Afectados por la brucelosis: "No vamos a seguir con el ganado porque el brote se puede repetir"

Iria Novella es hija de un ganadero afectado por el foco de esta enfermedad en la provincia de Teruel.

La alcaldesa, Mariángeles Izquierdo -izquierda-, e Iria Novella, en el área ganadera de La Puebla.
La alcaldesa, Mariángeles Izquierdo -izquierda-, e Iria Novella, en el área ganadera de La Puebla.
Jorge Escudero

"Mi padre no tiene la intención de seguir con el ganado, porque el brote de brucelosis se puede repetir y cuesta mucho esfuerzo volver a poner en marcha el rebaño tras el sacrificio de todas las ovejas". Iria Novella, hija de uno de los pastores de La Puebla de Valverde que tendrán que sacrificar todas sus reses por el contagio de brucelosis, se resigna a que este sea el punto final de la explotación familiar.

El padre de Iria ya sufrió el impacto de la enfermedad hace 16 años. Tuvo que liquidar su rebaño y reponerlo "con mucho esfuerzo" con ovejas compradas en Cuenca. La portavoz del colectivo de pastores afectado por el presente brote explica que, igual que la enfermedad ha rebrotado tras más de una década ausente, puede resurgir más adelante y todo volvería a empezar otra vez. Su principal preocupación es cómo alargar la vida laboral de su padre, con 61 años, hasta la jubilación.

La enfermedad se destapó el pasado abril, cuando se confirmó el contagio del primer ganado de La Puebla -ya se han sacrificado sus 1.400 cabezas-. Al rastrear el municipio se comprobó la infección de otros 4 rebaños, uno de ellos el de Iria. Tras los análisis positivos, una llamada desde la Oficina Comarcal Agroambiental de Mora de Rubielos le dio "la mala noticia". Tenían que sacrificar las 700 ovejas de la explotación familiar.

A juicio de Iria, el tratamiento del brote no ha sido correcto. Critica que la DGA no disponga de "logística" para una rápida eliminación de las reses contagiadas y que no se haya garantizado la separación entre los rebaños contagiados y los que no lo están, lo que, a su juicio, puede provocar la transmisión de la enfermedad al compartir zonas de paso, porque "las ovejas tienen que salir a diario a pastar". Recuerda que su padre, a pesar de la orden de sacrificio que pesa sobre todos sus animales, les sigue dedicado "10 horas al día de cuidados".

La alcaldesa de La Puebla, Mariángeles Izquierdo, califica de "desastre" el sacrificio del 100% de los rebaños con contagios. Para la localidad es un "palo impresionante" en el aspecto económico y laboral, porque a las cinco familias propietarias que se quedan sin reses y sin trabajo durante un mínimo de cuatro meses se suman los pastores que tienen contratados. El impacto se acentúa porque esta "crisis" llega tras un año de pandemia en que el parón de la hostelería hundió los precios.

Izquierdo reclama que se estudie el "origen" del foco, porque "aunque la DGA diga que lo ha hecho muy bien, algo ha fallado para llegar a esta situación". Propone, para que no se reproduzcan los brotes, facilitar a los ganaderos la posibilidad de hacer análisis de seguimiento por su propia cuenta, además de los que efectúa la DGA.

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