Desmantelada en menos de un año la cuarta plantación de marihuana oculta en los bosques de Huesca

Se han incautado 18 toneladas de droga (31.000 plantas) y se ha arrestado a 13 personas. Además del delito de tráfico de estupefacientes, también hay otro contra el medio ambiente por la alteración de la masa forestal y los cursos de agua. 

La plantación desmantelada por la Policía Nacional en los montes de Agüero.

Los bosques de la provincia de Huesca están siendo utilizados por grupos de narcotraficantes para el cultivo de la marihuana a gran escala. La Policía Nacional acaba de desmantelar la cuarta plantación en menos de un año oculta en medio de las masas forestales. Con esta última operación ya se han incautado unas 18 toneladas y media de marihuana (31.698 plantas) y se han desarticulado dos grupos de origen albanés dedicados al tráfico de cannabis, arrestando a un total de 13 personas. Estas organizaciones talan grandes superficies de pinar, construyen ilegalmente balsas para contener al agua de los barrancos y apilan ramas secas para crear vallados, con el grave riesgo para incendios en época estival. Incluso reclutan personas en el extranjero encargados de vigilar los cultivos.

La última operación, bajo el nombre de Copito, ha descubierto 7.828 plantas en los montes de Agüero (9.500 kilogramos) y ha permitido detener a los dos integrantes de la organización encargados de la custodia del cultivo. Es una continuación de las investigaciones que en el año 2019 sirvieron para desmantelar la mayor plantación de marihuana en Aragón y la desarticulación de un grupo criminal de origen albanés que, además del tráfico de estupefacientes, se estaba dedicando a la comisión de robos con fuerza en establecimientos de la provincia. También estaba ubicada en los pinares de Agüero. En esta segunda ocasión se ha detenido a la persona que la custodiaba, de origen albanés, y a quien le suministraba la infraestructura necesaria y le abastecía del material y de los víveres.

Según ha informado la comisaría de Huesca, las gestiones realizadas y la cooperación policial internacional han permitido identificar a otros cinco operarios que la organización reclutó en su momento para viajar a España y ser destinados a las plantaciones para mantener los cultivos continuamente vigilados.

Delito contra el medio ambiente

Para la consecución de sus fines, los miembros de la organización alteraron el medio ambiente hasta el punto de constituir un delito por el perjuicio prolongado en el tiempo para el desarrollo de las especies y las propiedades del suelo. Las parcelas dedicadas al cultivo de la marihuana se encontraban carentes de la vegetación propia del lugar, se habían construido ilegalmente balsas para contener el agua de los barrancos, se talaron grandes superficies de pinar, las ramas secas se apilaron para crear vallados perimetrales, con grave riesgo para los incendios en época estival, y los campamentos acumulaban desperdicios y multitud de envases de productos químicos. De hecho, la absorción del agua de los barrancos para abastecer estas plantaciones ha puesto en peligro el plan de recuperación de diversas especies animales protegidas en peligro de extinción.

Las operaciones realizadas por el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría Provincial de Huesca han permitido en menos de un año desarticular dos grupos organizados de origen albanés dedicados al tráfico a gran escala de marihuana, la detención de 13 integrantes y desmantelar cuatro cultivos con la incautación de un total de 31.698 plantas que arrojan un peso de 18 toneladas y media de esta sustancia estupefaciente.

Todas las plantaciones se encontraban ocultas en zonas boscosas de muy difícil acceso. Para el regadío de los cultivos habían alterado los barrancos, creando balsas artificiales para poder almacenar agua, que posteriormente era conducida hasta los campos de cannabis con mangueras movidas con bombas de agua alimentadas por generadores de energía eléctrica.

Campamentos en zonas estratégicas

Las plantaciones eran vigiladas continuamente por operarios que eran destinados al bosque durante largos de periodo de tiempo, para lo cual habían levantado campamentos en zonas estratégicas con todo lo necesario para permanecer largas estancias, proveyéndoles de gran cantidad de víveres no perecederos. Esta custodia permanente y activa, unida al perfecto conocimiento del bosque en el que vivían, dificultó enormemente la investigación sobre el terreno.

La penúltima operación se llevó a cabo hace menos de un mes. En esta ocasión la Policía Nacional desarticuló una organización criminal también de origen albanés con tres enclaves: un cultivo oculto en un paraje boscoso en el espacio natural de la Noguera Ribagorzana, una plantación cubierta que usaba todo un edificio en Monzón y un chalet de la provincia de Lérida que hacía de centro de operaciones y de lugar para el secado y envasado de la marihuana. En total se intervinieron 7.870 plantas de marihuana y 107 kilogramos de esta sustancia en cogollos, con un peso total de cinco toneladas y media.

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