juicio de los tirantes

“Es difícil romper el hueso temporal con una mano, pero no con una patada”

Las médicas que asistieron a Víctor Laínez cuando ingresó en el Hospital Clínico han declarado que sus lesiones eran “incompatibles con la vida”

Rodrigo Lanza y su abogado (izquierda) eswcuchan la declaración de los médicos en la tercera jornada del juicio.
Rodrigo Lanza y su abogado (izquierda) eswcuchan la declaración de los médicos en la cuarta  jornada del juicio.
Javier Cebollada/EFE

Las médicas del Hospital Clínico que atendieron a Víctor Laínez cuando entró en el servicio de urgencias han declarado este jueves, en la cuarta sesión del juicio por asesinato contra Rodrigo Lanza, que las lesiones que presentaba eran muy graves e incompatibles con la vida. La víctima tenía lesiones múltiples faciales y cerebrales. La doctora Irache Muñoz ha manifestado que le impresionó la “gravedad y deformidad de la cara y la cabeza”. “El paciente no tenía ninguna señal de defensa y que antes de llegar al centro sanitario tuvo dos paradas cardiorrespiratoria, una en el bar y otra en la ambulancia”, ha contado.

A preguntas del abogado de la Comunidad Autónoma, José Luis Gay, la doctora Virgós ha descrito las lesiones que observaron: múltiples fracturas con minutas en huesos propios nariz, tabique nasal, pared medial de ambos senos maxilares, suelo de la órbita derecho (con desplazamiento y hundimiento) y un traumatismo craneoencefálico (rotura del hueso temporal) causado con un objeto o golpe contundente.

Las doctoras han explicado que las lesiones eran severas y que si hubiera vivido habría necesitado cirugía maxilofacial por la grave deformidad que le causó la agresión.

El abogado defensor de Lanza, Endika Zulueta, tras hacer ver al jurado que las acusaciones no han preguntado a las médicas por los “antecedentes médicos” de Laínez. Han respondido que la víctima tenía hábito enólico (alcoholismo), un consumo de sustancia tóxicas confirmado por sus amigos, y una patología de corazón, sufrida en 2012, consistente en una miocardiopatía dilatada. Años tuvo un trombolismo pulmonar y tenía insuficiencia renal crónica y apnea del sueño (dormía con máquina).

El letrado ha querido saber si la anoxia (falta de oxígeno en el cerebro) la sufrió porque tuvo dos paradas cardiorrespiratorias aunque las doctoras han explicado que el corazón no se para por la patología cardiaca, sino porque cerebro se daña a causa, en este caso, de los golpes.

Al preguntar si es difícil romper el hueso temporal con una mano, las doctoras le han dicho que sí, que es muy difícil, “pero no lo es con una patada”.

La magistrada presidenta del jurado, María José Gil Corredera, quiso saber si la víctima se hubiera podido morir solo con caerse al suelo y la respuesta ha sido que sí, pero que también habría podido sobrevivir.

El juicio continúa con la prueba pericial de los médicos forenses, que ha reunido en los estrados a siete profesionales que están explicando al jurado sus conclusiones sobre cómo se produjo la muerte de Víctor Laínez.

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