Parados en Zaragoza

“Nos va tocar sufrir como siempre a los mismos, a los trabajadores”

Es el testimonio de Miguel, pero también de Ahmed Labiad y de Lhoussaine Naciri, todos del sector de la construcción en Zaragoza que han sido despedidos por sus empresas por la crisis del coronavirus.

Lhoussaine Naciri, un trabajador de la construcción ahora en paro.
Lhoussaine Naciri, un trabajador de la construcción ahora en paro.
Guillermo Mestre

“Veo la situación muy mal. Nos va a tocar sufrir a los mismos de siempre, los trabajadores y nuestras familias!, afirma Antonio, trabajador de la construcción de 51 años y padre de dos hijos que vive en Zaragoza y acaba de quedarse en paro. “El que no tenga algún colchón de paro lo va a pasar muy mal”, repite, porque “veníamos de una crisis salvaje y lo de la quiebra de algunas empresas ya lo habíamos vivido antes”, afirma.

En su caso, explica este desempleado, siempre ha trabajado para la construcción, en diversas obras y con buen salario, en muchas de las empresas en las que ha estado empleado, pero el coronavirus, dice, va a suponer un antes y un después. “La empresa con la que estaba nos ha despedido a todos. Está en concurso de acreedores. A mi me dieron las vacaciones que me debían y desde febrero estoy sin trabajo esperando el finiquito. Afortunadamente, dice, tiene paro, pero "habrá que esperar a ver si esto escampa para empezar a buscar empleo otra vez incansablemente”. Hay que sacar a la familia adelante, asegura, “pero es muy triste lo que está pasando porque nos va a tocar sufrir mucho sobre todo a familias y trabajadores”.

“A las empresas las rescatan y a los bancos también, pero ¿y a los trabajadores, que somos los más vulnerables?”. Es la pregunta desesperada que se hace Miguel, un empleado veterano de la construcción de 57 años que prefiere no dar su apellido. “Llevo en el paro desde octubre, me ofrecían algunos trabajos en régimen casi de esclavitud y con condiciones económicas irrisorias después de toda una vida reventado a trabajar. Y ahora que le habían llegado en enero dos ofertas decentes, le han llamado para decirle que no le pueden coger: "La empresa también va escasa de dinero y si me contratan en esta situación también se hunden”. Su circunstancia personal es ya desesperada, añade, porque no le queda paro. “Si trabajara solo unos días ya tendría derecho de nuevo a un año de prestación, pero así ¿quién te va a contratar?”. Y gracias a que su mujer aún sigue trabajando mientras él está tramitando los 440 euros de subsidio que el Gobierno acaba de anunciar esta semana.

Miguel reconoce que a muchos compañeros “las empresas los están echando, cobran las ayudas que les paga el Estado vía los ERTE u otros instrumentos y de lo demás se olvidan”, denuncia. “Yo cobro menos ahora que hace 30 años, después de lo que hemos tenido que tragar para que esto se reactive un poco y los empresarios vuelvan a ganar lo mismo que ganaban, al trabajador lo van a dejar en la cuneta”, critica, y “nadie hace nada”.

A Naciri Lhouissane, natural de Marruecos y trabajador de la construcción en Zaragoza desde hace dos años y medio, la empresa le ha rescindido también el contrato que tenía para cinco meses. “Nos han dicho que la obra estaba terminando y ya no nos necesitaban”. Aunque, en su caso, dispone de cuatro meses de paro, confía en que esta situación no dure demasiado. “Espero poder aguantar, pero yo lo que quiero es trabajar”. Piensa que “el Gobierno está haciendo algo bueno para ayudar”. Sin embargo, dice “no llega a todo el mundo y hay que hacer que llegue a todos”

Admed Labiad, también abocado al paro por esta crisis sobrevenida, padre de dos hijos y con uno en camino, coincide con que “el Gobierno está ayudando, pero tiene que hacer más”. En su caso, comenta, en el tiempo que lleva en España siempre ha estado trabajando “en la obra o en el campo”. Confiesa que no le importa siempre que “le paguen y pueda llevar dinero a casa”. El último empleo, dice, lo tuvo, en una empresa de reformas de pisos, pero que el jefe le dijo que la cerraba hasta que pase esto del coronavirus. “No queríamos ir de casa en casa ni infectar nadie”, indica. Aunque tiene paro, ve que la “situación se va a poner muy dura”. “Tengo unos meses de desempleo pero voy a buscar ya en la agricultura o lo que sea porque tengo que pagar el alquiler y dar de comer a mi mi familia”, destaca.

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