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Un campamento de marihuana en pleno bosque a las puertas del Pirineo

Una banda albanesa cultivó miles de plantas a cielo abierto en el monte de Agüero, donde vivieron durante meses. La Policía Nacional descubrió 17 explanadas en lugares casi indetectables incluso desde el aire.

A las afueras de Ayerbe, en la provincia de Huesca, un camino solo accesible con todoterreno muere en un campo de cultivo abandonado. En uno de sus extremos se abre un pequeño sendero que parece perderse entre la vegetación del bosque. Este es el único acceso por el que poder llegar, tras una buena caminata por senderos escarpados y casi indetectables, a la enorme plantación de marihuana que una banda de albaneses se había montado en plena Hoya de Huesca, cerca del municipio de Agüero.

Una operación de la Policía Nacional, la cuarta de estas características en menos de un año, permitió hace justo dos semanas destapar esta plantación, la más grande en extensión de las descubiertas a estas organizaciones criminales internacionales en Aragón. Se cortaron 7.828 plantas de marihuana con casi 10 toneladas de peso total, que crecían distribuidas en 16 explanadas trabajadas a cielo abierto.

Tan recóndito es el paraje que unos días después, con la operación policial prácticamente cerrada, los agentes descubrieron desde el helicóptero la campa número 17 con otro buen número de plantas de marihuana que ha habido que volver a retirar.

El lugar está escogido estratégicamente para, pese a estar en pleno bosque, resultar casi invisible tanto a pie como desde el aire. "Son sitios poco explotados turísticamente y muy cerrados, con una buena humedad y suelos propicios para el cultivo, por lo que son perfectos para ellos", cuenta el inspector Atarés, jefe del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría Provincial de Huesca.

Una banda albanesa cultivó miles de plantas a cielo abierto en un bosque de Agüero en el que vivieron durante meses. La Policía Nacional descubrió 17 explanadas en lugares casi indetectables incluso desde el aire.

Llegar allí es casi imposible si uno no se sabe el camino al dedillo. Una vez se coge el sendero, hay pequeñas empalizadas y vallas naturales que los delincuentes levantan por el camino. También tiran árboles o colocan grandes piedras para que los excursionistas o cazadores –y también la policía, claro– desvíen su camino.

Los agentes descubrieron el campamento gracias a sus investigaciones previas, pero no porque pudieran ver las plantaciones ni en el terreno ni desde el aire. Cuando supieron que el campamento estaba por la zona, lo más prudente era no usar ni el helicóptero ni el dron para no alertar a los narcotraficantes, por lo que el acercamiento hasta la zona exacta se tuvo que hacer a pie.

"Estuvimos una semana pateando el monte y no había manera de encontrarlo. Hasta podíamos olerlo, pero no se veía. Finalmente descubrimos una tienda de campaña y luego fuimos siguiendo las mangueras de riego que unen las zonas de cultivo", cuentan los agentes.

Una vez allí, la infraestructura montada delata el nivel de profesionalidad de los narcotraficantes. Se trata de un campamento fantasma perfectamente construido para poder sobrevivir en el bosque durante meses. Al menos de marzo a octubre, varias personas se dedicaban a cuidar, recolectar y vigilar el cultivo de marihuana. Sin bajar al pueblo ni abandonar el campamento en ningún momento.

LA POLICIA NACIONAL DESMANTELA UN CULTIVO DE MARIHUANA OCULTO EN LOS BOSQUES DE AGUERO EN HUESCA / 07-08-2020 / FOTOS: FRANCISCO JIMENE [[[FOTOGRAFOS]]]
Las camas, construidas con ramas en altura para evitar la humedad y los bichos, sirven de dormitorio y, a la vez, de puesto de vigilancia. ]
Francisco Jiménez

En dos puntos, ubicados a ambos extremos, se levantan unos dormitorios de tiendas y colchones, construidos con ramas en altura para evitar la humedad y los bichos. Junto a ellos están las cocinas con placas para cocinar y productos como pasta, arroz, patatas, cebollas, tomate… Cuando se quedaban sin víveres, otros empleados de la organización se los llevaban si hacía falta desde Barcelona, según los recibos de supermercado que encontró en la zona la Policía Nacional.

