ARAGÓN

'Aragón es extraordinario' comienza a andar en HERALDO DE ARAGÓN

La nueva sección diaria de HERALDO quiere descubrir referentes de esta tierra que se salgan de lo común... o detallar nuevos matices de asuntos ya conocidos.

Pilar Velilla en el monasterio de Veruela, donde ejerce de guía desde hace más de dos décadas.
Pilar Velilla en el Monasterio de Veruela, donde ejerce de guía desde hace más de dos décadas.
Laura Uranga

Nace un proyecto de HERALDO DE ARAGÓN relacionado con el territorio que apellida a este medio de comunicación. Y ojo con el asunto, que viene fuerte, henchido de orgullo y rendido a la belleza. Decir que Aragón es extraordinario es osado y perogrullesco a la vez, especialmente si se teme al chauvinismo o la imprecisión que caracteriza a toda afirmación expresada como lema y, por cuestión de semántica, carente aún de hechos concretos. Lo que es incontestable es que en Aragón hay personas, iniciativas, lugares, situaciones e instituciones extraordinarias. Irán desfilando por estas páginas cada día en los próximos meses.

Abundar en la semántica no está de más. Extraordinario es algo fuera de lo común, y también suele asociarse el término a aquello que genera asombro, complicidad o algún tipo de empatía; algo que, en este caso, enorgullece además por vecindad y una especie de sentimiento ‘corporativo’ a todos los aragoneses.

Unas veces será el asombro lo que presida y persiga este reflejo de lo extraordinario; en otras ocasiones se ahondará en referencias conocidas, buscando nuevas ópticas en lo redaccional y lo visual. La idea es escuchar de ustedes eso tan aragonés de ‘andanda’ o, en su defecto, ‘no sabía yo eso’. Para HERALDO supone volver a explorar concienzudamente las tres provincias aragonesas tras la aventura de dos años con ‘Aragón, pueblo a pueblo’, serie culminada en septiembre de 2019 con un libro, un especial digital ¬(disponible en heraldo.es) y una exposición con fotografías de gran formato en el paseo de la Independencia en la quincena previa a las últimas fiestas del Pilar.

Esta sección viajera por el territorio aragonés busca diariamente a personas, iniciativas, instituciones o lugares que se salgan de lo común y generen una empatía con los lectores

¿Qué es extraordinario?

Buena pregunta. No tendrá una sola respuesta, afortunadamente. De hecho, en algún momento las elecciones generarán polémica por no considerarse estrictamente extraordinarias, o entenderse (para eso estamos, apreciados lectores) que hay cosas extraordinarias que deberían haber aparecido antes que otras ya elegidas. Sobre lo primero no hay mucho que decir; toda elección lleva aparejada la controversia de su conveniencia. En cuanto a lo segundo, no hay problema; se trata de una sección diaria y la batida en busca de ideas no se detiene, así que habrá hueco de sobra por aquí para temas que aún no figuran en el listado de producción.

Huelga decir que la búsqueda abarcará las tres provincias aragonesas... y más allá, porque lo aragonés que trascienda las fronteras de esta Comunidad Autónoma también entra en la ecuación. Cada historia, eso sí, va ligada a un municipio que hará de anfitrión. El esquema incluye un desarrollo central de la historia, un espacio de geolocalización (datos útiles del municipio en cuestión), otro de contexto (por ejemplo, un ingeniero que lanza satélites medioambientales reflexiona sobre el cambio climático: no se pierdan el reportaje de mañana) y un complemento de la historia inicial... o una segunda historia destacada y relativa al municipio en cuestión, que redondee un vistazo ponderado y minucioso. Las imágenes y su valor, siempre superior a las mil palabras, se encargarán de contar y matizar el relato en un golpe de vista que, además, siempre admitirá nuevas visitas provechosas para hallar aquello en lo que ‘no me había fijado’.

‘Aragón es extraordinario’ comienza a andar desde aquí. La apuesta crecerá y se multiplicará en función de quienes lean y, ojalá, vibren con cada historia. Si hay un poco de suerte, nunca se les juntarán a ustedes el hambre y las ganas de comer, sino la curiosidad y el disfrute.

‘Aragón, pueblo a pueblo’, dos años de aventura

En septiembre de 2019 cayó el telón de la serie de reportajes enmarcada en el paraguas conceptual ‘Aragón, pueblo a pueblo’, que HERALDO sacó adelante durante dos años sin fallar un solo día a su cita con los lectores. La meta era recorrer todos los municipios de Aragón (731) en este lapso de tiempo, extrayendo de cada localización el relato más llamativo y una imagen identificable de cada lugar. Sin esconder la realidad ni meter tampoco el dedo en las diversas llagas, el motor del recorrido fue dar a conocer lo que ofrece cada municipio a residentes y visitantes, desde los recursos patrimoniales a los humanos; se exploraron los vestigios de la España vacía (o vaciada, que no es lo mismo) en Aragón y también se visitaron de los núcleos más poblados, alternando las historias de superación con las reivindicaciones y el relato cotidiano. Un especial en heraldo.es y un libro compilatorio resumen la apuesta.

