plan de retorno joven

"Me apetecía volver a casa y estar con mi familia. Fue una decisión totalmente sentimental"

Los primeros jóvenes retornados con el plan del Gobierno de Aragón buscan empezar una nueva vida aprovechando su experiencia en el extranjero en otras empresas o emprendiendo.

Los primeros jóvenes retornados con el plan del Gobierno de Aragón buscan empezar una nueva vida aprovechando su experiencia en el extranjero en otras empresas o emprendiendo.

Laura Santacristina y Javier Gómez hasta hace unas semanas no se conocían. Ella se marchó a trabajar a Guatemala tras estudiar Periodismo, donde ha estado cinco años, y él ha pasado ese tiempo poniendo en marcha su agencia de comunicación Selenus, con sedes en Zaragoza y Valencia. Sus caminos se han cruzado casi por casualidad a través del plan de retorno joven del Gobierno de Aragón al que ambos habían acudido buscando apoyo. Ahora están a punto de formalizar su relación laboral.

Santacristina tiene 30 años y el año pasado tomó la decisión de regresar a España. "Me apetecía volver a casa, estar con mi familia, recuperar algunas relaciones. Fue una decisión totalmente sentimental", confiesa. Estudió  en la Facultad Complutense de Madrid. Terminó en 2012 y tras hacer un master y empezar a trabajar de forma temporal, le surgió la posibilidad de marcharse a Guatemala con una beca de dos años en la Agencia Española de Cooperación. Luego siguió en el país con una ONG británica e hizo asesorías.

Cuando ya había tomado la decisión de regresar, sus padres le hablaron del plan diseñado en Aragón, del que se habían enterado por los medios de comunicación y le animaron a que se informara. Este acaba de hacer balance de su primer año, durante el que ha atendido las consultas de 252 aragoneses que ahora viven en el extranjero, de los que ha facilitado la vuelta de 74 personas. Incluye ayudas económicas de hasta 3.000 euros para los menores de 35 años y asesoramiento laboral, sobre emprendimiento, vivienda, movilidad y emocional. 

Aragón cuenta con un plan de retorno del talento joven que incluye ayudas económicas y asesoramiento .

Laura y Javier reconocen que su caso no es habitual. Ella se considera afortunada porque cuatro meses después de regresar ya está a punto de firmar un contrato laboral, que además encaja con su formación. Y que, en principio, sería de dos años, una duración larga para la elevada temporalidad del mercado laboral español. Antes había trabajado con el Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), encargado del plan, para "adecuar su currículum" y poner sobre el papel su experiencia fuera. Esta precisamente era una de las cualidades que valoraba Javier a la hora de ampliar su plantilla. Él y su socio también trabajaron un tiempo en el extranjero y creen que al vivir fuera "te espabilas". Buscaban candidatos jóvenes con cualidades como "ser muy polivalentes" y tener conocimientos "en los que nos cuesta más reciclarnos a nosotros". Laura valora la flexibilidad que le ofrece poder trabajar "desde otro lugar que no es necesariamente ni tu casa ni la oficina". En Selenus trabajan seis personas repartidas en cuatro ciudades. 

Volver a un pueblo de 30 habitantes

Ana Omella en Fórnoles (Teruel).
Ana Omella, en Fórnoles (Teruel).
Heraldo.es

Entre los que vuelven también hay quien opta por emprender. Esta es una salida para quienes regresan a lugares con pocas posibilidades de empleo. Las opciones de encontrar un trabajo en un pueblo de 30 habitantes son muy limitadas. Ana Omella, de 31 años, que estudió Magisterio, ha regresado al municipio turolense de Fórnoles, su pueblo. "Me fui a los 18 años a estudiar a Barcelona". Volvió dos años y estuvo trabajando en la escuela de adultos del Matarraña, que pertenece a Valderrobres y da formación en 18 pueblos, para después pasar tres meses en Argentina. Ahora ha decidido volver para quedarse. "El pueblo siempre me ha gustado, pero entonces necesitaba irme", confiesa. Cree que "es importante salir, ver otras cosas y volver con otra información"

"Adaptarte a un pueblo es duro. Es vivir con tu soledad", reconoce. Pero echaba de menos  "salir a la calle y hablar con los vecinos, recordar valores que se pierden en la ciudad". Aquí los domignos "se va al campo, no al centro comercial". Se siente satisfecha porque cree que "aporto y me aporta mucho. Tengo una tranquilidad que no tengo en la ciudad". Defiende que "nuestra tierra necesita que los jóvenes volvamos". Afirma que en el mundo rural "hay posibilidades pero tienes que tener ganas".

Desde el plan de retorno joven del IAJ le están ayudando con el papeleo para la puesta en marcha de una empresa de reflexología podal y Afro Yin. Su objetivo es dar clases para los pueblos de la zona, el más cercano es Valderrobres a media hora. "Llevo cinco años formándome. Siempre me ha gustado mucho bailar. Para mí ha sido mi medicina", explica sobre una disciplina que cuenta se utiliza "para desbloquear el cuerpo" y ayudar a la mente. 

Su experiencia fuera le ha permitido saber que "eres capaz de muchas cosas". Y reconoce que "me doy cuenta cuando vuelvo aquí". Aunque "las estructuras no han cambiado" en el pueblo, "con mi familia y mis amigos ha sido muy fácil". De las asesorías que se prestan en el plan destaca el "acompañamiento" que ha sentido en la parte emocional.  "Se te mueven muchos miedos", afirma.

Asesoramiento para "cerrar una vida"

Adrián Gimeno, director gerente del IAJ, y Pilar Cancer, asesora del plan de retorno.
Adrián Gimeno, director gerente del IAJ, y Pilar Cancer, asesora del plan de retorno.
Toni Galán

El plan incluye asesoramiento laboral, en vivienda, movilidad, emprendimiento e incluso emocional. Después de que se presentara el balance la semana pasada, desde el Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) que lo gestiona reconocen que les han llegado muchas más solicitudes de orientación y de empresas interesadas en adherirse. Son conscientes de que el programa sirve de apoyo pero que "la gente no decide volver solo porque haya un plan", reconoce Adrián Gimeno, director gerente de este organismo. No quiere crear "falsas expectativas". Cada persona es un caso diferente, añade Pilar Cancer, asesora del plan. Su trabajo es facilitar el proceso que supone "cerrar una vida" en otro país y empezar aquí. Entre las medidas se incluye pagar dos meses de alquiler y ayudar con la mudanza.

La hora de decidir el retorno suele estar marcada por un momento "vital". Por ejemplo, si se está a punto de tener hijos o de escolarizarlos o se tienen familiares mayores en Aragón. Entre quienes consultan sobre las ayudas para regresar hay quien "no quiere volver hasta que se le termine el contrato de trabajo, otros no tienen  aún la decisión tomada, unos quieren volver aunque no encuentren trabajo y otros solo si lo tienen", explica Gimeno. Hay un mayor porcentaje de mujeres, aunque todavía no hay un perfil de los jóvenes que salen.

El "fenómeno del retorno" despierta tanto interés que este año el Observatorio Joven lo estudiará por primera vez en profundidad con los datos que han llegado hasta el IAJ. Faltan también medidas específicas para grupos como el personal investigador, cuya recolocación en España sigue siendo difícil si no aumenta la inversión en I+D+i.

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