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“Ya tuve que emigrar tras la crisis de 2008, pero esta va a ser mundial, así que no creo que esa pueda ser una opción viable”

La subida del paro en Aragón ha sido la más severa desde enero de 2009.

Irene ve complicado encontrar a corto plazo una oferta que colme sus expectativas.
Irene ve complicado encontrar a corto plazo una oferta que colme sus expectativas.
HERALDO

Aragón, como el resto de comunidades autónomas, hace balance diario del número de bajas como consecuencia del coronavirus. La pandemia es una realidad que aterrizó de golpe y contra la que poco más se puede hacer que confiar en el trabajo de los servicios sanitarios, los pocos trabajadores que siguen pisando calle y las autoridades. Desde este jueves, además de muertos, la sociedad ha comenzado a contar parados, los otros grandes damnificados del nuevo escenario, que ya se puede calificar de crisis.

La Comunidad cerró marzo con 72.481 desempleados. Son 7.012 más que el mismo mes el año pasado. El grupo más nutrido lo componen quienes llevan menos de tres meses en esta situación. Es el caso de la zaragozana Irene Lairla, sin ocupación remunerada desde el 24 de febrero. “Estaba buscando trabajo activamente, e incluso empecé un proceso de selección en Madrid que ha quedado paralizado con el estado de alarma”, explica. El mercado ha experimentado un frenazo repentino. “La búsqueda está resultando complicada, incluso antes de la cuarentena, porque estoy en un sector bastante especializado como el de la propiedad intelectual y los procesos están parados. Me han sugerido la búsqueda de teletrabajo, aunque creo que va a ser muy complicado encontrar algo de acuerdo a mis expectativas. Ya tuve que emigrar al extranjero tras la crisis de 2008, pero ésta va a afectar a nivel mundial, así que no tengo claro que esa pueda ser una opción viable.”.

A la desaceleración que se venía percibiendo se ha sumado un factor externo, el covid-19, con un impacto económico brutal, que evidentemente será aun mayor para quienes no tengan acceso rápido a una vía de ingresos. El retraso en los trámites administrativos es un impedimento extra. “Aún no he empezado a cobrar el paro, ni siquiera la indemnización que me corresponde por el despido improcedente ya que, al cerrarse los juzgados, ni siquiera hemos podido tener el acto de conciliación", abunda la zaragozana, de 35 años.

Irene, que vivió cuatro años en Inglaterra completando su doctorado en Química, invierte su tiempo en casa y procura evadirse de la difícil situación mediante la lectura, practicando deporte y ejercicios de yoga y cocinando. “La cuarentena está siendo especialmente agobiante al no tener una ocupación ni poder desarrollar una actividad intelectual remunerada. Es un trago complicado, bastante desesperante”.

Recién extinguido está el contrato de Javier Longares, también zaragozano, de 31 años: “La empresa para la que venía trabajando, del sector del transporte, inició un ERTE en cuanto se habilitaron, y el personal de oficina pasamos a trabajar desde casa. Mi contrato terminaba en febrero y, aunque la idea que se me había transmitido es que renovaría, finalmente no ha sido así. Esta situación nos ha explotado en la cara a todos. Me voy a tomar unos días de descanso, pero la semana que viene me apuntaré al paro y empezaré a buscar de nuevo trabajo”.

La mayoría, sin prestaciones

Los parados de larga duración en la Comunidad, aquellos que llevan más de doce meses sin trabajar, ya son 21.655. Esta situación se intensifica en los grupos de mayor edad y especialmente en las mujeres (hay 14.449 desempleadas de largo recorrido por 7.206 hombres). En cuanto al nivel de estudios, suelen permanecer más tiempo en el SEPE quienes solo completaron la ESO. Cabe destacar que encuentran trabajo antes aquellos que no estudiaron en la Universidad que quienes sí lo hicieron.

El dato de desempleo de Aragón es el tercer peor mes de paro registrado después de octubre de 2008, una vez finalizada la Expo y en los inicios de la crisis financiera, y enero de 2009. La Comunidad ha perdido 7.710 afiliados a la Seguridad Social, un distorsión respecto a la caída del paro que puede tener su justificación en la nula expectativa de encontrar empleo de quienes han perdido el trabajo y no se han apuntado al servicio público de empleo. Del total de desempleados aragoneses, 40.985 no reciben en estos momentos prestación alguna, mientras que solo 17.982 ingresan prestaciones contributivas, según los datos publicados este jueves.

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