zaragozana de Valdejalón. En ciruela se estima una producción de 8.500 toneladas, un 7% menos.

De momento, las estimaciones de UAGA prevén que en manzana (70.000 toneladas) y en pera (40.000 toneladas) la cosecha será “más o menos” como la del pasado año, excepto en la comarca de Calatayud “en la que parece que el hielo ha provocado daños que merman la cosecha cerca de un 40%”, han destacado los representantes de UAGA.

Vacunación

Estos descensos también se reflejan en las contrataciones, que en las zonas más afectadas por la merma de cosecha han caído hasta un 50% si se compara con la mano de obra empleada en la campaña de 2020.

Eso sí, Moret ha reconocido que gracias a la campaña de vacunación entre los temporeros, la campaña ha comenzado con “más tranquilidad y seguridad” tanto para los agricultores como para el medio rural, después de los brotes detectados el pasado año durante la recolección y que responsabilizaron “y demonizaron a todo el sector”, ha matizado.

Pero, el representante de UAGA ha insistido en que las vacunas “no son la solución final” y ha querido poner en valor los esfuerzos realizados para dar soluciones habitacionales a los trabajadores del campo, como en la localidad oscense de Albalate del Cinca. “Este trabajo ya se venía haciendo aunque no fuera visible”, ha recordado, poniendo de ejemplo las medidas tomadas hace años para terminar con los asentamientos en localidades como Zaidín.

UAGA no solo ha presentado cifras. También ha dejado claras sus reivindicaciones para dar soluciones a un sector, golpeado por el veto ruso y en el que las explotaciones familiares “están en franco retroceso”, mientras avanzan “gracias la mediación política” grandes fondos “que se están apropiando de las producciones y de los mercados”, ha lamentado Alcubierre.

Por eso, y en estos momentos en los que la nueva reforma de la PAC está en pleno proceso de negociación, la organización agraria ha vuelto a defender que las producciones hortofrutícola se incluyan en los pagos directos que llegan desde Bruselas. “No es solo una necesidad, es que además es lo justo”, ha insistido Moret, que ha recordado que el sector de la fruta dulce es crucial para el mantenimiento de la población en amplias comarcas del territorio aragonés. Su facturación superó los 407 millones de euros el pasado año, con lo que representa el 10,8% de la producción final agraria, solo por detrás del porcino (43,3%) y del cereal (15,3%). “Es el sostén económico en muchas zonas de nuestro territorio, pero desde UAGA vemos como hay fruticultores que están dejando sus explotaciones porque no las pueden seguir manteniendo”, ha advertido.

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