Comienza el viaje: la meta es el camino

Las primeras búsquedas de todo lo extraordinario que ofrece Aragón ya han comenzado; al revés de lo que ocurre con el cine y las series, los ‘spoilers’ que siguen son nutritivos

Atención, vienen ‘spoilers’. El uso de este término anglosajón tan lexicalizado actualmente en el mundo hispanohablante suele referirse a pistas no deseadas para seguir anticipadamente la trama de una serie televisiva o una película. Una de las peores cosas que pueden hacerle a un consumidor de estas formas de expresión artística es fastidiar la sorpresa del siguiente capítulo o los minutos finales de la trama; cuenta el anecdotario popular que algún acomodador en el cine susurraba ‘el asesino es el juez’ a un espectador tacaño con la propina. Destripar el meollo, vamos.

En la serie que avanzan estas páginas, la cosa funciona al revés. Los avances de la trama no ‘matan’ el producto; más bien actúan de acicates al consumo. Por ejemplo; en Aragón hay una sima de casi 40 metros de profundidad en una zona que suele estar fresca buena parte del año, y en el fondo de esa sima hay vegetación de tipo tropical por el peculiarísimo microclima que se genera en ese lugar. En el término municipal que alberga tal maravilla existe, además, un restaurante que ofrece menú de sidrería todo el año; ahora es tiempo de esta costumbre culinaria vasca, pero el responsable actual de la concesión cree que el establecimiento (de titularidad municipal) debe extenderla a todas las estaciones. Y sí, es Grisel.

La piedra y el mercurio

En Aragón hay muchas paredes espectaculares para la escalada en roca, siendo los mallos de Riglos las más populares, pero en otros puntos lejanos (y cercanos) hay moles de similar envergadura que, por si fuera poco, conservan sus personalísimas leyendas; una cueva de gran diámetro exterior y escasa profundidad que regala desde dentro una vista de las montañas cercanas enmarcada en un corazón de piedra. Muy lejos de esta mágica hendidura en la roca hay una aldea que resiste una y otra vez al frío invasor, sobre el que ejerce un control férreo; además, allí se cuida el paladar con un producto delicioso que identifica a toda la provincia que lo comercializa, una provincia que, afortunadamente, cada vez debe recordar menos el hecho palmario de su existencia.

Las delicias gastronómicas pueden mejorar la vida de manera exponencial, y de ellas está bien surtida la tierra aragonesa. Entre las dulces hay una que suele ser además de consumo predilecto entre los viajeros de fin de semana, que acuden o vuelven de las montañas que separan Aragón de Francia y no perdonan la parada técnica más laminera. A las afueras de Caspe hay un lugar mágico lleno de burbujas azules, donde niños de la zona pasan unos sábados divertidísimos gracias a cierta maga, actriz y educadora que, con la ayuda de los suyos, transporta a sus ilustres invitados al mundo de la ilusión. Es Marta Zapata, su padre también es mago, y en lo alto de esta página aparece en plena mueca durante un truco de cuerdas. No demasiado lejos vive un señor con cientos de belenes y un corazón de oro, un lugar privilegiado para ver las estrellas, el pueblo más alto de España, la ciudad española con más densidad de atletas olímpicos... (continuará).

“Pues en mi pueblo hay algo extraordinario...”

La interactividad quiere ser palpable en este proyecto desde su mismo inicio. HERALDO ha habilitado una dirección de correo electrónico para recoger sugerencias sobre temas extraordinarios que puedan desarrollarse en esta sección: aragonextraordinario@heraldo.es. Quien prefiera la vía analógica puede enviar una carta a la redacción especificando en el sobre ‘Aragón es extraordinario’.

Las posibilidades son tan amplias como se le supone al término. El enganche con la actualidad puede ser directo (algo que está pasando ahora), el reflejo de algo que dejó huella (obra, iniciativa) o permanente: una maravilla natural, una joya arquitectónica, un lugar emblemático que atrae la atención de los visitantes y supone un orgullo para los residentes a día de hoy. Si hay algo fuera de lo común que merezca ser compartido, no hay más que sugerirlo y entrará directamente al listado de temas potenciales de esta sección. Aunque habrá criba y no todas las propuestas podrán ser desarrolladas, ninguna se rechazará de plano

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