La Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud se postula para ser basílica

El templo bilbilitano acogió este fin de semana el ritual de dedicación perceptivo para tener el estatus de basílica.  

Interior de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud
Interior de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud
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La Real Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud vivió este pasado domingo uno de los actos más trascendentales para convertirse en basílica: la Dedicación del templo. De esta forma, se da un paso más en el proceso de solicitud ante el Vaticano para que se le dé este estatus a un edificio que ha tenido consideración de jubilar y es la sede de la Casa Madre de la Orden del Santo Sepulcro. Entre los siguientes pasos que se contemplan, está la conclusión y remisión de un informe a Roma y esperar la respuesta a la petición.

En Aragón se pueden encontrar, entre otras, la de San Lorenzo en Huesca, Santa María de la Peña en Graus, Nuestra Señora de Badaín, Santa Engracia y el Pilar en Zaragoza o la Colegiata de Santa María de los Corporales de Daroca. Según recoge el portal gcatholic.org, en toda España hay un total de 124. “Es un templo significativo para la Orden y para la Diócesis de Tarazona”, apuntaba Javier Sanz, párroco del templo y que este sábado también asumía el puesto de prior del cabildo que rige el propio templo. Entre los requisitos exigibles, enumeraba, está el reconocimiento por su acción social, caritativa y formativa.

Ahora, Sanz reconoce que a finales de marzo se espera tener terminado el informe que se enviará a Roma, pero que no se puede estimar un plazo para la respuesta. “Esperemos que sea a lo largo de 2020, un año en el que Calatayud conmemora el IX Centenario de la Adhesión de la Ciudad al Reino de Aragón tras la conquista de Alfonso I el Batallador”, indica. Y es que el monarca, a su muerte, designó a la Orden del Santo Sepulcro como una de sus herederas.

Colegiata de Calatayud
Se realizó la unción con crisma -aceite perfumado-de las columnas y el altar de la Real Colegiata de Calatayud
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En la ceremonia, que presidió el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, se realizó la unción con crisma –aceite perfumado- de las columnas y el altar, así como la bendición con agua de varios puntos y el encendido de las llamadas lámparas consecratorias. A esto se ha unido una serie de reformas como la colocación de un nuevo ambón fijo (donde se realiza la lectura de la Biblia con forma de atril, podio o púlpito-, la reubicación de la pila bautismal o la instalación de 12 velas y cruces consecratorias.

Sanz explicó que este trámite se inicio por la creencia de que el templo cumpliría en este 2020 el cuarto centenario de su construcción, que se creía en un principio que se prolongó entre 1613 y 1620. Sin embargo, en la revisión de la documentación de los archivos, se tuvo constancia de que este proceso tuvo lugar entre 1605 y 1613. Para Sanz, además de la relevancia histórica del acto, fue un momento especial, ya que este bilbilitano asumió el puesto de prior un día antes, el pasado sábado.

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