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Los rebrotes desploman el PIB de Aragón el 11% y abren un escenario incierto

La recuperación iniciada tras la primera ola del coronavirus pierde fuerza, aunque hay sectores con mucha actividad. El control de la pandemia marcará la evolución de la economía, según los agentes sociales.

Terrazas de Zaragoza preparadas para la vuelta a la normalidad decretada por el Gobierno aragonés.
Terrazas de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Superados los meses más duros de la pandemia, los más opitimistas augurios expresados con el inicio de la desescalada, que veían posible una recuperación de la economía en forma de V, se han visto frustrados con la aparición de rebrotes durante el verano. La actividad de la mayoría de las empresas, retomada progresivamente en los meses de mayo, junio y julio, aunque de modo desigual, se ha visto empañada con la sucesión de casos de covid-19 en diferentes puntos de la geografía aragonesa. El retroceso a la fase 2 de diferentes comarcas de la Comunidad autónoma ha ralentizado la actividad económica y recortado las expectativas más ilusionantes.

"Las previsiones que hicimos en julio situaban la caída del PIB de Aragón en 2020 entre un 9,5% en un escenario de recuperación gradual y un 12,5% en un escenario de recuperación con riesgo, dependiendo de la existencia o no de rebrotes en la propagación de la covid-19 y de su gravedad", apunta Eduardo Bandrés al hacer referencia a las estimaciones realizadas por el grupo de expertos que apoya a la DGA en lo referente a los aspectos económicos de esta crisis. "A estas alturas, la incidencia de la pandemia nos está alejando del primer escenario y la caída del PIB podría estar cercana al 11%", calcula. El catedrático de Economía Aplicada y exconsejero de Economía subraya, en todo caso, que con los datos recogidos a finales de septiembre se tendrá el dato más preciso.

"El gran impacto de la pandemia lo podemos situar en el segundo trimestre, con el estado de alarma y una gran paralización de la actividad económica", señala por su parte la consejera de Economía del Gobierno autónomo, Marta Gastón, que recuerda que las estimaciones del Instituto Aragonés de Estadística reflejan que el PIB de la Comunidad entre abril y junio registró una variación del -21,4% respecto al mismo trimestre de 2019 (17 puntos y 6 décimas inferior al dato anotado en el primer trimestre del año, que fue de un -3,8%). "Supone una menor caída de la economía aragonesa respecto a la española (que fue del 22,1%), aunque siete puntos y tres décimas más fuerte que la caída del conjunto de países de la Unión Europea (situada en el 14,1%)", indica. "Posteriormente, la reactivación ha ido por fases, si bien los rebrotes sufridos han limitado esta significativamente en las zonas afectadas", añade la consejera.

En fases y por barrios, se puede añadir si se realiza un análisis más pormenorizado por sectores de actividad. En algunos casos, incluso por empresas. El positivo comportamiento de la industria, con una más que reseñable reactivación de la automoción, y la buena marcha de la agricultura y la construcción contrastan con la evolución del sector servicios, en especial los realizados por empresas directamente afectadas por las restricciones dictadas para poder trabajar en medio de la pandemia. La hostelería, el transporte y el pequeño comercio -por no hablar del turismo, aunque ahí Aragón no ha salido tan perjudicada como otras regiones españolas- son los grandes damnificados de la covid-19. De hecho las tasas de paro, sujetadas aún con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), podrían dispararse mucho más en estas actividades, teniendo en cuenta la cantidad de negocios que están actualmente en la cuerda floja.

El número actual de parados inscritos a finales de agosto en las oficinas del Inaem era de 76.923, un dato que supone un incremento del 25,11% respecto al mismo mes de 2019, aunque no tan malo como abril, cuando había 79.214 desempleados registrados. En la patronal CEOE recuerdan al abordar este tema que aún hay cerca de 15.000 personas en ERTE, si bien no se sabe cuántas de ellas irán finalmente al paro. "Los ERTE están enmascarando los datos reales de paro, lo reconocemos", señala Manuel Pina, secretario general de CC. OO. Aragón.

El líder de CC. OO. en la comunidad autónoma recalca que el número de parados se acercará a los 100.000 en Aragón si el consumo se retrae más por los efectos de la pandemia. "El empleo se va recuperando mejor de lo que pensamos", afirma por su parte Daniel Alastuey, secretario general de UGT Aragón, que coincide con la consejera Gastón en que el aumento del paro se ha ido desacelerando estos meses.

Entrevistado en los primeros días de julio por este diario, el vicepresidente del Gobierno de Aragón y consejero de Industria, Arturo Aliaga, reconocía que le preocupaba el otoño, "porque con una caída del 8% en la economía nos podemos ir a 120.000 parados fácilmente". Y añadía: "Hay que evitarlo, para lo que hace falta dar confianza y estimular el consumo".

Ninguno de los agentes sociales aragoneses consultados cree que se llegará a esa cifra. Incluso dudan de que se supere la de 100.000 personas desempleadas, aunque admiten que la evolución del empleo está ligada a la de la propia pandemia. "Más que a economistas, habrá que preguntar a los epidemiólogos", comenta con sorna Daniel Alastuey.

Marta Gastón recuerda que en Aragón no se superan los 100.000 parados desde los primeros meses de 2015 y que a finales de 2013 el dato de desempleados registrados llegó a los 110.000, si bien la Encuesta de Población Activa (EPA) llegó a atribuir a Aragón más de 140.000 parados en los años 2013 y 2014.

"No somos muy optimistas, el otoño será muy duro si no está controlado el tema sanitario", opina Ricardo Mur, presidente de CEOE Aragón. "Nos preocupa mucho la situación de los ERTE, si no se prorrogan desaparecerán empresas y aumentará el paro", añade. "En mayo estábamos más optimistas con la desescalada, pero ahora estamos pendientes de lo que ocurra con los rebrotes", insiste, aunque cree que en Aragón hay proyecciones esperanzadoras al contar con sectores vitales para la economía que van bien como la alimentación, la automoción, las energías renovables o las actividades digitales.

Aurelio López de Hita, presidente de Cepyme Aragón, es más pesimista, porque ve que más allá de las cifras de caída del PIB los más damnificados en la crisis económica causada por la covid-19 son los trabajadores autónomos y las microempresas. "Hay miles de pequeñas empresas y comercios que están cerrando o a punto de cerrar", apunta, aunque reconoce que el pequeño comercio debe reinventarse o especializarse más para competir con las transacciones ‘online’. Desde su punto de vista, la Administración debe destinar más recursos a paliar los daños de los sectores más afectados y dar ejemplo adelgazando en burocracia.

"Al final, la clave está en el consumo", concluye Manuel Pina, de CC. OO. "Si los rebrotes afectan a decisiones de consumo porque no hay confianza en el futuro, entonces sí iremos a una fuerte recesión", advierte. Por ello pide a los gobiernos que utilicen la pedagogía al informar de la situación y huyan de mensajes como la posible congelación de salarios, que "solo generan miedo y retraen el consumo".

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