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La Brigada Aragón y la UME actúan en cuatro centros de mayores

Los militares emprenden una nueva campaña de desinfección en las residencias durante la segunda oleada

Así se prepara la Brigada Aragón del Ejército para proceder a la desinfección de una residencia afectada por casos de covid-19.
Así se prepara la Brigada Aragón del Ejército para proceder a la desinfección de una residencia afectada por casos de covid-19.
Guillermo Mestre

La nueva campaña de desinfección de las residencias de Aragón activó ayer a efectivos de la Brigada de Aragón y de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que actuaron en cuatro de ellas entre las provincias de Zaragoza y Huesca. Fue la respuesta del Ejército, con la operación Baluarte, ante la segunda oleada, similar a la que hicieron entre marzo y junio con la operación Balmis, cuando actuaron en más de 200 residencias en Aragón.

Efectivos de la unidad de desinfección NBQ de la Brigada Aragón emprendieron ayer tareas de descontaminación en la residencia Ballesol, situada en el Actur, junto al paseo de Ranillas, durante más de tres horas en un edificio que tiene cinco plantas.

Habían ido a visitarlo el pasado miércoles para preparar el protocolo que debían estipular y finalmente acudieron una quincena de militares. Posteriormente, se trasladaron a otro centro de mayores de El Burgo de Ebro.

El capitán Juan Ignacio Gamara explicó ayer que su trabajo se desarrolló tanto en las zonas comunes como en un centenar de habitaciones, donde los residentes se mantuvieron encamados durante toda la desinfección. En la mayor parte de la intervención los trabajadores del centro colaboraron con la salida de los ancianos de las habitaciones, pero si alguno se tenía que quedar dentro, los militares extremaban el cuidado en su actuación.

Traje especial y filtros 

Una quincena de militares se colocaron sus trajes especiales de NBQ (utilizado para la guerra antiquímica) y unos filtros HEPA previstos en el bloqueo de pequeñas partículas de alta eficiencia para evitar el contagio en lugares afectados o con riesgo.

En el interior del edificio, el capitán indicó que utilizaron el material habitual en la desinfección, compuesto por una solución hidroalcohólica. Se aplicó en las zonas comunes de convivencia, desde las manecillas de las puertas hasta las sillas, y en los lugares privados.

En esta ocasión no han utilizado el robot Atila, como el que dispone en regimiento de Pontoneros para la descontaminación, si bien están dispuestos a ponerlo en marcha tras los cursos llevados a cabo durante el verano.

Pasado el mediodía, todo el equipo de la Brigada de Aragón se trasladó al Burgo de Ebro para intervenir en la residencia Los Manantiales, bastante más pequeña que la del Actur. Por eso, su actuación prevista fue más corta, aunque aplicaron el mismo protocolo y previsiones.

Asimismo, la Unidad Militar de Emergencias se desplazó ayer a dos residencias, ubicadas en Garrapinillos y Barbastro. Esta iniciativa se produjo tras su primera actuación en esta segunda oleada, donde estuvo en Alagón, en la residencia del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). Además, tiene previsto intervenir hoy en otra en Huesca.

Dos equipos integrados por una quincena de militares, especializados en la desinfección, se trasladaron a la residencia municipal de Barbastro y a otra situada en Garrapinillos, más próxima de la sede de la UME en la Base aérea de Zaragoza.

Fuentes de la UME explicaron que la intervención en la capital barbastrense fue en el centro municipal a bordo de cinco vehículos ligeros trasladados hasta el lugar, con el material de protección y de intervención.

En Garrapinillos intervinieron en el centro neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen, que gestionan las Hermanas Hospitalarias. Acudieron 22 militares para la desinfección, junto a un coche y un autobús para su traslado hasta el centro.

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