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Los últimos camellos del desierto… ¡de Monegros!

El centro turístico y aeródromo Tardienta-Monegros, regentado por José Manuel Ayuda, cuenta con dos ejemplares de camello de casi tres décadas, Baltasara y Tempranillo.

En 1997 cinco exóticos visitantes irrumpieron de lleno en el desierto de Monegros, ubicado en el territorio oscense. Se trataba de Tempranillo, Baltasara, Melchora, Gaspara y El Cucaracha, cinco camellos - Camelus dromedarius- llegados desde el mismísimo desierto del Sáhara. Hoy, tras más de dos décadas, tan solo quedan los dos primeros que residen en el centro turístico Tardienta-Monegros, ubicado en la localidad oscense.

“Era una idea que me rondaba la cabeza y que surgió un poco por casualidad como muchas de las cosas que hago. Suelo tener ideas algo surrealistas que la gente cree que no llevaré a cabo”, asegura el oscense José Manuel Ayuda, gerente del centro turístico y el aeródromo Tardienta-Monegros y cuyo lema de vida podría ser una conocida cita que reza aquello de “Como no sabía que era imposible lo hizo”.

Hace 28 años, Ayuda adquirió un pequeño terreno por valor de unos 20.000 euros para construir un aeródromo y su propia escuela de vuelo. Poco después, en 1997, iría hasta África en busca de cinco camellos que adquirió entre Gimilím y Tan Tan. “A Tempranillo y Cucaracha los compré en un mercado y las tres hembras pertenecían a un propietario particular que los tuvo que coger a lazo porque eran salvajes”, recuerda. Hasta regresar a España tuvieron que recorrer más de 6.000 kilómetros con un camión de enormes dimensiones. Recuerda que transcurrió más de una semana. “Cada ejemplar rondó los 3.000 euros”, afirma.

“Por aquel entonces no era normal encontrar turistas en la zona y mucho menos con cinco camellos”, bromea el empresario, que asegura que hoy sería completamente imposible trasladar a un ejemplar de esta especie fuera de su hábitat natural. “De hecho, fui de las últimas personas que pudo hacerlo”, indica.

Una vez llegaron a Tardienta, Ayuda asegura que los animales se adaptaron perfectamente a su nuevo hogar. “El objetivo era su integración en el paisaje y he de decir que aquí han vivido perfectamente”, admite, al tiempo que reconoce que pronto se convirtieron en todo un símbolo de Tardienta que logró colocar este enclave monegrino en el mapa. “Me costó más de un año domarlos para que pudieran acercarse a la gente”, afirma Ayuda.

Hoy, los dos supervivientes que superan las dos décadas, viven retirados en este curioso espacio aunque siguen sirviendo de reclamo para turistas y gente de la zona. “Hay un proverbio saharaui que dice que un camello puede llegar a vivir 30 años, 3 meses y 3 días”, añade.

Instructor de vuelo, piloto de ultraligeros y empresario turístico. Ayuda decidió convertir sus pasiones en su modo de vida dando lugar al hotel-cueva de Tardienta y un aeródromo que hoy ocupan un terreno que supera las 50 hectáreas de superficie. “Cuando llegó el momento de construir un hotel dentro de una montaña volvieron a decirme que no podía hacerse. Fue una ocurrencia que tuve en 2005 y me costó dar con un arquitecto que se atreviese”, reconoce. Este hotel es un establecimiento único en España: “Sé de la existencia de casas-cueva, pero ¿hoteles? No creo que haya ninguno”. El hotel ofrece ocho habitaciones dobles con una exótica decoración procedente de Marrakech.

La oferta del complejo la completan un restaurante, una jaima, varios campos de 'paint ball' y 'airsoft', el albergue árabe ‘La Porrompompera’ o su propia fábrica de cerveza artesana, la ‘República Monegría’. “Hoy en día diría que el mayor reclamo es el hotel que visitan tanto extranjeros como personas de España, muchas de ellas aragonesas”, resume.

Un lugar de cine

Además, a lo largo de los años el emplazamiento ha albergado numerosos rodajes tanto de películas como de spots publicitarios de videoclips como las últimas campañas de Vercace, Springfield, Desigual o New Balance. “Llevamos más de 20 años haciendo las veces de plató de cine de proyectos de todo tipo, sobre todo para equipos de otros países, muchos franceses e ingleses”, asevera Ayuda.

Uno de los últimos sueños que le quedaban por cumplir a este soñador empedernido era el de ser padre, algo que haría realidad a los 50 años, en 2013. Recientemente, hace en torno a un año, nacería su segunda hija. “Creo que si hubiera decidido tener una familia hace años no podría haber hecho la mitad de las cosas que he logrado en todo este tiempo”, reflexiona, al tiempo que anuncia que pronto comenzará a trabajar en un nuevo proyecto: “Me gustaría fabricar un platillo volante”. Podría sonar a quimera, pero viendo el historial de este oscense, ¿quién dice que este ovni no esté surcando los Monegros en unos cuantos meses?

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