Agroalimentación

Arento no consigue un acuerdo con la banca y presenta concurso de acreedores

Las cooperativas socias ya han negociado acuerdos puntuales para vender su producción de cereal de este año, cuya cosecha comenzará en apenas unos días, a dos grupos de Lérida y Navarra.

Vista de una de las paredes de la sede central de Arento situada en la plataforma agroalimentaria de Mercazaragoza.
Vista de una de las paredes de la sede central de Arento situada en la plataforma agroalimentaria de Mercazaragoza.
Heraldo

A pesar de todos los esfuerzos por reflotar la complicada situación financiera que arrastraba desde diciembre de 2017, Arento no ha conseguido el necesario acuerdo con las entidades financieras que evitara el concurso de acreedores. El grupo cooperativos agroalimentario presentó el pasado lunes su suspensión de pagos, si bien trabaja ahora para conseguir que este trámite pueda realizarse con un convenio entre los acreedores que evite llegar a la liquidación. Una decisión que será trasladada a los socios en una asamblea general que está previsto que se celebre a mediados del mes de junio, si bien la fecha está todavía por determinar, explicaron desde la empresa, porque hay que tener en cuenta las limitaciones para convocar reuniones numerosas que todavía existen derivadas de la crisis del coronavirus.

Aunque ya eran sobradamente conocidos los problemas por los que atravesaba la empresa y no se descartaba este final, lo cierto es que la noticia llega en un delicado momento, precisamente cuando apenas quedan unos días para que las cosechadoras comiencen a entrar en los campos de cereal. Por eso, algunas cooperativas ya habían comenzado a realizar movimientos para garantizar la venta de sus producciones, en un año en el que se prevé una buena cosecha.

Del cereal aragonés ya se habían interesado también algunos grupos alimentarios de comunidades vecinas. Se trata de la firma leridana Actel, que actualmente gestiona las harineras de Arento, y del grupo navarro AN. Ambos han conseguido ya acuerdos de compra con algunas de las cooperativas socias de Arento, a las que estos compradores les dan garantía de solvencia.

Las dificultades del grupo aragonés arreciaron el pasado mes de marzo cuando, en pleno estado de alarma, la Caja Rural de Aragón (Bantierra) decidió dejar de darle soporte financiero, precisamente en un momento en el que ya se había elaborado con la entidad una nueva operación que iba a ser presentada al resto de las entidades acreedoras.

A partir de entonces se desencadenó un complicado escenario en el que el grupo cooperativo puso en marcha un modelo de maquila para sus fábricas y aplicó un ERTE a Arento Sociedad Cooperativa, dedicada al negocio de suministros (fertilizantes y carburantes), que pasó a ser un mero agente, entre las empresas suministradoras y los socios de Arento. Y ya entonces no se descartaba la presentación del concurso de acreedores.

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