"Es evidente que tienen conocimientos de supervivencia en sitios como este y, probablemente, formación militar", señala Atarés. El jefe del Grupo de Estupefacientes de Huesca, pese a la experiencia acumulada en el último año en este tipo de operaciones, confiesa «el gran asombro» que causa a los agentes descubrir el nivel de organización de las explotaciones.

Para pasar desapercibidos, evitan deforestar una gran superficie de monte. Las explanadas de la droga se abren tras recorrer unos senderos de apenas un palmo de ancho. Son pequeñas parcelas no más grandes que media cancha de baloncesto. Al estar ya cortadas las plantas de marihuana, se puede apreciar el delicado trabajo de jardinería que ejecuta la banda.

Para preparar el terreno, se eliminan los matorrales y pequeños árboles. En los pinos más altos, se cortan todas las ramas bajas para permitir que entre la luz del sol, pero se dejan intactas sus copas para que los helicópteros, desde el aire, no noten la diferencia. Las bases de las ramas cortadas son perfectas para trepar y vigilar desde las alturas que no se aproxime nadie. Con los restos vegetales se rodea cada parcela de marihuana y, así, se protegen de la entrada de animales.

LA POLICIA NACIONAL DESMANTELA UN CULTIVO DE MARIHUANA OCULTO EN LOS BOSQUES DE AGUERO EN HUESCA / 07-08-2020 / FOTOS: FRANCISCO JIMENE [[[FOTOGRAFOS]]]
Las ramas bajas se cortan, pero las copas se dejan para evitar las sospechas desde el aire.
Francisco Jiménez

Para poder regar las plantas llegan a desviar el curso natural de un barranco cercano. Una gran bomba eleva el agua a través de kilómetros y kilómetros de anchas mangueras de la mejor calidad. Luego, ya más cerca de las parcelas de marihuana, tres balsas escarbadas en la tierra e impermeabilizadas acumulan miles de litros que, a su vez, luego son distribuidos por las campas. El objetivo de estos depósitos es evitar que el ruido continuo del generador llame la atención si se acerca algún excursionista.

Cada una de las pequeñas explanadas de marihuana acumula cientos de plantas de distintas variedades. Los cultivos, abonados con los mejores productos, se escalonan para poder recolectar desde el inicio de la primavera hasta el final del verano de forma casi ininterrumpida. Unas grandes lonas agarradas a los árboles y extendidas en alto hacen de secadero para los cogollos, que luego son empaquetados para sacarlos del campamento.

En esta operación la Policía Nacional detuvo a dos personas que no opusieron resistencia, más allá del manual de respuestas que llevan encima de serie. "Todos te dicen que estaban de excursión, que pasaban por aquí", revela Atarés. Pese a no resultar violentos en el momento de la detención, asusta pensar cómo sería su reacción si un excursionista despistado hubiera descubierto el lugar, con la cantidad de dinero y de años de cárcel que se juegan los narcotraficantes.

En total se han incautado 18 toneladas de plantas y se ha arrestado a 13 personas. Además del delito de tráfico de estupefacientes, también hay otro contra el medio ambiente por la alteración de la masa forestal y los cursos de agua.

El valor de la droga aún no se ha calculado, pero ascenderá a varios millones de euros. Su distribución posterior hubiera recorrido Europa. Según las investigaciones policiales, estas bandas criminales incluso hacen trueques con la mercancía para diversificar su oferta. "Cambian la marihuana por otro tipo de drogas", señalan desde la Policía Nacional.

Se trata de organizaciones a nivel europeo que incluyen en su catálogo delictivo la prostitución, el robo con fuerza... Pese a los golpes recibidos en el último año, los agentes son conscientes de que "esto no para". Los narcotraficantes se reorganizan rápido, por lo que es probable que encuentren otro recóndito lugar de Aragón en el que cultivar la ‘maría’.

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