Tres comarcas reconvertidas en una isla sanitaria

Fraga, Binéfar y Monzón se enfrentan con gran preocupación al segundo parón económico de la pandemia, temen por la hostelería y piden responsabilidad a todos.

Una de las calles del centro de Binéfar ayer por la mañana.
Una de las calles del centro de Binéfar ayer por la mañana.
Rafael Gobantes

Bandos, comunicados, redes sociales... Los alcaldes de las tres comarcas altoaragonesas (Bajo Cinca, La Litera y Cinca Medio) que han retrocedido a las condiciones de distancia social y movilidad de la fase 2 piden de nuevo a sus vecinos que cumplan las recomendaciones de las autoridades sanitarias y las que marquen los ayuntamientos. El objetivo es superar esta regresión cuanto antes.

En Fraga, con 15.000 habitantes, los niños no pueden volver a los parques infantiles, las bibliotecas permanecen cerradas y los taburetes han tenido que ser retirados de las barras de bares y restaurantes. De hecho, la hostelería es uno de los sectores que más ha notado el obligado retroceso. Los propietarios de estos negocios viven la situación con «mucha preocupación, ya que las pérdidas económicas han sido muy importantes durante el confinamiento y seremos muchos los que no podremos superar un segundo parón», señala el portavoz del sector de la Hostelería de la Asociación Empresarial Intersectorial del Bajo Cinca, Gregorio Abadía. "La gente había comenzado a frecuentar los locales, con cierta tranquilidad y confianza y ahora, muchos volverán a meterse en casa", añade.

La actual situación también ha hecho retroceder en sus intenciones al comercio, que ha decidido suspender una de sus actividades más esperadas, la Shopping Night. "Ahora mismo, ya no podemos sacar a la gente a la calle ni reunirla en los establecimientos", indica el responsable de la asociación de Comercio y Servicios de Fraga y Comarca, Gustavo Quibus. "El retroceso anunciado va a tener un efecto negativo sobre nuestros negocios, ya que es posible que se reduzca la movilidad de la gente y por lo tanto, perdamos clientes que habían vuelto como los vecinos de localidades próximas de nuestra comarca o de la provincia de Lérida", añade Quibus. En la calle, el retroceso ha provocado "preocupación y desánimo", tal y como señala Marina Barrafón, vecina de Fraga, que confía en que el brote sea atajado "con rapidez".

Binéfar: peor dentro de un mes

"Aunque al principio nos sorprendió, creo que todos éramos conscientes de que podía pasar porque las autoridades sanitarias ya advertían de la posibilidad de que hubiera repuntes de la enfermedad", comenta Cruz Isábal, presidenta de la Asociación de Empresarios de La Litera. El nuevo brote de covid en la zona se ha producido antes de que pudiera experimentarse la vuelta a la normalidad "y las empresas trabajaban aún con la dinámica de las fases 2 y 3", señala. "Aún hubiera sido peor si el retroceso se hubiera producido dentro de un mes, cuando ya has cogido confianza en el nuevo status", añade.

La portavoz empresarial destaca la repercusión "a nivel de imagen", ya que "hay proveedores y clientes que preguntan qué está pasando". Según dice, las normas permiten movilidad entre las tres comarcas y fuera de ellas por motivos laborales. Confía en que las limitaciones actuales no tengan gran repercusión en las empresas de la zona, cuyo motor económico es la ganadería de vacuno y su transformación. "Esperamos que el foco no se extienda hasta las industrias que no tienen contagios, que no se generalice y obligue al cierre de alguna", dice.

Cruz Isábal teme por el sector de la hostelería, "que vuelve a sufrir restricciones de aforo justo cuando echaba a rodar y puede ser el más afectado". Asimismo, destaca que entre los empresarios prima la responsabilidad y la conciencia de que "mantener aquí una isla sanitaria nos dará la posibilidad de seguir haciendo cosas".

Si durante la pandemia la gran preocupación de los vecinos fue la salud de los mayores, las medidas de prevención y control extraordinarias y reactivadas inquietan por los niños, ya que los parques infantiles seguirán cerrados y no se sabe si abrirán las piscinas el 1 de julio. También reclaman un mayor del cumplimiento de estas normas y que quienes han dado positivo en las PCR "pasen la cuarentena en casa".

Monzón: eventos suspendidos

El Ayuntamiento de Monzón ha intensificado la desinfección de la ciudad, llegando a todas las calles, también en Selgua y Conchel. La brigada retrasa los horarios para que coincidan con los momentos en los que más personas transitan por los espacios públicos. "Por un lado, se trata de que las calles estén desinfectadas durante las horas en las que más personas caminan por ellas y, por otro, de que la propia desinfección sirva de concienciación para los vecinos", indican

Gregorio Abadía, hostelero de Fraga, en el interior de su local, con aforo limitado por la fase 2.
Gregorio Abadía, hostelero de Fraga, en el interior de su local, con aforo limitado por la fase 2.
Rafael Gobantes

Javier Mas, uno de los hermanos que está al frente del conocido negocio familiar de restauración y delegado en la comarca de la Asociación de Hostelería de la Provincia de Huesca, considera que esta decisión ha supuesto "un retroceso" y "un freno" al movimiento que ya se empezaba a detectar en el sector. "No trabajábamos a tope pero íbamos bien y con normalidad. Esto supone cierto retroceso pero no hay que alarmar a la sociedad porque no hay restricciones de movimiento y los establecimientos cumplimos el aforo con tranquilidad", explica.

Este grupo hostelero ha tenido que suspender eventos previstos para este fin de semana ya que el número máximo son 10 personas por mesa. También ha habido repercusión en los hospedajes. "Hay menos con respecto a la semana anterior porque somos noticia nacional. Pero estamos trabajando cumpliendo escrupulosamente todas las medidas higiénicas y sanitarias y la gente no debe tener ningún miedo", explica este empresario.

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