coronavirus

"Me han cuidado muy bien; lo peor ha sido no poder ver a mis hijos y amigas"

Angelina Asensio padeció el coronavirus de forma asintomática.

Angelina Asensio, en la residencia donde vive.
Angelina Asensio, en la residencia donde vive.
A. G./Bykofoto

Angelina Asensio nunca imaginó que viviría tan de cerca una pandemia como la de la covid-19. El virus no pasó de largo en la residencia Los Paúles de Teruel, en la que vive desde hace un tiempo. Fallecieron dos personas y otras, como ella, fueron trasladadas a un centro especial de Zaragoza donde permanecieron aisladas varios días tras dar positivo en las pruebas.

De nuevo en Los Paúles, relata que pasó la enfermedad "sin dolores y sin darme cuenta", pero recuerda con gran tristeza los largos días de confinamiento en los que no pudo recibir la visita de sus hijos y sus amigas. "Es que, sin ellos, me falta algo", dice. Explica que es muy sociable y que busca siempre "el calor y el afecto de la gente". "Por eso –continúa–, lo peor de esta pandemia ha sido no poder abrazar a los míos".

Cuenta de manera espontánea que en todo este tiempo la han tratado "muy bien" y le han dado "muy buena comida". "No me ha faltado de nada", subraya, al tiempo que explica que mató el aburrimiento leyendo, haciendo crucigramas y viendo la televisión.

En su opinión, las residencias de mayores ubicadas en ciudades pequeñas o medianas han tenido las ventajas que proporcionan el aislamiento –debido a una menor población– y la falta de masificación. "En otros sitios han faltado cuidados para los ancianos, pero aquí, no", sostiene.

A sus 88 años, Angelina no aprueba "que ahora empiecen a venir turistas a España como si no hubiera pasado nada". "Por un lado, me alegro de que vuelva la normalidad –señala– pero, por otro, me da miedo". "No quisiera tener que pasar otra vez por lo mismo", añade.

"En este país ha faltado información y medios para proteger a los mayores"

Para Maricarmen García y Juan Pérez, "la falta de información y de medios para proteger a los mayores" se encuentran entre las causas que han propiciado que el coronavirus se haya cebado en las residencias de ancianos de toda España.

Juan y Maricarmen, a las puertas del centro.
Juan y Maricarmen, a las puertas del centro.
A. G./Bykfoto

Este matrimonio, que vive en el Complejo Residencial San Hermenegildo de Teruel, considera que "faltaron mascarillas y batas para quienes cuidaban a los mayores" y que si desde el principio los datos sobre la enfermedad hubiesen sido más abundantes, "todo habría sido más fácil".

Ninguno de ellos se ha contagiado, pero también reconocen que, por precaución, "en cuanto empezó a hablarse del coronavirus, dejamos de salir de la habitación; teníamos miedo de pisar la calle". A ello se sumó, explican, las drásticas medidas de seguridad que puso en marcha el centro semanas antes de que se decretara el estado de alarma, con la prohibición de las visitas y el control exhaustivo de todos los productos y materiales que llegaban desde fuera.

Su residencia estuvo libre de coronavirus en los peores momentos de la pandemia, pero apareció un caso hace pocas semanas y ahora el centro está en cuarentena.

Maricarmen y Juan confiesan que el hecho de que la distribución del centro sea por apartamentos y no por habitaciones les ha hecho más llevadero el confinamiento, al disponer de más espacio. Agradecen igualmente que el geriátrico esté rodeado de una gran extensión de jardines y zonas abiertas en las que pueden cultivar un huerto e incluso, como es el caso, construir una barbacoa. No obstante, no olvidan el elevado número de víctimas en residencias. "Esto ha sido muy grave", lamentan.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión