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Zaragoza tiene un 'garaje colectivo' para hacer realidad los sueños tecnológicos

Zaragoza Maker Space es una asociación sin ánimo de lucro que entre sus proyectos realiza prótesis 3D que envía a países en vías de desarrollo.

Adrián Blasco con la prótesis 3D de brazo que van a enviar en próximos días a la India.
Adrián Blasco con la prótesis 3D de un brazo que van a enviar en los próximos días a la India.
aránzazu navarro

Desde hace casi dos años, un grupo de personas inquietas trabajan por reducir la brecha digital y desarrollar proyectos tecnológicos de forma abierta y compartida entre la ciudadanía. Lo hacen desde la asociación sin ánimo de lucro Zaragoza Maker Space, ubicada en la calle de Madre Sacramento, número 47, y en cuya puerta figura un cartel en el que se puede leer ‘Con nosotros aprenderás a utilizar la tecnología de forma creativa’. “A la gente le da miedo y no es tan complicado”, sostiene su presidente, Adrián Blasco, de 31 años, ingeniero industrial de profesión.

Zaragoza Makerspace ha elaborado una prótesis 3D de un brazo hecha de plástico con fines solidarios. Viajará hasta la India donde se donará a una persona que la necesite. No es el único proyecto que lleva a cabo esta iniciativa que cuenta con 25 socios amantes de la tecnología, la robótica y el mundo digital.

Un espacio diáfano con impresoras 3D, maquetas, máquinas de aeroplanos y robots, entre otros artilugios, reciben al visitante. “También tenemos una zona de soldadura y un taller con todos los elemenos necesarios donde poder materializar las ideas. Es como un garaje colectivo. Y arriba hay una zona donde se imparten talleres, tanto a nivel interno como en abierto”, añade Blasco mientras enseña la asociación.

En estos momentos tienen preparada para mandar a la India una prótesis 3D de un brazo, realizada en plástico Pla. Será la segunda que envíen a ese país asiático. "También hemos mandado otra a Honduras. Colaboramos con Ayúdame3D, una iniciativa creada en España que ofrece este tipo de prótesis a los países que lo requieran; principalmente en vías de desarrollo. Es gente que no se puede permitir prótesis de alto coste. Valen menos de 30 euros cuando una prótesis está entre 2.000 y 6.000 euros. Es un proyecto social con el que poder colaborar", destaca el presidente de Zgz Maker Space.

Las prótesis que elaboran (tres modelos orientadas al brazo) funcionan con la flexión de hilos y facilitan al usuario las tareas más básicas. "Con sus limitaciones, te cubren las necesidades del día a día. Lo ventajoso es que no tienen ningún aparato tecnológico. Quienes las están utilizando dicen que son más cómodas que las profesionales", afirma Adrián, que hace hincapié en que esperan mandar más a otros lugares. Al mismo tiempo, avanza que quieren probar con otros modelos e incluso extender esta iniciativa a nivel local. "Hay gente de Zaragoza que puede tener este mismo problema. Además, queremos hacer prótesis parciales porque es más común que a una persona le falte un dedo que todo un brazo y férulas para proteger zonas dañadas. Y también la posibilidad de férulas para animales de compañía", indica.

"Queremos hacer prótesis parciales y férulas para proteger zonas dañadas y para animales de compañía"

No obstante, el ámbito de trabajo de Zgz Maker Space va mucho más allá de las prótesis 3D. La robótica educativa también ocupa un lugar destacado. Adrián avanza que están desarrollando un módulo nuevo del robot Escornabot al que han añadido un sensor para detectar colores sobre la superficie en la que se encuentre. "Existen profesores que integran este tipo de robot en las aulas para niños más pequeños. Nosotros vamos a hacer esta extensión y 18 robots con 'software' libre y accesible", dice.

También participan en Cansat, una competición organizada por la Agencia Europea del Espacio. "Colaboramos con un grupo de chicos de Zaragoza, de distintos colegios, que tienen que desarrollar una idea para mandar un satélite del tamaño de una lata a la atmósfera. El objetivo es establecer una comunicación tierra-aire y medir con unos sensores la calidad del aire, su composición, hacer fotos desde el aire, etc", explica.

25 socios

Ingenieros, electricistas, universitarios, autónomos y hasta un jubilado conforman el grupo de 25 socios con los que cuenta esta asociación. En su mayoría son chicos con edades comprendidas entre los 20 y 30 años. "Aunque pueda parecer triste, es la realidad. Queremos cubrir ese déficit de chicas", se lamenta Adrián.

La sede de la asociación se mantiene gracias a las cuotas de sus socios (desde 50 a 20 euros al mes), está abierta todos los días de la semana (de 18 a 21, generalmente por las tardes) y puede acceder cualquier persona que tenga la inquietud de realizar proyectos tecnológicos. Los socios tienen sus profesiones (Adrián trabaja en un taller de robótica en Enseñalia, por ejemplo) y alguno acude a las instalaciones para terminar tareas pendientes ("un autónomo que trabaja en un escape room ha desarrollado aquí algunas piezas", dice). 

A lo largo de este tiempo han encontrado aceptación, pero no tanta como les gustaría. "Tal vez no nos conoce tanta gente o ya existan otros espacios", reconoce Adrián. "Hay una comunidad mundial de 'maker', gente con inquietudes tecnológicas  y con ideas en innovación, que ha llegado a Zaragoza en nosotros. Los programas que utilizamos en su mayoría es código abierto. Un espacio donde tenemos disponibles todas las herramientas de 'software' y 'hardware' para desarrollar proyectos", destaca. Todo sea por amor a la tecnología.

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