Aragón

Salud

¿Cómo puedo prevenir una salmonelosis?

Los expertos insisten en que las claves son un buen lavado de manos, la higiene de los utensilios que se usan al cocinar y la conservación de los alimentos sin romper la cadena de frío. 

La salmonella está muy ligada a productos como el huevo o la mayonesa.
Pixabay

La mayoría de intoxicaciones alimentarias, como la que ha provocado el ingreso del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se producen en verano y muchas de ellas causadas por la temida salmonella.  Pero, ¿cómo se puede prevenir una patología de este tipo? Los expertos insisten en que hay tres claves para librarse de pasar este mal trago: un buen lavado de manos, la higiene de los utensilios que se usan al cocinar y la conservación de los alimentos a una temperatura adecuada para evitar la proliferación de las bacterias.

“Cuando uno de estos tres puntos no se cumplen, normalmente se produce una contaminación por bacterias. La salmonella es una de las más comunes, pero hay otras muchas”, explica Mari Lourdes de Torres, coordinadora del comité científico de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (Adenyd), que recuerda que entre 4 grados y 65 grados las bacterias encuentran la temperatura adecuada para proliferarse. “Y la proliferación es geométrica, lo que provoca que en pocos minutos haya un millón de bacterias”, advierte.

Aunque las bacterias pueden llegar a habitar cualquier alimento, hay algunos más “apetecibles” para ellas, como la leche, el huevo o aquellos que contienen grasas o azúcares. “Y si encima están a temperatura agradable, las bacterias se multiplican”, explica De Torres, que reconoce que es más difícil que las bacterias se reproduzcan en un trozo de pan seco, por ejemplo. 

Pero igual de importante que “respetar la cadena de frío” es -según De Torres- tapar los alimentos cuando se introducen en la nevera y evitar la mezcla entre crudos y cocinados ya que "se pueden contagiar entre ellos".

Síntomas más comunes

La ingesta de un alimento contaminado produce síntomas compatibles con una gastroenteritis aguda, como dolor abdominal, vómitos o diarreas. Estas últimas se producen porque los gérmenes llegan al intestino, donde generan más líquido del que este puede absorber.  Si las evacuaciones son abundantes y continuadas hay riesgo de producir deshidratación y desnutrición, por el arrastre de todos los nutrientes que alberga el intestino. 

Por eso, es importante que en cuanto lo tolere, el paciente comience a hidratarse y, poco a poco, también vaya comiendo algún nutriente que ayude a absorber el agua y haga las heces más consistentes. Entre los alimentos que se aconsejan tomar después de un episodio de estas características son proteínas secas (sin grasas) o hidratos de carbono, como el arroz. "Se recomienda cocerlo hasta el punto de hacerlo una pasta, para que ayude a absorber el agua y las heces se hagan consistentes”, explica De Torres, también supervisora de la Unidad de Nutrición y Dietética del hospital Miguel Servet de Zaragoza.