Heraldo del Campo

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Luchar desde el suelo ante los riesgos que trae el cielo

Un análisis realizado por CEOE Aragón sitúa al sector agrario como uno de los más afectados por el cambio climático, le advierte de los riesgos y le propone medidas.

Los periodos de fuerte sequía, muy visibles en los suelos agrícolas, son cada vez más habituales.
Los periodos de fuerte sequía, muy visibles en los suelos agrícolas, son cada vez más habituales.
Pixabay

Son numerosos los estudios que sitúan al sector agroalimentario a la cabeza de la actividades productivas que más van a sufrir los efectos del calentamiento global. Ahora lo constata también un análisis realizado por CEOE Aragón en el que aborda la creciente incidencia de estos riesgos en las empresas y en la salud laboral en los distintos sectores de la economía. Y el primario no sale precisamente bien parado, porque, dado que se trata de una actividad que se realiza al aire libre, el clima determina dónde pueden crecer los cultivos y cuál va ser su rendimiento, y a él está "íntimamente ligada" la productividad y supervivencia de las explotaciones agrarias.

Por eso, el sector tiene que prepararse para lo que ya está sucediendo y lo que se prevé que vendrá. Porque el escenario que dibuja la patronal no es nada halagüeño. "El incremento de las temperaturas y los cambios en el régimen de precipitaciones pueden afectar a los cultivos, lo que puede suponer importantes costes añadidos al ya escaso margen con el que actualmente se mueve el sector", señala el estudio.

Advierte además el documento que los fenómenos extremos -que comienzan a ser cada vez más habituales- no solo pueden arrasar en apenas un momento cosechas enteras, sino también afectar a producciones futuras.

Por si fuera poco, evidencia el análisis, es previsible que el aumento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones y del agua disponible limiten la producción agraria, como es de prever que el rendimiento de las cosechas varíe cada vez más debido a episodios meteorológicos extremos, plagas y enfermedades.

"El incremento de las sequías complicará el manejo de los cultivos", augura el análisis, que pronostica cambios en la distribución y alcance de plagas y enfermedades en los cultivos de importancia económica. Incluso vaticina la posibilidad de que plagas y enfermedades que hasta ahora existían en áreas subtropicales podrían aparecer en nuestro territorio. "Estos agentes biológicos pueden afectar a la seguridad alimentaria, lo que hará necesario mayores controles para garantizar la misma y supondrá un incremento de las inversiones", advierte el estudio.

Todas estas variaciones climáticas tendrían consecuencias (para mal) en la disponibilidad de recursos hídricos y el estado de los suelos "que provocarían importantes cambios en las condiciones de la agricultura y la ganadería", explica el informe, que alerta de que "en casos extremos" esta degradación de las tierras destinadas a la producción agraria podría conducir a la desertificación total.

Pero todos estos efectos no solo impactarán en la tierra. Afectarán también, señala el documento, en la ganadería y en la industria agroalimentaria. En la primera, el cambio climático lo hará en aspectos relacionados con la reproducción, el metabolismo y la sanidad de los procesos productivos. En la segunda, podrían impactar en el suministro y la seguridad alimentaria.

¿Y los trabajadores?

Por las características de la actividad (al aire libre), los trabajadores también estarán especialmente expuestos a la variación del clima, que se convertirá en un riesgo para su seguridad y su salud.

Señala el documento que una característica destacada de la plantilla de este sector "muy importante en la valoración de los riesgos" es la diversidad racial y cultural de los trabajadores, especialmente en las campañas de recolección. Una diversidad "que puede verse acrecentada", advierte el informe. Porque, si como consecuencia del cambio climático se producen migraciones, "se pueden incrementar los conflictos derivados de la mezcla de culturas y el desconocimiento del idioma que puede generar estrés y/o violencia", matiza.

El documento no solo detalla el escenario, sino que, además, plantea propuestas para hacerle frente. Así, tras el análisis realizado, CEOE insiste en que se debe trabajar en materia de infraestructuras, especialmente para evitar inundaciones. Se recomienda, además, mejorar la sensibilización del sector hacia la seguridad y la salud laboral, porque asegura el informe que "hay una gran cantidad de explotaciones gestionadas por autónomos que, de manera puntual, contrata trabajadores, que desconocen en muchos casos las obligaciones en esta materia".

Es necesario también, insiste el documento, "invertir en la modernización del sector, especialmente en el parque móvil", ya que esta maquinaria puede ser -como ya ha demostrado- una imprescindible herramienta en caso de catástrofes asociadas al cambio climático. Y entre sus propuestas, CEOE apuesta por poner en valor al sector para facilitar el rejuvenecimiento y la implantación de las "oportunas medidas preventivas".

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