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Imágenes y mil palabras: el envite de Almohaja

A pesar de un censo en números rojos, esta localidad ofrece visiones entrañables de su historia y entorno, que este agosto volverán a ser expuestas con la intención de otear la historia local.

En Almohaja no suele haber casi nada que rompa el silencio. Queda muy poca gente en el día a día –Tomás Simón, el alcalde desde hace décadas, un trabajador intachable toda su vida, es uno de ellos– aunque los fines de semana sí asoman los hijos del pueblo que se han preocupado de adecentar sus casas y mantenerlas en buenas condiciones; hay ejemplos notables de esa práctica. Desde lejos, además, no faltan quienes velan por mantener el pueblo vivo a través de iniciativas socioculturales.

José Ignacio Abril Anquela es uno de estos esforzados. Nació y vive en Valencia, pero su pueblo es turolense y tiene raíz árabe en el nombre. "Mi conexión con Almohaja es por parte materna; mi padre nació en Teruel, y mi madre en el pueblo. Se casaron en 1975: él ya vivía en Valencia y se establecieron en la ciudad donde nací. Hace 12 años, mi hermano Javi y yo decidimos que queríamos tener un lugar propio en Almohaja; él vive en Barcelona. Entre los dos compramos una casa por la que nadie daba un duro; de hecho, nos sugirieron que la derribáramos y construyéramos otra, pero no hicimos caso. Se mantuvo todo lo que se pudo mantener, incluyendo algunas vigas y forjados, para conservar el ambiente de una casa pequeña de labradores. Pone 1892 en el alero, pero sabemos que esa fecha es de la última reforma del tejado; se rehizo varias veces".

Hace tres años, Lourdes Anquela (prima de José Ignacio) se empeñó en mover actividades en Almohaja. "La situación era algo preocupante –comenta José Ignacio– porque incluso se habían dejado de hacer las fiestas; los pocos que seguíamos yendo buscábamos un día de referencia para juntarnos con una comida. Se hizo un par de años. Luego surgió la asociación, que se dedica al rescate de tradiciones y otras iniciativas más allá de las fiestas. Este año, de hecho, hay hasta comisión y fechas establecidas, serán en la segunda de agosto, con el día 10 como fecha más señalada. Las Jornadas Almohajinas se han consolidado: cada cual aporta una idea que interesa. En mi caso, hice Bellas Artes y me apetecía hacer un fondo documental de fotografías, para tener referencias de familiares, antepasados y vecinos, de gente que conocimos de jóvenes, de máquinas trabajando en la mina; estamos en la sierra Menera, mi abuelo Ignacio Anquela trabajó en el tren. También me atrae la arquitectura y la conservación del territorio, el análisis de los elementos que te explican una historia, una forma de vivir".

De este poso nació el año pasado una modesta exposición pergeñada por José Ignacio y su amiga Ruth Aguado; la meta era no quedarse en la muestra convencional de imágenes, así que las acompañaron de objetos e historias. "El año pasado recuperamos casi 40 imágenes y se expusieron finalmente 25 –recuerda José Ignacio– y este material está disponible para todo el que este interesado en tenerlo, incluso facilitamos copias digitales de las fotos. Este año hemos pautado unas 20 nuevas; queremos agradecer la ayuda a todos los que enviaron material desde sus ciudades para su escaneado, ya que es muy delicado ceder originales con alto valor sentimental; la gente quedó contenta, incluso vinieron de fuera a verla, personas sin vínculos con Almohaja, después de que mi prima corriese la voz. La muestra se inaugura el 10 de agosto este año, y tendrá un hilo narrativo; no queremos repetirnos. Quizá más adelante, con un número superior de fotos, busquemos muestras temáticas. Además, contamos con aportes de un almohajino destacado, el fotógrafo Rogelio Allepuz".

José Ignacio no soslaya la problemática palmaria de su pueblo; no hay gente y tampoco perspectivas de un futuro diferente, dadas las actuales condiciones socioeconómicas de Almohaja y de buena parte del medio rural aragonés. "Supongo que lo dicen el todas partes, pero para atacar este problema, que parece muy difícil de atajar por completo, hay que escuchar a la gente desde las instituciones; es necesario visitar los pueblos, entender la problemática de cada uno y buscar soluciones. Y no me excluyo: además de tratar de dinamizar cosas desde fuera, estoy valorando otras opciones, incluso la de armar algo en Almohaja, aunque no me engaño; es complejo".

Rogelio Allepuz: los recuerdos infantiles de un maestro del fotoperiodismo

Rogelio Allepuz nació en Almohaja y allí pasó sus primeros años de vida. Una vida que cristalizó profesionalmente en la fotografía, con especialización en el fotoperiodismo. Trabajó en ‘El Día’ y ‘El Periódico de Aragón’ y se jubiló hace una década. En 2016 presentó ‘Emociones’, una exposición organizada por el Ayuntamiento de Zaragoza en la casa de Morlanes. Su cobertura del atentado terrorista a la casa cuartel de Zaragoza le valió el reconocimiento unánime de la profesión, cristalizado en 2010 por sus compañeros para reconocer su trayectoria. Todo empezó en Almohaja. “Sobre los 11 años ya estábamos en Zaragoza, pero mis recuerdos del pueblo están muy vivos. La laguna, por ejemplo, siempre llena, los críos íbamos a coger ranas. Luego se secó y se convirtió en zona cultivable. También tengo en la memoria el tren llegando a la estación con su máquina de vapor, bajaba el mineral de Ojos Negros hacia Sagunto, y en el pueblo le echaban agua a la máquina con una manguera. ¿Más? La romería al monte de San Ginés, el huerto de mi abuela, esos tomates y lechugas, o el horno del pan, con ese olor... era un acontecimiento. En la era de mi padre me sentaba en el trillo... y a dar vueltas alrededor de la parva, me encantaba. Mi padre también me asignó dos cordericos pequeños para que los cuidara... y de la escuela quedan imágenes como la leche en polvo de los americanos, los pupitres, la estufa de leña… he seguido yendo, claro, aunque mis tíos van poco. El lugar en el que naciste siempre tira; doy paseos por el barranco Cardoso, agarro la camarica... en fin, recordar es vivir".

En datos

Comarca: Comunidad de Teruel

Población: 16

Distancia a Teruel: 49 km

Los imprescindibles

Las fiestas

Bajo el monolítico aspecto de este muro (abajo) descansa el caserío de la localidad, que celebra las fiestas patronales en honor de la Virgen de la Rosa y Santa Engracia en la primera quincena de agosto. Las fechas son variables.

Chusé María Cebrián

Aunque está profundamente ligado a Encinacorba desde hace muchos años, este poeta, docente y escritor en lengua aragonesa nació en Almohaja a principios de la década de los 50. ‘Paisaches’ (1990) es una de sus mejores obras.

La ‘fiera’ de Almohaja

En el verano de 1993, un perro asilvestrado que parecía un cruce con lobo mató a decenas de ovejas en el pueblo. El actual alcalde, Tomás Simón (que ya lo era entonces) fue uno de los ganaderos afectados.

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