entrevista 

"Tenemos que ser más competitivos en investigación"

El montisonense Enrique Playán, director de la Agencia Estatal de Investigación, destaca que los presupuestos generales del Estado contempla ampliar 215 millones para investigadores 

El monstisonense Enrique Playan, director de la Agencia Estatal de Investigación, en Zaragoza.
El monstisonense Enrique Playan, director de la Agencia Estatal de Investigación, en Zaragoza.
Francisco Jiménez

¿Cuáles han sido sus trabajos de investigación en Aula Dei?

He trabajado desde la gestión del agua y equipos de riego a la organización del regadío en el valle del Ebro, que me apasiona, y la informática. Y sigo trabajando en esos temas.

¿Haber llegado, en 2018, a director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) es un premio?

Mi puesto es temporal. Yo era y sigo siendo un investigador, porque tengo que volver a mi trabajo anterior. Eso me ayuda a entender mejor las demandas de mis compañeros.

¿Cómo está influyendo la pandemia en su trabajo?

Nos ha montado una gran revolución. Éramos una agencia en la que trabajábamos en un edificio 300 personas aquel viernes 13 de marzo y desde el 16 empezamos a teletrabajar. En una semana montamos una revolución informática y hemos conseguido salvar un año bastante razonable. Se ha cambiado la comunicación con los investigadores, porque antes venían a la agencia para participar en reuniones.

¿Los Presupuestos supondrán más dinero para la AEI?

Nosotros damos mil millones al año para proyectos de investigación. Pero el dinero que concedemos incluye préstamos y fondos Feder; nuestro presupuesto efectivo este año es en realidad de 610 millones y en los Presupuestos del Estado para 2021 ya están ‘pintados’, como dicen en Madrid, 825 millones.

Eso supondría una mejora notable.

Sí, si se consigue ese presupuesto podríamos cambiar el juego de la Agencia. Seguiríamos trabajando con fondos Feder y préstamos a empresas, pero multiplicaríamos nuestra capacidad de ofrecer subvenciones a los investigadores, que es nuestro objetivo.

Los investigadores presentan sus proyectos, pero luego pueden conseguir la ayuda o no...

Sí, y eso enseña mucho. Lo primero, que todo es posible por difícil que sea un programa. Pero otras veces no aciertas y no ganas, aunque estés enamorado de tu idea. Hay que aprender cuando las cosas no salen bien.

El patólogo Elías Campo dice que se necesitan proyectos a largo plazo.

Es verdad. Nosotros damos ayudas a los investigadores por tres o cuatro años, sin garantizar un tiempo mayor.

¿Cómo ve desde la Agencia Estatal de Investigación los proyectos presentados por Aragón?

El proyecto del tren de hidrógeno me parece espectacular. Es verdad que más de la mitad de las ayudas se dan a Madrid o a Cataluña, pero el desarrollo científico ha ido floreciendo en otras zonas y Aragón es una de ellas. La Comunidad podría poner más énfasis en sus capacidades científicas.

Hay terrenos en los que Aragón es líder, como las energías renovables.

Sin duda. Y ese campo abre una oportunidad para que en España cambiemos el modelo de desarrollo. Solo que debemos darnos cuenta de que estamos en el siglo XXI y hay que ser más competitivos en investigación.

¿Qué piensa del trabajo de la Universidad de Zaragoza?

La Universidad de Zaragoza es un gran centro de conocimiento e innovación que sorprende en muchos aspectos. En la Agencia Estatal de Investigación es una de las más competitivas, como en el Consejo Europeo de Investigación. Tienen unas capacidades tremendas de I+D+i; y si además forman a los jóvenes para pasar el testigo, están sembrando las semillas del siglo XXI, con empleos de calidad.

¿No somos conscientes de lo que tenemos en Aragón?

Empiezan a venir empresas punteras en algunos sectores. Aragón necesita desarrollar capacidades de crecimiento económico basadas en el I+D+i. Es un modelo que nos complementa y tenemos que entrar en las empresas basadas en las tecnologías del siglo XXI: movilidad, energía y biotecnología.

¿La investigación cada vez es más trasversal en los proyectos?

Es muy importante en los tiempos que corren porque se soportan mal las disciplinas cerradas. Cuando fuimos a la Universidad había pocos grados, entre físicos, químicos, matemáticos y las ingenierías, pero estaba todo encapsulado. Ahora todo está muy abierto y las soluciones rompedoras o creativas salen del contraste entre distintas disciplinas. Intentamos fomentarlo, pero es complicado porque el valor de lo mestizo no es siempre destacado y tiene mucho futuro. A los investigadores les suelen gustar más los temas puros.

¿Van a regresar los investigadores que se tuvieron fuera de España?

Puede ocurrir, pero es difícil revertirlo si ya son investigadores de 50 años. Lo importante es que aunque estén fuera puedan trabajar en red con gente de aquí y tengan siempre una mirada aquí. Algunos pueden volver si se les ponen las condiciones. En nuestra Agencia no hemos tenido suficientes ayudas para retener a los investigadores españoles. Este año vamos a ganar un 30% en la capacidad de traer doctores…

Fue seleccionado entre 60 aspirantes. ¿Hasta cuándo seguirá al frente de la AEI?

El estatuto de la Agencia dice que el puesto de director es por tres años y se puede renovar por otros tantos. Pero mi compromiso es hasta 2021. Volvería a hacerlo, aunque es un gran esfuerzo. Soy el ejecutivo de mi Ministerio de Ciencia.

No son políticos en su puesto…

Claro, mi puesto es técnico destinado a investigadores con experiencia en gestión y he aprendido mucho. Estoy contento porque soy inquieto y me gusta una carrera no lineal.

¿En su regreso a Aragón qué pretende retomar?

Seguir con el uso de agua en la agricultura, el uso de energía, la sostenibilidad…

¿Los pueblos se abandonarán por la llegada de los molinos?

Es un modelo de renta para los pueblos, como una oportunidad, y se generan nuevas posibilidades. Ayuda a vivir en un mundo en el que hace falta mucho dinero ahora. Tienden posibilidades a los pueblos de Aragón para reinventar esas sociedades rurales y los fuentes de ingresos.

¿Los vecinos de las ciudades se van a ir a los pueblos?

Sí, algo estaba pasando, pero ahora ya estamos asociando las ciudades con situaciones difíciles y puede llevar más gente a los pueblos. La conexión con sus orígenes antiguas o nuevas, aunque no va a ser mayoritario. Es algo más al esquí, al regadío y a la ganadería. Los pueblos han sido monotemáticos y ese ha sido su problema, ahora podrán diversificar sus actividades.

¿Donde acabarán nuestros hijos?

Fuera de España. El mayor lo tengo en Suiza en un master y el pequeño sale el año que viene de la universidad. El mundo se ha puesto muy pequeño para ellos y ese ha sido también el problema del coronavirus. Yo salí con 24 años y cogí el primer avión de mi vida para ir a América. Las oportunidades de los chavales es que tengan algo de ofrecer a la sociedad. 

¿Y la vacuna llegará sin problemas?

Llegará la vacuna y estaré en la cola para ponérmela. La ciencia es el futuro. Las vacunas nos han llevado donde estamos, salvando millones de vidas. Tengo 55 años y aún vi los efectos de algunas enfermedades que están hoy controladas. Ahora es una carrera comercial. Hemos aprendido a hacerlas más rápido para la próxima. Todas las inversiones en ciencia salen al final y son rentables. Dicen que del laboratorio a la calle hacen falta diez años.

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