Alojamientos para temporeros en un antiguo horno de pan o en un campin

Muchos fruticultores han invertido recursos propios en levantar residencias donde cobijar al personal que va a trabajar en sus fincas durante la recolección.

Nevse Bliznak con los temporeros en el interior del albergue de Munébrega.
Nevse Bliznak con los temporeros en el interior del albergue de Munébrega.
Macipe

Es primera hora de la mañana y el antiguo horno de Munébrega ha cambiado la actividad alimentaria por la de ser un espacio para el sector primario. Hace algo más de cuatro años, Alejandro Gormedino, agricultor de la localidad desde hace 18 años, pujó para hacerse con el inmueble, que además del antiguo despacho y el obrador contaba con un almacén. Ahora, allí se alojan una veintena de temporeros búlgaros: 10 hombres y 10 mujeres. "Tenemos la cocina, un salón amplio, tres dormitorios y los baños. Todo se desinfecta varias veces al día para no coger el virus", explica Nevse Bliznak, que hace las veces de intermediaria para poner en contacto a los interesados en trabajar en la zona con los productores. "En 2002 vine a Acered y desde hace tres años ayudo para que venga gente a trabajar. Estoy para la campaña de ahora y para la vendimia, luego me voy a mi país, estoy con mis hijos y vuelvo", explica.

Es un camino que repiten muchos compatriotas, pero no es el caso de los que estos días se alojan en Munébrega. "Es el primer año y están contentos porque los jefes son buenas personas", detalla, a la vez que indica que apenas hablan español. "Siempre les digo que saluden cuando se crucen con alguien por la calle, que aquí en España es muy importante. Y ellos se sorprenden que la gente les diga ‘¡Hola!’ aunque no se conozcan", asegura.

Venir a trabajar durante la recogida de la cereza, explica esta mujer a la que conocen por Susy, les sirve a este grupo para "generar paro y poder ir tirando durante unos meses". Ella es una de las encargadas de facilitar la llegada de compatriotas al convento de San José de Calatayud, donde ya hay 152 personas que llegarán hasta las 280 en el momento álgido de la temporada.

En el caso de Gormedino, explica que la decisión de poner en marcha este alojamiento tiene dos argumentos. "Tenerlos aquí es mejor para ellos y también para trabajar, porque si hay tormentas ya no tienen que irse hasta Calatayud e incluso podemos poner las cerezas en las cajas", afirma.

En municipios como Sabiñán, su campin es lugar habitual de residencia. En Valdejalón, la comarca, con los ayuntamientos de Ricla y La Almunia y la parroquia, han vuelto a habilitar por segundo año el albergue de Santa María de Cabañas para que se use en caso de que algún trabajador necesite aislarse.

Demanda dispar de mano de obra en Valdejalón y Calatayud

La situación de la campaña de recogida de la fruta en Valdejalón y Calatayud difiere ante el estado de los árboles, principalmente de los cerezos. Mientras la primera estima una cosecha por encima de los registros de años anteriores, en el caso de la demarcación bilbilitana las previsiones no son nada halagüeñas por las recientes tormentas y los problemas con las heladas. Según Vicente López, productor y responsable de relaciones laborales de UAGA, la recogida en Valdejalón estará un 20% por encima de lo habitual.

Los temporeros salen de su alojamiento en Munébrega, que antiguamente era el horno de pan
Los temporeros salen de su alojamiento en Munébrega, que antiguamente era el horno de pan
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En esta demarcación, la alcaldesa de La Almunia de Doña Godina, Marta Gracia, recuerda que se encuentran en el pico de producción. Entre esta localidad y Ricla, principales núcleos de residencia en la temporada, se produzcan cerca de 6.000 altas de contratos en el sector primario. "La organización ha mejorado con el paso de los años, porque hay que seguir trabajando y mejorando las condiciones, pero el cambio es evidente", subraya.

En el caso de Calatayud, en estos momentos es la cereza la que centra todos los esfuerzos, en un ámbito geográfico amplio, desde las faldas de la sierra Vicor (en Tobed principalmente) hasta las orillas del Jalón en Sabiñán o las estribaciones de la sierra de Pardos en Munébrega, o hacia la sierra de Santa Cruz en Alarba y Acered. En esta zona, las puntas de mano de obra pueden llegar a las 1.400 entre junio y julio, con otras variedades de producción y con una media de más de 600 contrataciones.

"La mayoría ya tienen trabajadores temporales que repiten de otros años y está todo preparado", apunta Jorge Lázaro, concejal de Agricultura del Ayuntamiento bilbilitano. Este año, y por segundo curso consecutivo, él ofrece sus medios para habilitar un sistema que facilite la contratación de temporal. Ya en 2020 se valoró como un éxito al despertar una alta demanda de los productores. Así, el Ayuntamiento solicita a los productores que se les envíe el nombre de la empresa y un contacto y este se encargará a través de sus canales oficiales de difundir las ofertas. "La demanda de empleo en la zona se multiplica y queremos colaborar con los empresarios y ponerlos en contacto con aquellas personas en búsqueda de empleo", insiste Lázaro.

Recelos a la Janssen

A diferencia del año anterior, este 2021 ha supuesto la llegada de la vacunación del personal y en estas dos zonas los responsables sanitarios han detectado cierto rechazo a la monodosis de Janssen. "Nos encontramos con muchas reticencias entre los temporeros migrantes", apunta José Codes, director de Atención Primaria del Sector Calatayud. Algo en lo que también coincide Gema Manjón, coordinadora del centro de salud de La Almunia.

"La vacuna está siendo bien acogida entre los trabajadores españoles y la mayoría de los extranjeros que viven aquí todo el año, pero mal en los que vienen solo para la campaña", detalla Manjón. En este sentido, Nevse Bliznak, que facilita la contratación de búlgaros en Calatayud, aporta luz sobre el asunto ya que asegura que "muchos ya tienen anticuerpos, han sido vacunados en nuestro país o prefieren no arriesgarse a que, después de hacer 3.000 kilómetros, les dé alguna reacción".

En la cabecera de Valdejalón, Manjón recuerda que la campaña de vacunación la está asumiendo la plantilla habitual del centro, con lo que eso conlleva de mayor burocracia y carga de trabajo de enfermería. En Calatayud, desde Atención Primaria se han administrado para varias localidades de la comarca 324 dosis y más de 1.400 son las puestas desde La Almunia .

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