Layana, más que una puerta a Los Bañales

De patrón inglés, huella romana y leyenda de un pulso exitoso al mismo diablo, la localidad ha dado pasos productivos para dibujar una oferta turística más ambiciosa.  

Entre otras singularidades, Layana tiene por patrón a un santo inglés, Tomás de Canterbury; cuenta con patrimonio hidráulico y arqueológico puesto en valor desde 2008, y un torreón medieval restaurado que alberga el centro dedicado a la agricultura en el mundo romano y al yacimiento de Los Bañales. Es un edificio domotizado al que se accede después de introducir una moneda de un euro en el cajetín, lo que acciona el sistema de iluminación y la proyección de un audiovisual que sitúa al visitante en el contenido museístico esparcido en cuatro plantas. Y no hay que perderse la espectacular panorámica que ofrece la terraza.

Además, Layana abrirá en breve un Centro sobre la Historia de Los Bañales. Está estratégicamente ubicado en el mismo camino que lleva al yacimiento romano y será el colofón perfecto para que los visitantes puedan hacerse una idea clara de la historia de la ciudad a través de seis paneles y una colección de piezas que resumen su monumentalidad y a la vez, la vida cotidiana de sus habitantes. Junto a este centro se acaba de habilitar un área para autocaravanas que dispone de los servicios necesarios.

A los pies del montículo sobre el que se asienta la población, junto al puente del río Riguel, se encuentra el Pozo del Diablo, un lugar con su propia leyenda puesta en valor. En los últimos años Layana, Malpica de Arba y Biota organizan la llamada Ruta del Diablo, una andada senderista nocturna que se realiza con luna llena y a la luz de las linternas.

En Layana se disfruta de unas magníficas vistas de la zona.
En Layana se disfruta de unas magníficas vistas de la zona.
N. B.

Según la leyenda, en Layana vivía una joven más lista que un demonio. La mujer tenía la dura tarea de ir a por agua cada día hasta un manantial alejado. «Cansada de esta pesada obligación, se lamentaba una mañana de su suerte cuando en el camino se le apareció el diablo. Éste le ofreció que antes de amanecer habría construido un pozo junto al Riguel, de manera que se aliviara su trabajo. Eso sí, a cambio debería entregarle su alma si lograba hacerlo antes del canto del gallo. Viendo que el trabajo finalizaba a tiempo, a la astuta joven se le ocurrió la idea de encender un candil delante de los ojos del gallo para que cantara. De esta manera la chica consiguió conservar el alma y quedarse con el pozo. El lugar llegó a tener una noria de cangilones y allí bajaban los vecinos a recoger el agua. Tanto Malpica de Arba como Biota guardan la misma leyenda adaptada a diferentes emplazamientos», explica el alcalde, Jesús Gay.

Layana ha mantenido en el 29 de diciembre la celebración del día del patrón. Sin embargo hace ya muchos años que las fiestas se trasladaron al 14 de septiembre, y la explicación no puede resultar más curiosa. «Fue ya antes de la Guerra Civil; hacía frío y cayó tal nevada, que los forasteros que habían venido a celebrar las fiestas tuvieron que pasar en el pueblo cerca de un mes porque no se pudo salir de casa», explica el alcalde . ¿Qué pasó? Que los que habían venido a las fiestas se comieron todas las reservas de la matacía que había en las casas». Al año siguiente, las fiestas se trasladaron a septiembre, con una climatología más favorable. A mediados de los 70 volvieron a cambiarse porque pasadas las vacaciones, salían los estudiantes y quedaba poca gente, de manera que se llevaron al 15 de agosto. 

Datos básicos

Comarca. Cinco Villas.

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, hay 105 kilómetros por la N-232 o AP-68 hasta Alagón, la A-126 hasta Tauste, la A-127 hasta Sádaba y desvío por la A-1202.

Dónde comer. En el bar del Centro Social. El farinoso es el postre tradicional del pueblo. Muy populares en la fiesta del patrón Santo Tomás de Canterbury el día 29 de diciembre.

Autocaravanas. Hay un área recién acondicionada en la salida del casco urbano hacia el yacimiento de Los Bañales.

Qué ver. El torreón medieval construido por Alfonso II en 1186, alberga desde 2013 un museo dedicado a la agricultura en el mundo romano; son cuatro plantas con una espectacular terraza. La iglesia de Santo Tomás de Canterbury es románica y data de inicios del XIII.

Yacimiento romano de Los Bañales. Layana es su puerta. Cuenta con un centro de acogida para sus visitantes; hay paneles explicativos de la historia de la ciudad y una colección de piezas que resume su monumentalidad y, a la vez, la vida cotidiana de la época.

Un centro social imprescindible para los vecinos del pueblo

Gerencia y clientela, en la puerta del centro social.
Gerencia y clientela, en la puerta del centro social.
N. B.

Hace un año y medio que Yassin y Kochar llegaron a Layana para gestionar el bar y el pequeño multiservicio del centro social. Estos dos refugiados iraquíes recalaron aquí después de pasar unos meses en Gerona; Yassin todavía arrastra problemas con el idioma, pero explica que está «muy contento con los vecinos, que nos han acogido como en una familia». 

Sus clientes llegan puntuales para tomar el café y jugar la partida diaria. «Ha sido un año difícil con menos visitas en la zona y sin la celebración de las fiestas del verano que son importantes para mantener abierto el negocio», explica ayudado por sus clientes. «El centro social es un servicio muy importante, y no nos quejamos porque aunque somos pequeños no nos falta de nada», explica José Cortés. También Nacho Gil, alguacil municipal, ha elegido la tranquilidad de Layana tras vivir en otros lugares.

La rica miel de María Laita, una emprendedora con mucho arte

María y Félix, con el pequeño Regal y dos tarros de miel Los Bañales.
María y Félix, con el pequeño Regal y dos tarros de miel Los Bañales.
N. B.

María Laita es una enamorada del campo, del monte y de su pueblo. Nacer y crecer junto al yacimiento romano de Los Bañales la marcó, hasta el punto de estudiar Historia del Arte. Encontrar a alguien que, como ella, amaba el medio rural fue decisivo para cerrar su etapa zaragozana, volver a casa y buscar una actividad desde el emprendimiento. De forma un poco casual, surgió la apicultura.

Así nació la Miel de los Bañales. Se llama así porque los colmenares están situados en la zona de influencia de yacimiento, siguiendo antiguos asentamientos apícolas. «Ya hemos rehabilitado dos abejares, uno con arnas para extraer la bresca, como se hacía antaño, y otro que usamos como almacén a pie de colmenar, útil para guardar las colmenas vacías hasta la primavera. No es fácil, pero tiene muchas cosas buenas que hacen que ames lo que estás haciendo».

El resultado es una miel milflores y de encina que enamora al que la prueba. «Primamos la calidad sobre la cantidad; no llevamos las colmenas a cultivos extensivos, y esperamos para cosechar a que los panales estén bien operculados, para que la miel pierda el exceso de humedad y sea más potente en sabor y propiedades». Vende toda la producción en Ejea, Uncastillo, Sádaba y Biota. Para cerrar el círculo, María y Félix han aportado su granito de arena a paliar la despoblación. Hace poco más de un año que nació Regal. «En verano hay más niños, pero ahora está él y tiene la suerte de tener muchos abuelos para jugar. Como yo les digo a mis amigos de Zaragoza, aquí se vive dos veces».

La producción de trufa es su nuevo proyecto. «Plantamos las carrascas en un pequeño terreno que teníamos sin cultivar. Será una producción mínima, para la familia y regalos puntuales».

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión