Control y prudencia
La detección por parte del Gobierno aragonés de un brote de brucelosis que afecta a varias explotaciones de ovino de las localidades turolenses de La Puebla de Valverde y Sarrión ha disparado la alarma entre los ganaderos. Temen que al sacrificio de las reses infectadas se sume un desplome de los precios derivado de la inmovilización del ganado y la caída de las exportaciones, una de las principales salidas para el cordero aragonés. Hay que hacer un llamamiento a la prudencia y al trabajo exhaustivo de la DGA. La situación está bajo control de las autoridades veterinarias. Son éstas las que deben seguir adoptando todas las medidas necesarias para acabar con el foco lo antes posible sin que cause más perjuicios a un subsector fundamental para la economía de la Comunidad.
Tanto la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente como los representantes de las organizaciones agrarias y los principales productores de ovino de la Comunidad han transmitido un mensaje de tranquilidad al sector tras detectarse el brote que ha obligado a sacrificar 4.000 animales en Sarrión. Es fundamental responder con diligencia porque aún no está claro cuál es la causa del foco, que incluso podría deberse a la transmisión desde la fauna salvaje, muy abundante en la zona. Hay que investigar el origen del problema para que no vuelva a repetirse.
El foco ha sido confirmado después de ocho años sin que se registraran casos en toda la Comunidad. Por ello es comprensible que la inquietud se extienda más allá de la comarca de Gúdar-Javalambre ante la posibilidad de que comporte la pérdida de la condición de zona libre de la enfermedad y de que las reticencias del mercado exterior a comprar corderos desplomen los precios. La DGA debe extremar los controles sanitarios de la cabaña ovina para erradicar la brucelosis de forma expeditiva y tajante.
