La campaña de la fruta se intensifica con la mayoría de los temporeros ya vacunados

La mejora en los alojamientos se nota en las ayudas de la DGA, que este año han agotado todo el presupuesto.

El productor Carlos Senar, junto a su único empleado, Mamadou Bah, en Belver de Cinca.
El productor Carlos Senar, junto a su único empleado, Mamadou Bah, en Belver de Cinca.
Patricia Puértolas

La campaña de fruta empieza a coger algo de ritmo en la comarca del Bajo Cinca. A lo largo de los últimos días, han comenzado a recolectarse ya diferentes variedades de melocotón, nectarina, paraguayo o albaricoque, aunque en cantidades muy inferiores a las previstas, ya que las heladas del pasado mes de marzo acabaron con la mitad de la cosecha. Tampoco la calidad es la esperada.

Frente a ello, como nota positiva, el sector cuenta con nuevas herramientas para mantener a raya al coronavirus y evitar los sobresaltos del pasado año, ya que la campaña de vacunación avanza a buen ritmo, con la mayoría de temporeros ya inmunizados y además se han realizado mejoras en varios alojamientos.

Carlos Senar, vecino de Belver de Cinca, acaba de iniciar las labores de recogida. El productor ha perdido alrededor del 80% de la producción. Y no es el único. Hay decenas de ejemplos similares. A estas alturas, debería sumar una plantilla de entre seis y ocho trabajadores. Sin embargo, solo cuenta con uno, Mamadaou Bah, natural de Guinea, que lleva tres años empleado en esta explotación. "Va a ser un año muy complicado. El productor va a sufrir una importante merma de ingresos y los temporeros se quedan sin empleo. Y no solo eso. Todo el pueblo sufre, ya que la fruta es el motor de esta zona y por lo tanto, la falta de producción repercutirá en almacenes, transportes, mecánicos, electricistas, comercios... ", señala Carlos Senar.

10.000 dosis

El productor, junto a su trabajador, han sido ya inmunizados con la monodosis de Janssen dentro de la campaña de vacunación impulsada por Salud Pública, que comenzó el pasado mes de mayo y que se espera concluir a finales de este mes de junio, con 10.000 dosis inoculadas. En el Bajo Cinca, los sanitarios ya señalaron que realizarían una segunda ronda, ya que el punto álgido de la campaña (15 de julio) todavía está lejos y está previsto que se den nuevas contrataciones.

Ahora bien, serán mucho menores a las de años anteriores. Durante los meses de abril y mayo, las contrataciones en los 19 principales municipios productores de las comarcas del Bajo Cinca, La Litera y Cinca Medio cayeron un 30% respecto a 2020, al pasar de 5.231 a 3.683. La incógnita está en saber si a pesar de la falta de trabajo los temporeros llegarán igualmente a la zona, al seguir sus rutas de trabajo habituales o por la imposibilidad de encontrar alternativas. Por ejemplo, Lérida también ha perdido gran parte de su cosecha. Desde el sector, creen que no, basándose en la tendencia actual y en su propia experiencia.

"Aunque alguno puede cambiar, el grueso de la cuadrilla se mantiene y por lo tanto, cada uno de nosotros ha avisado ya a sus trabajadores habituales de cuál es la situación y de la inexistencia de trabajo. También tienen una comunicación fluida entre ellos. Algunos han optado por permanecer en sus países de origen y otros, por quedarse en otras zonas con mejores expectativas como Andalucía", indica Senar, que, al igual que el resto de productores del sector, asume con "mayor tranquilidad" la campaña tras el avance de la vacunación. El productor también insiste en que el pasado año el sector "cumplió" con todas las medidas y lamenta que fuera señalado como el causante del aumento de los contagios, que obligaron a dar marcha atrás en la recién estrenada normalidad y sumieron en una segunda ola a la Comunidad.

Nuevas viviendas

Los temporeros fueron uno de los sectores más vulnerables a los contagios, por su imperiosa necesidad de trabajo y por sus condiciones de vida. De hecho, existe un déficit de alojamientos destinados a este sector, lo que hace que proliferen las infraviviendas o los denominados pisos patera. Hay municipios que ya han puesto remedio. Albalate de Cinca es un buen ejemplo.

Tras el brote sufrido el pasado año, que afectó a 29 trabajadores subsaharianos que malvivían en un almacén, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de los temporeros de la fruta dos nuevas viviendas. Y, además, junto a Cáritas y el sindicato UAGA, ha firmado un convenio para gestionar viviendas sociales para los trabajadores inmigrantes que acuden cada verano.

También hay productores que hacen sus deberes. Precisamente, de forma reciente, y agotando todo el presupuesto disponible, que era de 215.000 euros, el departamento aragonés de Economía, Planificación y Empleo informaba de que 15 empresas y cooperativas habían solicitado este año las subvenciones dirigidas al acondicionamiento de alojamientos destinados a trabajadores temporales del sector agropecuario.

Las ayudas permitirán crear 236 nuevas plazas en ocho municipios diferentes: Belver de Cinca, Zaidín, Gurrea de Gállego, Alarba, Ricla, Calatayud, Tauste o Chiprana.

Carlos Senar también está entre los productores que tiene previsto ofrecer un nuevo alojamiento a sus trabajadores. Para ello, ha adquirido una vivienda antigua, que necesitará reformar. La inversión total oscilará entre los 40.000 y los 50.000 euros. El productor confiesa que entre sus "mayores satisfacciones" está poder mejorar la vida de sus empleados. Y lo está consiguiendo. Al ver garantizado su puesto de trabajo, Mamadaou Bah, que actualmente vive en una casa de alquiler, tiene previsto traer desde su país de origen a su mujer y su hijo, con el fin de establecerse en el Bajo Cinca. 

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