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El Planerón, un Walhalla de la ornitología

La reserva agroesteparia de SEO BirdLife está en el término de Belchite, pero casi todas sus parcelas pertenecen a agricultores de Codo, más cercano

El término municipal de Codo no es precisamente amplio; de hecho, lo rodea del de Belchite. Eso incluye la reserva ornitológica del Planerón, a 15 kilómetros de Belchite y solo cinco de Codo. El cabezo de Las Pedrizas es una visión popular por el uso frecuente que la publicidad ha hecho de sus rocas en si singular gradación de colores, y la iniciativa de la reserva que comenzara en 1992 SEO BirdLife sigue vigente; se trata de un enclave muy famoso en todo el mundo de la ornitología.

Luis Tirado, delegado de SEO BirdLife en Aragón y director de la reserva, desgrana la particular idiosincrasia del espacio. “Es la primera reserva privada de tipo agroestepario declarada como tal en España y Europa. Tiene ahora mismo 700 hectáreas de vegetación, perfectamente conservada; algunas de estas parcelas son antiguas, se conservan intactas desde hace 80 años o más. Aunque las comparaciones sean odiosas, el Planerón vendría a ser como los hayedos de la Selva de Oza, perro en la estepa. De hecho, hay un nexo común entre un bosque pirenaico o moncaíno y la estepa: en los dos casos hay muchísimos líquenes”.

SEO BirdLife Aragón compró estas parcelas en 1992 con la versión ‘primitiva’ de un recurso que luego ha sido muy popular: el ‘crowdfunding’. “Se hicieron aportes en pesetas, para ir sumando pedacitos gracias a cada colaborador. Ahora se sigue comprando terreno poco a poco, sobre todo a vecinos mayores que ya no las quieren y no tienen intención de ponerlas a producir”.

La mayoría de los propietarios en las parcelas del Planerón son de Codo. “Hay casi 4.000 hectáreas a nuestro alrededor –explica Tirado– y la responsabilidad de la conservación del entorno va más allá de la reserva; las gestiones se hacen de manera conjunta con los agricultores. Esta zona tiene unas medidas agroambientales fundamentales para conservar la biodiversidad, diseñada junto a los agricultores de Codo. Así estamos contentos unos y otros”. Tirado agradece el apoyo de la Asociación Para El Desarrollo Rural Integral de la Comarca Campo de Belchite (Adecobel) en la formación de guías para el turismo ornitológico. “Vienen miles de aficionados cada año, hasta 15.000 hemos registrado en pasados ejercicios, casi todos extranjeros. Los touroperadores específicos de toda Europa tienen al Planerón como punto clave”.

La estrella del Planerón es el rocín, nombre aragonés de la alondra ricoti. “Lo de rocín viene de su canto melodioso a la hora del rocío mañanero; está en peligro de extinción y es visible en muy pocos lugares de España. También tenemos nuestras palomas del desierto, la ganga y ortega, muy adaptadas a la estepa; tienen como costumbre empaparse las plumas y calmar la sed de sus polluelos con el agua que acumulan en ellas. El suelo es muy salino y hay un viento fuerte, lo que complica la existencia de agua en superficie. Es un medio hostil”.

En las visitas se analiza esa adaptación de las especies al medio, desde aves a insectos o plantas. “La estepa aragonesa –concluye Tirado– tiene una gran relevancia, con varios lugares destacados: las salinas de Chiprana o Sástago-Bujaraloz, Gallocanta, Alcañiz... el mundo así lo reconoce. Tenemos que preservar este tesoro”.

Benjamín Jarnés, señor de la letra, y Domingo Carreras, el más veloz

Carmen Fernández y José María López vienen de Zaragoza. Carmen trabajó como administrativa en el sector de la construcción; José María fue albañil durante muchos años, y se especializó en rehabilitación de iglesias y museos, amén de excavaciones arqueológicos. “Colaboré en los trabajos del Torreón de la Zuda y el Paseo de la Independencia en Zaragoza, y he trabajado mucho por Teruel. Nací en Zaragoza, pero hace 11 años Carmen y yo decidimos buscar casa en un pueblo. Vinimos aquí y el dueño del bar nos dijo que había una a la venta; cuadraba el presupuesto y la compramos. La hemos arreglado bien”.

Saber a posteriori que esa casa era la del escritor codino Benjamín Jarnés, que se codeó con la generación del 27, fue sorpresa y acicate al mismo tiempo. “Hasta encontré un recibo de la contribución de la casa, de los años 20 –explica José María– y enseguida quise saber más. Hablando con Jorge Cuevas fuimos interesándonos más por su figura y otras referencias culturales del pueblo, y armamos la Asociación Cuatro Torres; movemos las actividades junto a María Luis y Marta Aínsa en el núcleo más activo, pero hay muchos socios que pagan una cuota simbólica de uno euro al mes”.

Con la casa vino una colección de doce Cuadernos Jarnesianos editada en su día por la Institución Fernando el Católico. “Al lado, en la Casa del Cura, queremos hacer un museo etnográfico en la planta calle, que también aluda a la guerra civil sin profundizar en rencores, y al dance de Codo; en la parte de arriba estará el espacio de Benjamín Jarnés y el atleta olímpico Dionisio Carreras”. Carreras, ‘El Campana’ en su pueblo, fue noveno en el maratón de los Juegos de París en 1924, a pesar del tiempo perdido por una confusión en la ruta. Murió joven, a los 52 años. Jarnés s e exilió a Francia primero y a México después, y volvió en 1948, ya enfermo, un año antes de morir a los 60 años de edad.

La Asociación Cuatro Torres, al rescate de la tradición del pueblo

La Asociación Cultural Cuatro Torres se creó a finales del 2019; es de carácter no lucrativo y persigue la defensa, el estudio y la difusión de la historia, la cultura y el patrimonio de Codo. La meta de sus miembros es investigar y dar a conocer la esencia de la historia codina. Además, desde el primer momento ha aplicado una política de puertas abiertas a toda persona que quiera colaborar con estos fines. La asociación está recolectando e inventariado objetos de los vecinos de Codo para instalarlos en el futuro museo del pueblo, además de efectuar entrevistas a la gente mayor para aterrizar la tradición oral y hacer que perdure. Este año, la asociación ha hecho una sesión de cortos, una charla sobre los orígenes de la comarca y del pueblo, un paseo histórico y cultural por Codo y una charla sobre la Guerra Civil. Para un futuro próximo se ha planteado un curso de restauración.

CODO

Comarca. Campo de Belchite.

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, hay 47 kilómetros por la N-232 y la A-222.

Dónde alojarse. Hay dos coquetas casas rurales, Casa Tere y El Altero, y los apartamentos turísticos Los Zafranales. Para comer y tomar algo, las referencias son Bar Perico (migas y tapas de prestigio en la zona) y el Casino.

Dance de Codo. La asociación Cultural Dance de San Bernardo ha culminado el rescate de esta tradición local, plasmada al completo en 2017. Participan entre 20 y 30 personas de todas las edades.

El esparto. La tradición en la recogida y usos de este recurso se ha extendido recientemente al mundo del teatro; el grupo local El Esparto de Codo evoluciona sobre las tablas desde hace seis años.

Iglesia de San Bernardo. Construcción barroca del siglo XVII, en ladrillo. La fachada principal remata en frontón triangular; en su centro abre la portada de acceso al interior en arco de medio punto entre pilastras. La torre se levanta del lado del Evangelio.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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