Los capotes se transforman en mascarillas para luchar contra el coronavirus

De fabricar capotes a producir mascarillas con la bandera de España. De la verónica ceñida de Morante de la Puebla a la careta sincera para luchar contra la maldita pandemia vírica. El arte taurino también desciende a la arena de la vida para lidiar con el coronavirus. "Hemos reducido sensiblemente la producción de capotes para torear y no damos abasto para coser mascarillas. El coronavirus ha aguado todo, también la fiesta del toro. Se han suspendido todas las ferias de España y del mundo. Lógicamente, nuestra venta de capotes ha descendido; pero estamos vendiendo muy bien mascarillas con la bandera de España. Se trata de mascarillas hechas con tejido de primera calidad, el mismo que usamos para los capotes, de estructura de satén, de algodón y poliamida, con acabado hidrofugado repelente, de 35 milímetros de grosor. Ya ve, un tejido grueso y muy resistente, pues es con el que los toreros se enfrentan a las astas de las reses. En las mascarillas permite respirar y frena la penetración del virus", afirmó Eduardo Burgos, artesano propietario de la firma Te Echamos un Capote, prestigiosa marca del ajuar taurino sita en el corazón del barrio de Las Fuentes de Zaragoza.

Eduardo Burgos forma parte de una saga empresarial navarra entregada a la confección. Su análisis de la situación actual va mucho más allá de las cuernos de los toros en la crisis pandémica. "Mi familia es natural de Cascante, en Navarra. Llevamos más de 60 años en el mundo textil. El panorama ha cambiado mucho en las últimas décadas en este sector. Primero, China empezó a producir telas a un precio mucho más competitivo. Después, los talleres textiles españoles comenzaron a deslocalizarse en Marruecos, en Ucrania, en Asia… En estos momentos, China es la fábrica del mundo. Ellos producen mientras nosotros padecemos el virus. El problema para la industria española y mundial es muy grave", reconoció.

La familia Burgos se instaló en la capital aragonesa hace un cuarto de siglo. Y desde entonces explotan un nicho de mercado tan singular con el taurino. "Nosotros dejamos Cascante (en la Ribera Navarra, tierra de recortadores con arte y casta) y nos establecimos en Zaragoza hace 25 años. Nos especializamos en la tauromaquia. Y ahora, desde la calle de Doctor Iranzo de Zaragoza, vendemos a toda España, Francia, Portugal y América", explicó. "Que una figura máxima del toreo como Morante haya toreado con nuestros capotes significa un orgullo que no tiene precio. El conocedor del toreo sabe quién es Morante… Otras figuras del toreo y muchas escuelas taurinas utilizan nuestros capotes. Además, muchos aficionados al toro también quieren tener un capote en su casa", subrayó.

Todo era calma en el ruedo mundial hasta que comenzó a viajar desde China rumbo a Occidente la perversa proteína envuelta en una fina cubierta grasa, el Covid-19. "Con el inicio de la epidemia comenzamos a fabricar mascarillas originales, mascarillas que protegen y a la vez casan con nuestro modelo estético, con tejido propio de capote y con la bandera de España. Tenemos varios modelos en el mercado. En este momentos, este producto, la mascarilla, centra nuestra producción, pues la venta de capotes ha bajado al no haber corridas", enfatizó Eduardo Burgos.

En el hemiciclo

La mascarilla se asemeja a la que luce la diputada Macarena Olona (Vox) en sus intervenciones en el Congreso de los Diputados. O al revés, mejor dicho: la mascarilla de Olona se asemeja a la cosida en Zaragoza. Burgos lo puntualiza. "Nosotros comenzamos a hacer mascarillas con la bandera de España antes de que Macarena Olona comenzara a llevar su mascarilla verde con la bandera nacional. También las fabricamos en color verde con la bandera española, pero nuestra mascarilla más vendida es la roja", concluyó Burgos, el hombre que durante la epidemia pliega el capote y se pone la mascarilla.

Te puede interesar

Un cuadro y tres cartas: de las celdas al hospital

Un illuecano alegra a San Babil con toques de trompeta cada día