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El confinamiento regional y el toque de queda acaban el día 9 pero seguirán los cierres locales

La DGA no ve "descartable" limitar la movilidad nocturna, aunque esperará a otras comunidades. Duda de que recurrir al Supremo sea efectivo y defiende la constitucionalidad de la ley aragonesa.

Comparecencia de Sira Repollés y Mayte Pérez tras el Consejo de Gobierno.
Comparecencia de Sira Repollés y Mayte Pérez tras el Consejo de Gobierno.
Oliver Duch

Aragón abrirá el domingo una nueva etapa sin toque de queda ni confinamiento autonómico. Lo hará con una incidencia acumulada que roza ya los 300 casos por cada 100.000 habitantes y cierres en Calatayud, Ribera Alta, Campo de Cariñena, Cinco Villas o Valdejalón, donde preocupa el creciente número de contagios. Sin el paraguas del estado de alarma, la DGA recurrirá al amparo de la ley 3/2020 para restringir aforos y horarios. Mañana mismo publicará en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) un decreto ley -que tendrá que ser ratificado por las Cortes-, y una orden con las nuevas reglas del juego.

La situación sanitaria no permitirá relajar en exceso las restricciones. Habrá, no obstante, pequeñas matizaciones para feriantes, hosteleros y empresarios turísticos, entre otros colectivos.

En los establecimientos de hostelería, incluidos los banquetes, se autorizará un máximo de 30 personas en el interior, con mesas de un máximo de cuatro, y 50 en exterior, con hasta seis clientes por cada una. En los espacios para ferias podrá haber hasta 12 atracciones en vez de cuatro y las visitas guiadas se ampliarán de 10 a 15 personas. Las bibliotecas, por su parte, podrán estar al 50% y los eventos multitudinarios "se unificarán", quedando restringidos al aforo permitido independientemente de su naturaleza. En este caso se requerirá, además, que aquellos que superen los 500 espectadores en el interior o los mil en el exterior sean autorizados previamente por Sanidad.

En cuanto a las reuniones en el ámbito privado, el límite no cambia: se permitirán hasta seis personas en las zonas en nivel 3 y cuatro en las de nivel agravado.

El Gobierno aragonés no hará distinciones entre la provincia de Zaragoza, que supera los 334 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, y las de Huesca y Teruel, que actualmente están en 229,5 y 148,3, respectivamente. Las tres seguirán el domingo en fase 3, con el cierre de la hostelería a las 22.00 y aforos del 30% en el interior de los locales.

Quienes vivan en municipios no confinados podrán moverse por toda España e ir a la playa o a visitar a un familiar que viva en otra comunidad, ya que, salvo cambio de última hora, los confinamientos propios del estado de alarma decaerán en las 17 regiones.

Los cierres locales, en cambio, incluirán las restricciones propias del nivel 3 de alerta agravado -con el cierre de la actividad no esencial a las 20.00- y durarán un mes, aunque se podrán revisar si la situación mejora o prorrogar si no se corrige a tiempo. Se espera que los decretados esta semana se mantengan, aunque en las próximas horas, según la consejera de Sanidad, Sira Repollés, podría haber novedades, pudiendo entrar o salir nuevas localidades.

El Gobierno aragonés insistió este miércoles en que el fin del estado de alarma no es el fin de la pandemia. Sobre todo teniendo en cuenta la "gran inestabilidad" que se vive en estos momentos en la Comunidad, con una "meseta elevada" marcada por los malos datos de Jaca, Ejea de los Caballeros o Calatayud. No ocultó Repollés su preocupación por los botellones y las fiestas ilegales que puedan producirse sin el toque de queda.

Confinar Zaragoza no entra dentro de los planes a corto plazo, ya que su comportamiento, aseguró Repollés, es "bastante estable", con unas cifras "no muy superiores" a las del resto. No obstante, la Consejería vigila "constantemente" su evolución. "Por habitantes y movilidad preocupa y mucho. Está siempre en el punto de mira. Si empeorasen los indicadores procederíamos al cierre de la ciudad o la provincia", dijo.

Si la situación se complicase en exceso, Aragón podría emular a la Comunidad Valenciana, que días antes de la declaración del estado de alarma fijó un toque de queda que fue ratificado por su Tribunal Superior de Justicia. "No es descartable", afirmó el secretario general de la Presidencia, Julio Tejedor. En su opinión, dejar en manos del Supremo las medidas demuestra que no se conoce el sistema judicial español, ya que "no va a haber una solución en cinco días". Insistió, por otra parte, en que la ley autonómica "busca trasladar normalidad y que el derecho no sea protagonista en la gestión" en un contexto excepcional, así como que "nadie ha puesto en duda su constitucionalidad".

 

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