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Toque de queda en los polígonos en Zaragoza: cafés rápidos en la calle y menos actividad

La primera jornada del nuevo estado de alarma por la pandemia de covid ha bajado algo el movimiento en las zonas industriales, donde los trabajadores esperan que se prolongue lo menos posible.

José Luis Lázaro, transportista.
José Luis Lázaro, transportista.
Heraldo.es

En esta primera mañana de lunes tras el toque de queda para frenar los contagios de covid solo algunos valientes se han atrevido a parar antes de entrar a trabajar a echar un café. La aplicación en Aragón del nivel 3 de alerta tras llegar el millar de contagios diarios hace que solo se pueda consumir fuera y con la mitad de mesas.  "Hay mucha menos gente aquí que antes y para el tiempo que viene se van a acabar los cafés", asegura José Luis Lázaro, conductor, apurando el suyo sobre las 7.00 en uno de los bares de gasolinera de la carretera de Logroño antes de seguir camino hacia el polígono Plaza. "La gente se lo está tomando con mucho cachondeo y lo estamos pagando", lamenta sobre la subida de contagios. Culpa más a los jóvenes porque "los que somos mayores tenemos más miedo", reconoce.

Entre los efectos más negativos de las restricciones apunta a la hostelería, donde trabajan dos de sus hijos. Ve también consecuencias positivas como que el gasoil y la gasolina estén baratos, aunque le preocupa que es por la caída de la actividad debido a la crisis sanitaria. "Me voy ya", anuncia dejando el café. 

Servicios esenciales 

El tráfico a primera hora es fluido hacia los polígonos industriales y algunos de los trabajadores creen que hay menos que otros días. "No había atasco al entrar en Plaza a las 7.15 cuando he llegado y normalmente hay más tráfico a estas horas por el polígono", explica José Antonio Montaño, mientras espera a que carguen su camión en uno de los muelles de la empresa de logística Grupo Usieto. 

José Antonio Montaño, transportista de grupo Usieto de Zaragoza.
José Antonio Montaño, transportista de grupo Usieto de Zaragoza.
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Nota también que la actividad ha bajado porque lleva menos pedidos que otros días. Reparte productos de alimentación a tiendas y bares. Desde estos últimos se han cancelado algunos encargos para este lunes, explican desde la compañía aragonesa que trabaja en toda España. Como actividad esencial han estado operando también por la noche para cubrir sus rutas. Como ocurrió durante el anterior estado de alarma, creen que en las próximas semanas pueden aumentar los pedidos de tiendas de alimentación y la gran distribución.

José Antonio sale para Puerto Venecia y las dos tiendas de Arcosur con las hojas de los pedidos en la mano. Ha notado también los efectos del toque de queda de la primera noche del estado de alarma en su casa. "Vivo en Vía Hispanidad y saqué a pasear a la perra a las 22.40. Nunca la había visto tan vacía", recuerda.

Las dudas de los transportistas

El goteo de coches hacia los polígonos es continuo como otras mañanas. En la Ciudad del Transporte las dudas del colectivo de transportistas se centran en la documentación necesaria para circular. Así lo explican desde la sede de la Federación de Empresas del Transporte de Mercancías de Zaragoza (Fetraz) en el centro de negocios del polígono. Entre las dudas de los asociados, la principal ahora es qué documentos tienen que llevar cuando salen a la carretera. "Nos hubiera gustado que se mencionara que los vehículos de transporte están exentos, que creemos que así es, pero nos hubiera gustado alguna referencia expresa", ya que los certificados varían de una comunidad a otra. 

Además, desde el colectivo tienen "miedo a que las carreteras y autopistas se queden sin una restauración básica para comer o ir al baño", como ocurrió en el primer confinamiento, algo que se puede repetir ahora por las restricciones a la hostelería. 

Bajón en las comidas

Eduardo Gómez, Bar Somport de la Ciudad del Transporte.
Eduardo Gómez, en el Bar Somport de la Ciudad del Transporte.
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El menor movimiento en los polígonos se aprecia en sus cafeterías. No tanto porque vayan  menos trabajadores a las empresas sino porque estos ya no frecuentan tanto los bares. "Se ha notado bastante el bajón esta semana, que ha sido criminal", confiesa Eduardo Gómez, segunda generación del Bar Somport de la Ciudad del Transporte de Zaragoza, situado en los bajos del centro de negocios y uno de los dos que hay en todo el polígono. Su padre lleva el negocio desde hace 25 años y tiene ya una clientela fija, pero notan que la gente "tiene miedo a juntarse, salvo los que trabajan juntos", explica tras servir cinco cafés a un grupo que entra y espera al otro lado de la cinta que marca la prohibición de usar la barra, para después salir a la terraza.

Critica que con las restricciones se castigue especialmente a la hostelería, como ha denunciado el colectivo este fin de semana en Zaragoza. Tenían 10 mesas en la terraza que han dejado en cinco con las nuevas medidas de este lunes. "He estudiado hostelería y los fines de semana hacíamos un menú especial para atraer a gente", añade, pero ha bajado la clientela. "Toman café y alguna comida, pero cuando terminan de trabajar ya no vienen a tomarse algo", afirma. En el bar se llegaban a dar cenas para dar servicio todo el día a los trabajadores.

Solo espera que no duren mucho las restricciones actuales para que "nos dejen trabajar".

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