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El aforo del 30% en la hostelería dispara las reservas en el primer día de apertura en el interior

El sector teme un nuevo cierre y los gimnasios retoman su actividad con el objetivo de demostrar que son sitios seguros.

El bar Gabana, del grupo Canterbury, abrió ayer por primera vez sus puertas.
El bar Gabana, del grupo Canterbury, abrió ayer por primera vez sus puertas.
Toni Galán

Los cafés vuelven a servirse bajo techo. El sector hostelero de Aragón recuperó este martes la actividad en el interior de los locales con un aforo máximo del 30%. Aunque lo hicieron más "por tirarse a la piscina" que por rentabilidad, según los representantes del sector, el regreso a los espacios interiores en pleno mes de diciembre fue muy bien recibido por los clientes, que se lanzaron a hacer reservas desde que el Gobierno de Javier Lambán anunció la reapertura. No obstante, los empresarios ven "insuficiente" la flexibilización de las medidas y, sobre todo, temen tener que enfrentarse a un nuevo cierre después de la Navidad. También retomaron la actividad en gimnasios y salones de juego, con los mismos aforos.

En cafeterías, bares y restaurantes, se pudo ocupar el 100% de las terrazas y la ampliación de la hora de cierre a las 22.00 permitió rascar algo de tiempo para las cenas. Con todo, los hosteleros lo consideran "escaso" y, mientras estudian fórmulas para adaptar los hábitos de los consumidores, piden ganar 60 minutos más. En Le Petit Comité, ubicado en la calle de Hernando de Aragón de Zaragoza, están preparando una serie de ofertas que motiven a los clientes a acudir más temprano. "Con este horario nos da tiempo a un turno de cenas, un poco apresuradamente, pero vamos a luchar y darle bombo para que podamos hacer uno anterior, que empiece sobre las 19.00", explicó su propietario, Alberto Álvarez.

Tras el primer día, en el que las reservas han ido subiendo –en parte debido a la necesidad de asegurarse una mesa por el aforo reducido–, pudo comprobar que "la gente tiene ganas de hacer cosas". No obstante, las restricciones afectan "mucho" a la hora de facturar, y más con una caja ya mermada tras nueve meses de pandemia. "No sabemos si nos va a dar para cubrir los gastos. Es muy complicado que con todas las medidas lo podamos hacer, pero nos adaptamos a lo que hay", enfatizó. Asimismo, el hostelero observó que hay clientes que, pese a ya poder hacerlo, prefieren no pasar al interior y consumir en la terraza porque se sienten más protegidos frente al coronavirus.

Un plan de ayudas

Ante esta situación, las asociaciones del sector reclaman a las administraciones que pongan en marcha más planes de ayudas para paliar los desastrosos efectos que la crisis sanitaria está teniendo en la economía de los establecimientos. Así lo recordó el presidente de Cafés y Bares de Zaragoza, José María Marteles, que pidió "buscar una solución" al acusado desplome de la facturación.

En cuanto a la relajación de las medidas de la fase 3 flexibilizada, dijo que "menos es nada", pero aseguró que no servirá de mucho para los locales que dependen de la barra –todavía prohibida–, que además son una mayoría. Según cálculos de su entidad, estos meses cerrados han supuesto la pérdida de 180 millones de euros en la hostelería de la provincia, que aglutina el 60% de los establecimientos de la Comunidad. "Si no nos ayudan, no sé cómo lo vamos a hacer –lamentó–. Anunciaron un rescate y aquí no llega nada".

Tomarse un café en el interior de una cafetería es ya posible en Aragón. Desde ese martes ha abierto el interior de los establecimientos de hostelería con un foro del 30%.

Igualmente, los empresarios de Huesca guardan la esperanza de que los aforos se amplíen pero también temen que, pasadas las fiestas, vuelva a prohibirse consumir dentro. La mayoría de los locales pequeños y medianos abrieron, pero aquellos de mayor renombre decidieron continuar con la comida para llevar.

En Teruel, en torno al 50% de los restaurantes siguen cerrados. El presidente de Empresarios Turísticos, Juan Ciércoles, señaló que con las restricciones no es rentable subir la persiana y pidió una discriminación positiva para los establecimientos del medio rural.

Entre los hosteleros que abrieron sus puertas figura El Mercado, en la céntrica plaza de Los Amantes de la capital turolense. Su propietario, Fernando Cánovas, señaló que la reapertura del interior era particularmente urgente en una ciudad que destaca por su crudo clima invernal. "Los clientes han entrado con una satisfacción brutal porque en las terrazas hace mucho frío", agregó.

Parte de la solución

Los directores de los gimnasios reabrieron "contentos" y con el interés de demostrar que son parte de la solución y no del problema. "Vamos a llevar a rajatabla todas las medidas para demostrar que somos una actividad responsable y esencial", puntualizó Alberto García, gerente de la patronal de centros deportivos y gimnasios. Volvieron a subir la persiana con mayores medidas de seguridad, aforos del 30% y el uso obligatorio de la mascarilla. "Hay actividades como pilates o yoga que es más fácil. No lo es tanto cuando ya tienen un componente cardiovascular, pero es cuestión de adaptarse", recalcó Javier Regaño, director de Áccura Zaragoza, quien pudo sacar del ERTE a casi la totalidad de la plantilla.

Con una mampara de separación y mascarilla. Así volvió ayer Mapi Hernández al centro Brooklyn Fitboxing de Parque Venecia. "Después de un mes y medio sin hacer ejercicio intenso, el tema de respiración con la mascarilla se hace más difícil", reconoció esta joven tras la primera clase. También regresó Miguel García: "Me parece uno de los espacios en los que más se respeta la distancia y la higiene personal".

En Huesca, Diego Rabano, de Fitness DR, indicó que "los usuarios han vuelto ilusionados". Según dijo, el cierre "ha hecho mucho daño y la reapertura se produce en unas fechas en las que la gente deja de venir". Clara Coiduras, del J10, comentó que la alegría de reabrir se empaña al pensar que tras la Navidad pueden cerrar. Este martes, los más ilusionados eran los niños de los cursillos de natación. "No ha faltado ninguno", dijo.

Los centros deportivos, señaló Alberto García, perderán a lo largo de este año más del 50% de los ingresos, por lo que reclaman ayudas públicas para el sector. Precisamente este martes, la Comisión de Economía rechazó una proposición no de ley –impulsada por el diputado del PP Javier Campoy– en la que se instaba a la DGA a presentar en el plazo de quince días, un plan de ayudas a los gimnasios.

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