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La herencia del alcalde de Zaragoza José Aznárez se liquida 120 años después de su muerte

La Junta del Patronato del testamento del político la disolvió y aprobó entregar los 112.843 euros que le quedaban al Instituto Aragonés de Servicios Sociales.

Retrato de José Aznárez pintado al óleo por Juan José Gárate.

Después de 120 años, la herencia de José Aznárez Navarro, alcalde de Zaragoza entre diciembre de 1892 y enero de 1894, dará lugar a la entrega de 112.834 euros al Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). Esta suma es el remanente de lo que donó en la época (5.200.000 pesetas) al Hospicio Provincial de Zaragoza (Hogar Pignatelli). Esta cantidad se ingresó a principio del siglo XX en valores de Rusia, Francia e Inglaterra para que sus rentas fueran entregándose cada año al Hospicio en este largo siglo.

Pero al haberse extinguido esos beneficios con la bajada de los tipos, el Patronato Aznárez y Navarro decidió proponer que el dinero que quedaba se entregue al Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), que ha decidido destinarlo para el futuro Centro de Atención a la Infancia de Zaragoza. Este se especializará en servicios para niños y niñas discapacitados o con protección, adelantó ayer Joaquín Santos, gerente del IASS.

Jesús Barreiro, responsable de Ibercaja y de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, precisó que ante la imposibilidad de obtener rentas del capital y ante el riesgo de poder perderlo, la Junta del Patronato optó por disolver el propio Patronato y entregar el saldo que quedaba al IASS, como asumió la DGA tras realizar un dictamen del régimen jurídico.

De hecho, Barreiro detalló que según las cláusulas testamentarias y acuerdos adoptados por el Patronato, la Junta del Patronato (albaceas testamentarios) estuvo constituida por el director de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, el decano del Colegio de Abogados de Zaragoza e Ibercaja (en la actualidad la Fundación Ibercaja).

«El Patronato se fue reuniendo anualmente y adoptando los acuerdos necesarios para entregar las rentas obtenidas con los fondos de la Fundación hasta el año 2009», agregó Barreiro.

Con la cabeza separada 

El alcalde de Zaragoza murió soltero en 1902, cuando tenía 71 años. Se declaró católico, apostólico, romano y creedor de todos los misterios de la Iglesia. En su testamento, firmado dos años antes del fallecimiento, pidió que le celebraran 33 misas en su recuerdo y advirtió que iban a vender las casas y los muebles que poseía en el testamento, que incluía un total de 37 puntos.

Portada del Heraldo de Aragón con la esquela del alcalde de Zaragoza, el 21 de enero de 1902.
Heraldo

Además, el alcalde José Aznárez reclamó que tendrían que darle sepultura separando completamente la cabeza y cuello del tronco y el resto del cuerpo.

Así lo recordó el escritor José Luis Melero en un artículo en HERALDO en el que José Aznárez se mostró "extremadamente preciso a la hora de testar" en sus disposiciones testimentarias que se publicaron. En su escrito, recordó que todos sus bienes se enajenaran en pública subasta y que el dinero obtenido se invirtiera en fondos públicos franceses, ingleses y rusos. Además, declaró heredero al Hospicio Provincial de Zaragoza (que se ha reconvertido en la IASS) y legó dinero u objetos personales a los Infanticos del Pilar, al Hospital de Nuestra Señora de Gracia, a la Hermandad del Refugio, a la Escuela de Artes y Oficios, a las villas de Hecho y Canfranc, a los porteros de sus casas, a su sirvienta, su cochero, su lacayo, su cocinera, su ama de llaves. Incluso dejó dinero para alimentar a sus pájaros y sus gatos.

Abrirlo el año próximo 

El gerente del IASS, Joaquín Santos, anunció ayer que esta herencia va a servir para que a lo largo del "año próximo" pueda inaugurarse la sede del futuro Centro de Atención a la Infancia (ubicado en una planta baja que dispone de 1.500 metros cuadrados cerca de la plaza de San Francisco), manteniendo el espíritu del alcalde José Aznárez.

El Gobierno de Aragón hizo pública este miércoles la aceptación de la donación que hizo la Junta de la Testamentaría Aznárez y Navarro, bajo cuya disposición se encuentra el capital restante de la herencia, que lleva 118 años.