"Es inhumano dejar a miles de camioneros atrapados sin poder ir ni volver de Inglaterra"
Las asociaciones de transportistas aragonesas critican el cierre de la frontera francesa decretado por Macron
El blindaje ante la nueva cepa de la pandemia dejó ayer a miles de camioneros atrapados en retenciones kilométricas en la autopista A-20 que conecta el sur de Inglaterra con el puerto de Dover ante la imposibilidad de cruzar a Francia por el cierre de 48 horas decretado por el Gobierno de Macron. «Es inhumano y vergonzoso el trato a los transportistas», denunciaron las organizaciones aragonesas Fetraz y Tradime, que pidieron, al igual que la patronal a nivel nacional, que se desbloquee rápidamente esta situación.
Fernando Viñas, gerente de Fetraz, criticó que en plena víspera de Navidad se permita que miles de conductores queden atrapados y no puedan ni ir ni volver. «Es un caos total. Aunque estén habilitando el aeropuerto de Kent para acoger a parte de ellos, va a ser insuficiente al estar todo colapsado. A los conductores, de nuevo, los dejan abandonados a su suerte», dijo.
José Antonio Moliner, de Tradime, cuestionó también que se coja a los transportistas como «rehenes y que a nadie les importe que se queden varados dos días» a poco de que llegue la Navidad. «Los han parado a 46 kilómetros de Dover y ahí siguen inmovilizados», señaló, sin tener información de cuántos transportistas aragoneses podrían estar sufriendo esta situación.
Desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) explicaron que estaban pidiendo a las autoridades de todos los niveles (UE, el Reino Unido, Francia y España), resolver este bloqueo cuanto antes. Asimismo, la IRU (asociación mundial de los profesionales del transporte por carretera) hizo un llamamiento al Gobierno francés a «terminar esta acción sin sentido de no dejar pasar a los vehículos de mercancías que provienen del Reino Unido». Y recordaron que «en ningún momento de la pandemia se ha vivido una situación de este tipo, en la que se haya prohibido la circulación de los vehículos de mercancías por las fronteras de la UE» y pedían al Ejecutivo francés tomar medidas para liberar a los transportistas.
Por otra parte, este pasado domingo aterrizaron en el aeropuerto de Garrapinillos los últimos viajeros que pudieron asegurarse sin mayores problemas la conexión aérea entre Zaragoza y Londres. El vuelo procedente de Stansted aterrizó en la capital aragonesa pasadas las 21.00, y fue el último en librarse de la suspensión de los vuelos entre el Reino Unido y España por la aparición de una nueva cepa del coronavirus en las islas que resulta ser especialmente contagiosa, según confirmó la OMS.
El tráfico entre ambos países no se rompe por completo, ya que se va a permitir a españoles y residentes que vuelven de un país a otro. Sin embargo, los dos vuelos semanales de Ryanair (jueves y domingo) con Zaragoza quedan en la picota, lo que puede complicar la vida a los aragoneses que tenían pensado venir y a los que ya hayan venido y se tengan que volver.
A la espera de que se tomara esta decisión, en la terminal zaragozana ya se habían previsto medidas ante la previsible llegada de personas residentes en el Reino Unido: un control documental y visual, además de la exigencia de una PCR negativa realizada 72 horas antes de su llegada a España.
