coronavirus en aragón

"Hay una alta probabilidad de una cuarta ola, solo queda ver qué altura alcanzará"

Carlos Serón, jefe de la UCI del Hospital San Jorge de Huesca, lamenta que no se haya conseguido bajar más la incidencia "para afrontar adecuadamente la vacunación".

Carlos Serón es el jefe de Medicina Intensiva del Hospital Universitario San Jorge de Huesca
Carlos Serón es el jefe de Medicina Intensiva del Hospital Universitario San Jorge de Huesca
Pablo Segura

La UCI del Hospital San Jorge de Huesca está acabando el año con una ocupación baja, por suerte. ¿Es solo un período de calma antes de una nueva tormenta?

No hemos tenido ningún ingreso en la UCI con covid desde el 1 de diciembre. Nos quedan tres pacientes muy complejos dado que tienen estancias muy prolongadas, con muchas complicaciones. Ahora vivimos un periodo de calma, pero todos estamos convencidos de que va a haber un repunte importante a final de año y principios de enero por la falta de responsabilidad e información de muchas personas. Nos hemos quedado en una meseta alta con más de 200 casos por 100.000 habitantes y hubiera sido deseable haber bajado de 50 para haber afrontado adecuadamente el proceso de vacunación. Ahora estamos pendientes del efecto que va a suponer la celebración de la Navidad en el ascenso de la curva.

¿Qué resumen hace de estos últimos diez meses de pandemia?

A primeros de marzo nos encontramos con un tsunami que hizo temblar los cimientos de nuestra sanidad y por supuesto de nuestro hospital. Una enfermedad desconocida que cogió desprevenido a todo el sistema, con los servicios mermados por la anterior crisis y por la idea economista de que con menos se puede hacer más. Eso y la falta de una reserva estratégica por imprevisión hizo que la carencia de recursos, EPIs, respiradores, camas de intensivos, profesionales preparados…. fue la mayor preocupación. En mayo y junio hubo un receso que se aprovechó para estructurar mejoras en la unidad, se cerraron los espacios añadidos para críticos, se adquirieron mas respiradores, EPIs etc… Se esperaba el rebrote para otoño pero en julio comenzaron a aumentar progresivamente, cogiéndonos otra vez desprevenidos. Y en agosto ya teníamos la UCI llena nuevamente con la necesidad de trasladar pacientes a Zaragoza. Desde entonces hasta hace un par de semanas, ha habido un gran estrés.

¿Se aumentaron lo suficiente los medios humanos?

Hubo un importante trasvase de recursos de Enfermería de plantas, quirófanos, consultas... en los momentos mas difíciles. Y en Medicina Intensiva hubo que apoyarse en anestesistas. Actualmente se ha recuperado la plantilla con siete especialistas y cinco residentes.

"Fue más dura la primera ola. Atendimos menos pacientes que en esta tercera pero llegaron todos de vez y con falta de recursos"

¿Fue más crítica para la UCI la primera ola o esta tercera?

Fue más dura la primera. Atendimos a menos pacientes que en esta última ola, pero llegaron todos a la vez, lo que unido a la falta de recursos humanos y materiales hicieron muy difícil ese periodo. La segunda ola en verano fue más llevadera y la tercera que comenzó en septiembre y tuvo su mayor pico en octubre, ha sido más prolongada. En este último periodo la mayor preocupación ha sido la falta de camas, que nos obligaba a trasladar a pacientes, muchas veces en situaciones muy precarias, a UCIs de Zaragoza. Desde final de octubre han sido doce.

¿Ha variado el perfil de los pacientes en esta tercera ola?

Es muy similar a los de la primera ola, aunque quizás algunos años más jóvenes. En primavera tenían sobre todo entre 50 y 75 años. Pero también hemos tenido algunos incluso de 27. La gran mayoría han sido personas con hipertensión y obesidad, sin otras patologías.

¿Qué tipo de tratamientos están resultando más efectivos?

Algunos utilizados en la primera ola han dejado de usarse porque no se ha demostrado su utilidad, como la hidroxicloroquina y la azitromicina. Entre los antivíricos, quizás el remdesivir ha demostrado cierta eficacia en periodos precoces y cuadros de gravedad moderada. Y los más efectivos en los casos más graves han sido los antiinflamatorios como el tozilizumab, y especialmente los corticoides, que han demostrado un descenso de la mortalidad. Otros están aún en estudio, como el suero hiperinmune, otros antivíricos y antiinflamatorios. Pero no tenemos aún un tratamiento efectivo.

¿Qué porcentaje de pacientes de la UCI se logran recuperar?

En nuestra unidad hemos logrado mantener la mortalidad por debajo del 30% en todas las olas.

¿Han desmantelado ya las camas extra o las han mantenido por el temor a esa cuarta ola de enero?

Están disponibles para abrirse de nuevo cuando sea necesario. Somos muy conscientes de la alta probabilidad de una cuarta ola, solo queda por ver qué altura alcanzará. Cuanta menos interacción social y familiar haya, menor altura tendrá. Ahora ya solo dependemos de la responsabilidad individual. Debemos elegir entre demostrarles nuestro amor a nuestros mayores protegiéndoles o con besos, abrazos y celebraciones y quizás no poder hacerlo en el futuro porque ya no estén.

"Debemos elegir entre demostrarles el amor a nuestros mayores protegiéndoles, o con besos y abrazos y que no podamos hacerlo en el futuro porque no estén"

¿Cómo está el ánimo del personal sanitario a estas alturas?

Estamos muy cansados después de ocho meses enfrentándonos a situaciones muy duras, tanto físicas como psicológicas, y preocupados ante lo que pueda llegar. Nuestra esperanza, como la de todos, es la vacuna, aunque no será algo que actúe rápidamente, si no que necesitarán meses. Además, el virus ha venido para quedarse.

¿Qué lecciones ha aprendido?

Esta pandemia ha hecho que cambien mis prioridades. Me ha hecho pensar en lo frágiles que somos y he aprendido, sobre todo, el apoyo que precisamos todos en la enfermedad y especialmente en esta en la que la soledad y la distancia de los seres queridos ha hecho que a veces ni siquiera se haya permitido el último adiós. Tenemos que humanizar nuestras unidades y hospitales con estructuras adecuadas que no existen ahora.

¿Cómo va a celebrar la Navidad?

Solo con mi mujer y mi hija. Pediremos comida a un restaurante de Huesca como gesto para intentar apoyarles y visitaremos a los más ancianos de la familia con mascarilla, sin contacto y si puede ser al aire libre. Y me gustaría felicitar la Navidad de todo corazón, al magnífico equipo de la UCI y a todos los que nos han ayudado en los momentos más difíciles.

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