El Ecce Homo de Borja, ahora, en versión llavero japonés

Una marca nipona saca a la venta una colección de llaveros con algunas de las restauraciones más fallidas de la Historia del Arte español.

Las visitas a Borja por el Ecce Homo se multiplicaron por cuatro.
Las visitas a Borja por el Ecce Homo se multiplicaron por cuatro.
Laura Uranga

Camisetas, botellas de vino, cómics, máscaras de Carnaval e, incluso, una ópera rock. ¿Qué más quedaba por hacer con la fallida restauración del Ecce Homo de Borja? Una empresa japonesa acaba de sacar al mercado una colección de llaveros no sólo con la imagen del Cristo que retocó Cecilia Giménez, sino con toda una serie de desafortunadas restauraciones artísticas españolas. Ahí pueden verse una deforme Inmaculada de Murillo de una colección valenciana o un San Jorge de Estella (Navarra), que pasó de ser una digna talla del siglo XVI a una suerte de tira cómica tras su rehabilitación.

La joya de la corona es, sin duda, el Ecce Homo del Santuario de la Misericordia de Borja. Hace ya más de ocho años que la malograda restauración del fresco saltó a los medios de comunicación y, desde entonces, no ha dejado de dar noticias. Tanto, que en la localidad se ha construido un centro de interpretación y a las puertas del templo hay una mapa con alfileres que indican la procedencia de sus visitantes: prácticamente han llegado de todos los rincones del planeta. 

Según publica el suplemento 'Verne', del diario 'El País', quien está detrás de la curiosa colección de llaveros es la empresa nipona Rainbow que ha sacado al mercado la serie 'Restauraciones fallidas'. Los llaveros se consiguen en las clásicas máquinas expendedoras de las estaciones de tren y de metro, así como en los salones recreativos que también suelen tener estos dispositivos de bolas transparentes. El coste para poder dar la vuelta a la manija y hacerse con uno de estos premios es de 100 yenes, esto es, unos 70 céntimos de euro. 

En la publicidad de la marca aparece el trasunto de una restauradora -acaso la propia Cecilia- pincel en mano y resoplando, como dando a entender que la labor se le queda algo grande. Rainbow ha fabricado 10.000 unidades de estos llaveros, que son codiciados por los coleccionistas. Hay cuatro modelos, pues a los tres ya citados se suma también la pequeña catástrofe que una vecina de Rañadoiro (Asturias) hizo con figuras religiosas de los siglos XV y XVI, a las que tiñó de verde y rosa.

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