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Todas las bóvedas de Santa María de Ateca ya lucen restauradas
Este templo, declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, fue en su origen una iglesia mudéjar del siglo XIV.
Con la finalización de las obras de restauración de los revestimientos murales del tercer y último tramo de la nave de la iglesia de Santa María de Ateca (Zaragoza) ha concluido la restauración de todas las bóvedas del templo, donde se han cosido y sellado las grietas que amenazaban la estabilidad de estas estructuras.
Los trabajos, en los que la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ha invertido un total de 109.733,69 euros, han sido ejecutados por la empresa Albarium.
La iglesia parroquial de Santa María de Ateca (Zaragoza), declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, fue en su origen una iglesia mudéjar del siglo XIV con ábside heptagonal y nave única de dos tramos cubiertos con bóvedas de crucería simple y capillas laterales a ambos lados, informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
A finales del siglo XV o principio del XVI fue ampliada con un nuevo tramo de nave cubierto con bóveda de crucería estrellada, en el que se instaló un coro alto, y entre los siglos XVI y XVIII se colocó una galería de arquillos en todo su perímetro superior, se amplió la sacristía y se reformaron y ampliaron las capillas laterales, entre las que destaca la dedicada a la Virgen de la Peana, patrona de la localidad.
Los materiales utilizados en sus distintas fases constructivas combinan ladrillo y piedra mientras que el interior conserva revestimientos murales superpuestos de diferentes épocas, bajo los que subyace la decoración mudéjar original, que siempre se mantuvo intacta en la zona central de la cabecera gracias al montaje de su retablo mayor, en el siglo XVII.
La iglesia presenta en su ángulo sudoccidental una torre de planta cuadrada que en principio debió ser exenta, aunque no se sabe con certeza si se trataba de un antiguo alminar musulmán reutilizado como campanario cristiano o de una torre mudéjar con interesante decoración realizada en ladrillo y cerámica, que se corona en la actualidad con un último y esbelto cuerpo barroco cubierto por un chapitel bulboso.
El templo, perteneciente a la Diócesis de Tarazona (Arciprestazgo del Alto Jalón), atesora además en su interior un considerable conjunto de bienes muebles de interés histórico-artístico.
Los trabajos que ahora han culminado se suman a las obras realizadas con anterioridad para la restauración de la torre, consolidación estructural del inmueble y restauración del revestimiento interior del segundo tramo de la nave.
El Departamento de Educación, Cultura y Deporte destinó a estas intervenciones un total de 69.328,16 euros, a los que se han sumado los casi 110.000 que han costado las últimas reparaciones que acaban de finalizar.
