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Arento pierde el soporte de Bantierra y se ve obligado a una drástica reestructuración

El grupo, cuyas industrias han pasado a trabajar a maquila, no descarta presentar un concurso de acreedores para la cooperativa, aunque necesita el visto bueno de la entidad financiera.

Vista de una de las paredes de la sede central de Arento situada en la plataforma agroalimentaria de Mercazaragoza.
Vista de una de las paredes de la sede central de Arento situada en la plataforma agroalimentaria de Mercazaragoza.
Heraldo

Las dificultades se acumulan en Arento en pleno estado de alarma, después de que la Caja Rural de Aragón (Bantierra) haya decidido dejar de darle soporte financiero, precisamente cuando ya se había elaborado con la entidad una nueva operación que iba a ser presentada al resto de las entidades acreedoras. 

Parecía que la compleja situación que vivía el grupo cooperativo aragonés desde diciembre de 2017 derivada de su reducido capital social, de la falta de implicación de los socios, de la falta de información de la realidad del grupos a sus asociados, de su elevado endeudamiento y su falta de profesionalidad, como reconocieron entonces sus responsables, había comenzado a virar con la puesta en marcha de un plan de viabilidad que empezaba a dar a resultados. Se simplificó la sociedad, se ajustaron los gastos y se realizó una reestructuración financieras, acompañada de una desinversión de empresas minoritarias y una mejor gestión de la cartera de clientes.

Aunque Arentó mostró en 2019 una notable mejoría de su Etbida, el pasado año todavía se encontraba lejos de alcanzar los objetivos que se había marcado en su plan de viabilidad. Desde la empresa reconocieron que desde que comenzaron los problemas ha habido un continuo goteo de bajas de cooperativas socias, muchas de ellas motivas por su negativa a cumplir estrictamente los estatutos como así había marcado el consejo rector. Un hecho que provocó la presentación de varias demandas contra los socios incumplidores. Porque el efecto de estas salidas es que el saldo que debía lo tenían que ir asumiendo el resto de asociados, provocando a su vez un efecto dominó de abandonos. 

Por todo ello, en noviembre de 2019 cuando la situación se había agravado surgió la necesidad de plantear bien una desinversión o una nueva reestructuración para que adecuar el grupo al número de socios. “Se comenzó a trabajar con Bantierra (principal acreedor) de forma coordinada”, detallaron desde la empresa, que señaló que incluso se llegó a acordar una operación lista ya para presentar al resto de entidades financieras y a las propias cooperativas.

Pero hace poco más de un mes, toda las expectativas se fueron al traste. Caja Rural de Aragón, explicó la dirección de Arento, les comunicó a mediados de marzo que estaba asumiendo financiación que correspondía a los socios de Arento y que esa financiación "debía volver a los socios para seguir adelante". Una decisión que, en palabras del grupo cooperativo, ha abocado al grupo a una situación muy complicada en un momento además excepcional por el estado de alarma.

"Crítica situación"

Ante esta “crítica situación” y como medidas para “ir saliendo del paso”, el grupo cooperativo Arento ha dedicido dejar de comprar cereales para transformarlos en harina y sémola en sus fábricas de Daroca y Tauste. Pero no ha dejado de producir. Se ha puesto en marcha un modelo de maquila, por el que la empresa no realiza las acciones de compra y venta de los productos sino que únicamente cobra a un tercero por realizar la transformación. Este mismo sistema se aplica a su cárnica. Y con ello “se garantiza la actividad de estas plantas que además, y dada la situación actual con un elevado consumo de pasta y cerdo, están trabajando a pleno rendimiento”, destacaron desde esta cooperativa de segundo grado.

Arento Sociedad Cooperativa, dedicada al negocio de suministros (fertilizantes y carburantes) y en la que se ha aplicado un ERTE que afecta a toda la plantilla, actúa a partir de ahora como un mero agente, pero son las empresas suministradoras las que venden directamente a los clientes de Arento.

Está en el aire lo que sucederá en la próxima campaña de cereal 2020-2021, que llegará en los próximos meses, un momento para el que el grupo aragonés está buscando posibles alternativas. Su intención, como explicaron sus responsables, es que la nueva reestructuración en Arento no afecte a sus fábricas y que estás puedan tener asegurada la continuidad, pero reconocen que la salida para la sociedad cooperativa es la presentación de un concurso de acreedores. Claro que para eso tienen que contar con el beneplácito de Caja Rural de Aragón, que acumula el 50% de la deuda de la empresa.

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