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"El restaurante ha sido el refugio de 50 personas atrapadas por la nieve en la A-23"

Medio centenar de personas se han refugiado este martes en el restaurante de la estación de servicio de Villarreal de Huerva 'Plaza mudéjar', a pie de autovía, hasta que se ha abierto al tráfico. Algunos no pueden continuar su viaje de momento por la falta de gasolina. 

Imagen de la gasolinera a pie de la A-23 que se veía desde el restaurante 'Plaza mudéjar'
Imagen de la gasolinera a pie de la A-23 que se veía desde el restaurante 'Plaza mudéjar'
Liliana Enache

"El restaurante ha sido el refugio de unas 50 personas que se han visto atrapadas por la nieve a primera hora de la mañana. Estábamos ya preparados para pasar la noche aquí cuando han abierto la autovía (la A-23) y han podido empezar a salir. De todas formas, hay gente que continúa aquí porque no tiene gasoil y la gasolinera está cerrada". Lo cuenta a las 21.00 Liliana Enache, una de las empleadas del restaurante de la estación de servicio de Villarreal de Huerva 'Plaza mudéjar', que se encuentra a a pie de la A.-23, en el kilómetro 215.

Desde primeras horas de la mañana, Liliana y otro compañero han abierto el establecimiento poco después de las 7.00 tras quedarse bloqueados también en la nieve, el local se ha convertido en el lugar de cobijo de medio centenar de viajeros, entre ellos un par de familias con niños, turistas ingleses y varios camioneros. A lo largo del día cuenta que han recibido la ayuda de vecinos de Villarreal, Mainar y Villadoz que con sus tractores les han ayudado "a salir de los atascos, remolcar vehículos y acercar a la gente". "Han sido de una gran ayuda para todos", agradece. Durante toda la jornada la gasolinera ha permanecido cerrada. 

Sobre las 19.00 todo parecía indicar que les tocaría pernoctar en las instalaciones. "Lo que teníamos claro tanto yo como el encargado que está con nosotros y otro empleado es que había que dar un servicio. Hay una zona 'chill out' con pequeños sofás y casi estaban ya reservados. Por lo demás, solo tenemos dos mantas, pero seguro que nos íbamos a apañar", cuenta. Minutos antes de las 19.30 la Guardia Civil ha llevado hasta el restaurante a una mujer que había rescatado en la autovía. El único temor de Liliana entonces era que por la noche el suministro eléctrico se fuese, "la luz se ha ido dos veces durante el día pero ha vuelto al rato", y se quedasen a oscuras y sin calefacción.

Liliana, de origen rumano, está acostumbrada a las grandes nevadas de su país, pero es la primera que vive en España. "En alguna ocasión no he podido regresar a mi casa a dormir y me he tenido que quedar en Binadoz, pero no recuerdo un temporal como este. Parecía que no íbamos a poder salir de aquí", explica. La gente en el restaurante ha pasado las horas "tranquila y resignada", siguiendo de cerca la evolución de la borrasca y si la A-23 se abría finalmente o no. Lo que no estaba claro ya por la noche es que tras la cena algunos pudieran continuar viaje, ya que la gasolinera seguía cerrada y no tenían suficiente combustible para ponerse en carretera con tranquilidad.

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