tribunales 

Los acusados de intentar matar a una niña de 4 años dicen ahora que fue un accidente

Los médicos forenses consideran que las lesiones de la menor no eran fortuitas

Los dos acusados, que están en prisión, ayer en el primer día del juicio en la Audiencia de Zaragoza.
Los dos acusados, que están en prisión, ayer en el primer día del juicio en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

Elena Y. L. y su compañero Constantin M. dieron ayer una nueva versión de lo ocurrido la madrugada del 27 de abril de 2019 en una casa del Gancho, cuando la hija de la primera, una niña llamada Sofía de solo 4 años, estuvo a punto de morir por los múltiples hematomas sufridos en varias partes de la cabeza, el torso y los brazos. Ni Elena, que en su primera versión había acusado a Constantin de haber propinado esa noche una paliza a la pequeña porque lloraba, ni él, que en la fase de instrucción lo había admitido, mantuvieron esa declaración en la primera sesión del juicio en la Audiencia de Zaragoza. Ambos explicaron que la niña sufrió un golpe accidental con una silla al despertarse en medio de una discusión entre ellos.

Los dos están acusados de un intento de asesinato, un delito de violencia doméstica y otro de lesiones agravadas. Les piden 27 años de prisión a cada uno. Tanto Elena Y. L. como Constantin M. explicaron que dieron aquella primera versión para evitar que la madre perdiera la tutela de la niña, como le había ocurrido con sus otros dos hijos. Sofía es la tercera.

Primero declaró Constantin M., quien llegó de madrugada a la casa de Elena, en la calle de José Zamoray. Explicó que ella se enfadó y se inició una discusión entre los dos que provocó que la niña se despertara y se les acercara en el forcejeo. «La niña se metió detrás mío y se cayó al pegarse un golpe en la cabeza contra una silla», explicó. Al darse cuenta del efecto en la pequeña, llamaron inmediatamente a la Policía y a una ambulancia, que intentó reanimarla.

El acusado desconocía los golpes que llevaba la menor. «No conocía los otros, ni la golpeé», se defendió. «Elena no quería matar a Sofía porque la quería mucho y estaba muy orgullosa. Todo fue un accidente», insistió.

Constantin defendió que se llevaba muy bien con la niña y asumió que esa noche se inventaron lo que pasó ante la Policía para que la madre no perdiera la custodia. Entonces, les contaron que la niña se había caído después de resbalarse al salir de la bañera.

Elena Y. L. corroboró la declaración de su pareja y contó que esa noche se puso «histérica» cuando llegó su compañero y su hija se despertó. Achacó las heridas que tenía Sofía al padre de la menor, de quien estaba separada tras sufrir malos tratos. La madre explicó que estuvieron «muy asustados» esa noche en el Hospital Infantil a la espera de que la menor sobreviviera tras ser operada en la uci. «Sofía era lo más importante y yo luchaba por la custodia», reiteró varias veces. «Hice todo lo que pude por salvarla esa noche con los sanitarios y jamás querría matarla», insistió la acusada.

Varios policías declararon que detuvieron a los acusados al ver las contradicciones de ambos cuando explicaron los hechos, ya que no corroboraban el motivo de las heridas que tenía la menor. Por su parte, los forenses Salvador Baena y José Manuel Arredondo detallaron que la niña tenía lesiones intracraneales, además de hematomas en las regiones frontal, occipital, parietal-temporal bilateral, el tórax y los brazos.

Consideraron que el conjunto de las lesiones «no podían ser accidentales» y que con toda probabilidad existieron dos momentos traumáticos no coincidentes en el tiempo, con «heridas sobre heridas». Añadieron que la situación en la que fue encontrada la menor era crítica y que gracias al 061 y el Servet la niña pudo salvar su vida, aunque precisó tres intervenciones. Detallaron que las secuelas psicofísicas le suponen una discapacidad del 40%. Hoy sigue el juicio.

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