agricultura

Agua que trae producción y también enfermedades

Este año se han encontrado más incidencias de lo normal provocadas por enfermedades.

Campo de cereal en Andorra tras la tormenta de granizo de este sábado.
Campo de cereal en Andorra tras la tormenta de granizo de este sábado.
UAGA

Esas mismas lluvias que han propiciado que los campos de cereal de cereal lleguen al momento de la recolección en condiciones inmejorables, también han provocado quebraderos de cabeza a los productores.

"Es un año atípico por temperatura y humedad, por lo que hemos encontrado más incidencias de lo normal provocadas por enfermedades", explica Jesús Pérez, técnico de herbáceos en el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal, dependiente de la consejería de Agricultura del Gobierno de Aragón.

Pérez detalla que apareció helmintosporiosis, una de las enfermedades más importantes de la cebada, dado que su primera fase de contaminación se produce precisamente cuando las semillas están germinando, por lo que puede reducir los rendimientos en torno al 20% y afectar también a la calidad. Se detectó también septoria en trigos, provocada por un hongo que deja manchas manchas sobre las ramas y las hojas que pueden terminar por necrosarse y llegando a malograr, en el peor de los casos, hasta el 40% de las cosecha ya que su desarrollo y multiplicación es muy rápido.

Pero la alarma cundió en el mes de marzo cuando comenzaron a ser visibles bastantes incidencias por roya amarilla, señala Pérez, que explica que esta enfermedad "es muy explosiva" por lo que inquietó a los agricultores que llevaban ya tres campañas sin tener constancia en sus cultivos de ataques de este hongo, que deja visibles líneas amarillentas en forma de estrías en las hojas que pueden devastar cosechas enteras.

"Estábmos prevenidos porque las condiciones climáticas ya nos inducían a pensar que podíamos tener problemas. Además los compañeros de Navarra nos avisaron en febrero de que ellos ya la tenían y dado que se transmite por el viento ya teníamos previsión de que nos llegaría a Aragón", explica Pérez. De todas maneras, el técnico señala que, aunque ha habido numerosas incidencias, no ha habido importantes daños porque "las enfermedades se han tratado a tiempo". Explica además que el cambio de temperatura y la subida del mercurio ha permitido que estas enfermedades vayan a menos «y también hay que tener en cuenta que el cultivo está ya en una fase final dado que la recolección comienza en unos diez días», dice.

Temperaturas suaves y mucha lluvia han sido lo factores que han favorecido la aparición de estos hongos, que se desarrollan con humedades de alrededor del 70% combinadas con temperaturas frescas de entre 15 y 20 grados. "Se han dado ambas circunstancias, con lo que hemos tenido muchísimas consultas sobre este tipo de enfermedades", señala el técnico de CSCV, que destaca que el cerealista siempre está muy concienciado con la sanidad de su producción y por eso "está muy encima de los cultivos". Reconoce, sin embargo, que los agricultores están acostumbrados a que estos ataques no sean muy exagerados, por lo que "cuando hay una explosión de este tipo se genera una gran alarma".

Aunque la presencia de estos hongos ha sido generalizada y se ha observado en las distintas zonas productoras de Aragón, Pérez asegura que "no se han producido daños muy significativos" porque se ha actuado correctamente y a tiempo. Y se ha hecho incluso durante el estado de alarma, porque todo el sistema de defensa vegetal ha estado en activo y tanto los técnicos, los agricultores y el centro de sanidad y certificación vegetal han mantenido el ciudado de los cultivos. "El sistema no ha parado", insiste, aunque reconoce que en los primeros días del confinamiento hubo "cierta incertidumbre" porque había dudas sobre lo que se podía hacer y lo que no en una situación tan excepcional.

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