Alertan del daño que causan las motos en los montes cercanos a Zaragoza

Los montes de los alrededores de Zaragoza se han convertido, en los últimos años, en una especie de circuito de motos. Algunos puntos de la estepa que rodea a la capital aragonesa son frecuentados por vehículos a motor que abren nuevas sendas y deterioran la fauna y flora del lugar, a pesar de que en muchos casos está protegido medioambientalmente.

Los últimos en denunciar esta situación han sido varios vecinos de Alfajarín, que han reclamado por varias vías a las autoridades competentes y al Seprona un mayor control. Muchas motos, cada vez más según denuncian, llegan a esta zona para aprovechar las fuertes pendientes que ofrece el monte. Antes del confinamiento, los aficionados al motor llegaban de comunidades vecinas como Cataluña o incluso del extranjero, por las prohibiciones que se imponen en sus territorios para esta actividad.

El caso es que el constante paso de motos deteriora el monte, un terreno ya de por sí corrosivo, al ser una zona seca y con poca cobertura vegetal. “Se ha ido corriendo la voz y es una locura la de motoristas que suben. La primera capa de tierra se destruye y se erosiona de forma brutal”, cuenta Alberto Lasala, vecino de esta localidad. Cuando llueve, el agua corre por el surco que han creado las ruedas, lo que agudiza esa erosión.

Tradicionalmente, este monte lo recorrían un puñado de caminos, frecuentados por ganaderos, agricultores y algún que otro excursionista. Últimamente, las sendas se han multiplicado. Solo en la conocida como ‘senda del esparto’ -porque se recorría para ir a coger estas plantas-, “las motos han hecho más de cien sendas en apenas cinco kilómetros”, apunta Lasala, quien señala que “el destrozo que provocan es alarmante”.

Diego Masip, también vecino de Alfajarín, señala que “siempre ha habido costumbre de motocicletas”, pero que antes se hacía “de una forma más respetuosa”. “En los últimos años son unos pocos los que hacen daño, que cuelgan sus ‘tracks’ -recorridos por GPS- en internet y llaman la atención en otras partes”, añade.

El monte de Alfajarín es una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), “y la Ley de Montes de Aragón prohíbe transitar fuera de los caminos”, apunta Masip. “Hay gente que considera que esto no es bosque y que no hay que protegerlo, pero tiene una gran riqueza medioambiental. Este es nuestro pequeño parque natural de Ordesa, y creo que nadie iría con las motos por Ordesa”, añade este vecino de la localidad.

Uno de los arqueólogos que ha trabajado en los yacimientos encontrados recientemente en la zona -y que prefiere mantener el anonimato-, cuenta que el paso de las motocicletas supone además “un atentado contra el patrimonio”, ya que el monte fue “un importante frente de la Guerra Civil” que guarda trincheras y búnqueres por los que también se meten las motos. Además, incluso han deteriorado un yacimiento de la Edad de Bronce en el que él mismo trabajó. “Destrozaron algunos muros”, lamenta.

Este experto, también vecino de la zona, señala que comparando los cambios en la zona gracias a un programa del Instituto Geográfico Nacional, “el cambio que se observa es una pasada”. Tras conquistar las crestas que ofrece el monte, el siguiente paso fue bajar a los barrancos, donde la humedad favorece que se concentre más vegetación. “Es una zona curiosa, que parece un secarral, pero en esos sitios estrechos estrechos crecen árboles y mucha vegetación”, añade.

Por todo ello, estos vecinos reclaman “que se cumpla la ley” y que haya una mayor vigilancia. “En ocasiones parece que gocen de inmunidad para ir por donde quieran”, apunta Alberto Lasala. “Encima les llamas la atención y se te ríen”, critica.

Respuesta del Gobierno de Aragón

Desde la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal informaron que están al tanto de esta situación y que "se ha intensificado la vigilancia en la zona a través de los Agentes de Protección de la Naturaleza", y que en el caso de detectar un delito medioambiental pueden abrir un expediente administrativo sancionador.