Un paseo por la reserva del Planerón

Un nuevo camino une la localidad zaragozana de Codo con las 700 hectáreas que forman el espacio ornitológico. Una ruta señalizada para conocer aves únicas en España

El paisaje estepario de la reserva ornitológica del Planerón, junto a Belchite.
Un paseo por la reserva del Planerón
SEO BIRDLIFE

Está de moda el estilo ‘slow’, de viajar sin prisas, cocinar a fuego lento, cultivar al estilo natural... Naturalistas como el aragonés Pablo Vicente, de la sección aragonesa de la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife) saben que solo el estilo ‘slow’ permite divisar y reconocer aves. «Una visita a una reserva ornitológica supone pasear, guardar silencio, saber esperar y abrir bien los ojos para distinguir las cosas más bonitas que ofrece la naturaleza. Ahora está de moda el ‘mindfulness’, la concentración. El ornitólogo ha practicado ese silencio y meditación desde hace generaciones».

Las aves son los animales salvajes que más cerca tenemos y en Aragón somos afortunados, ya que nuestro ecosistema estepario es rico en diversidad. Y es en Belchite donde resisten unos centenares de hectáreas de esa estepa que no han sido roturadas para cultivos. Se trata de la reserva del Planerón, hogar de interesantes aves como la alondra ricotí, «y a la que acuden ornitólogos de todo el mundo. Es curioso cómo algunos aragoneses rechazan ese paisaje estepario y otros viajan para poder conocer aves tan distintas», indica Vicente.

Para potenciar la reserva, se ha presentado hace pocas semanas un nuevo camino que va desde la localidad zaragozana de Codo hasta la reserva. Un recorrido de 9 kilómetros, que puede realizarse en una hora y media y que, al ser por terreno llano y cómodo, puede disfrutar toda la familia. «Lo mejor sería ir a primera hora de la mañana o de la tarde. No solo a nosotros nos afecta el calor, las aves también se resguardan en las horas centrales del día. Pero a primera y última hora se pueden observar», indica Vicente, que recomienda llevar zapato cómodo «y una botella de agua para poder hidratarse. Por supuesto, no pueden faltar los prismáticos, para ver bien las aves».

Paisaje único

El estrés hídrico, fuertes vientos, fríos invernales e insolación veraniega convierten a la estepa aragonesa en un espacio en el que los seres vivos han de desarrollar estrategias para sobrevivir, y eso hace que los animales y plantas que los habitan sean tan excepcionales. Hablamos de ‘superplantas’, como la sosa o el limonio que sobreviven a pesar de la salinidad, de aves como la alondra ricotí o la terrera marismeña, rarísimas de ver en otros parajes.

Son interesantes de observar aves como la collaba gris, que forma parte de las que se aprovechan de los cultivos, al igual que la avutarda, el alcaraván, la calandria, la alondra o la perdiz roja. También el buitre leonado, rapaz de la población de reptiles y mamíferos. Al igual que es hermosa la grulla común, que utiliza la laguna del Planerón como punto de encuentro de sus migraciones: cada año se encuentran en la estepa de Belchite unas cien garzas. Y la alondra ricotí, cuya población es muy reducida en el mundo. También son muy buscadas por los ornitólogos la ganga ibérica o la terrera común.

SEO Birdlife ha editado una miniguía de aves para principiantes: 48 páginas, con ilustraciones de Juan Varela, que servirán para mostrar el valor ornitológico del entorno y darlo a conocer en ferias especializadas, como la de Rutland (Inglaterra), que se celebró hace una semana.

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