Lleno en La Aljafería para reivindicar Aragón en el San Jorge más electoral

El patio de La Aljafería ha sido escenario del último Día de Aragón en esta IX legislatura y ni la lluvia ha deslucido el acto institucional en el que se ha premiado a Javier Zaragoza y a Paula Ortiz y se ha hablado de democracia y derechos.  

Lleno de gente a pesar de la lluvia. Así estaba el Patio de Santa Isabel del Palacio de La Aljafería en este 23 de abril, Día de Aragón, el último de esta IX legislatura, que se celebra a cinco días de unas elecciones y a treinta y tres de otras y en el que los discursos no han sido muy electorales sino que han servido para reivindicar Aragón, su autogobierno y, más que otras veces, su cultura y a quienes la crean.

Parecía que no iba a descargar la lluvia, pero al final del acto ha caído un fuerte chaparrón en el patio, a salvo los asistentes bajo los pórticos, aunque el agua no ha deslucido la celebración de la autonomía aragonesa que llevan a cabo conjuntamente desde hace años los poderes legislativo y ejecutivo.

A las doce ha bajado la comitiva de las autoridades por la escalera de los Reyes Católicos y ha comenzado el acto con la entrega de la Medalla de las Cortes a la cineasta Paula Ortiz, de manos de la presidenta de las Cortes, Violeta Barba.

Después, el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha hecho entrega del Premio Aragón 2019 al fiscal del Tribunal Supremo Javier Zaragoza, natural de Alcorisa (Teruel), y la Medalla al Mérito Cultural al músico y escritor Joaquín Carbonel.

Lambán ha defendido el papel de Aragón en la construcción de España, una Comunidad que es "parte indisoluble de España", parte "constitutiva y constituyente", y que "quiere colaborar activamente con la buena gobernanza de este país, que ya es grande, para que lo sea aún más".

Ha tenido referencias a la crisis y a las patologías que generó la mala gestión que los políticos hicieron de esta, que ha considerado que son fenómenos como el procés, la irrupción de la extrema derecha o los populismos y la xenofobia.

Crisis que hizo "saltar por los aires" los contratos políticos y sociales de los últimos cuarenta años de democracia, "y la política no lo supo ver".

Lambán ha reivindicado las infraestructuras pendientes en Aragón, con presupuestos; ha exigido una financiación autonómica justa y que tenga en cuenta el coste real de los servicios por habitante; ha prometido lealtad al Estado siempre que el Estado sea leal con Aragón, y se ha mostrado orgulloso de los creadores, científicos y artistas de la Comunidad y de su contribución a la historia, con expresas referencias al X Conde de Aranda, del que este año se cumple el 300 aniversario de su nacimiento.

Por su parte, Barba, visiblemente emocionada y con la voz quebrada en algunos momentos de su discurso, ha abogado por huir del ruido y de la descalificación en estos tiempos convulsos, porque la crispación y evidenciar las diferencias hasta "extremos asfixiantes" en lugar de trabajar por conquistar la igualdad es lo que "más alas" da a los movimientos extremistas.

Ha hecho un discurso muy centrado en la igualdad, porque conquistarla debe de ser la principal batalla y el primer objetivo y "tarea pendiente" de la política, ha dicho, y en el feminismo en un contexto en el que las mujeres sieguen siendo "víctimas de una sociedad y de una educación patriarcales".

Ha mostrado su preocupación por los ataques que a su juicio está sufriendo el movimiento feminista en una "ola de odio y retroceso que quiere llevarse como un tsunami los avances conseguidos durante décadas" y que implican, por otra parte, un "gran cambio cultural".

Los galardonados se han mostrado todos ellos emocionados, desde sus diferentes ámbitos profesionales.

El fiscal Zaragoza ha asegurado que la esencia de la democracia "radica en la sujeción a la ley", en el sometimiento de todos, ciudadanos y muy singularmente los poderes públicos y, en el ámbito personal, ha tenido un especial recuerdo para la villa turolense donde nació, en donde tiene sus raíces "bien ancladas", con la que "jamás se quebró el cordón umbilical" y donde mantiene amigos con los que creció.

Paula Ortiz, por su parte, ha reivindicado el papel "imprescindible" de la cultura en la "cura social" que es necesaria para la refundación de la democracia y ha apelado a la función de los poetas porque "solo la fantasía puede ayudar a comprender la realidad" y solo los actos de "imaginación valiente" podrán abrir nuevas soluciones y encontrar "nuevas formas de vivir y convivir".

También ha hecho una encendida defensa de la cultura, y el cine, y se ha emocionado al reconocer que intentar romper el techo de cristal es su "lucha diaria" y que vive en una "tensión de equilibrios imposibles, de cansancios y renuncias, en un continuo intentar alzar el vuelo y darnos de bruces con ese techo con el que nos liamos a puñetazos y no se quiebra".

Carbonell, por su parte, ha abogado por preservar el tesoro cultural de la Comunidad, para evitar ser, además de pocos, "miserables", bajo el argumento de que la ausencia de cultura "provoca desolación, retroceso y miseria".

El Himno de Aragón ha cerrado el acto, tras el que los presentes se han apresurado a formar corrillos, conscientes muchos de ellos de que el año que viene, el próximo 23 de abril, habrán dejado de ocupar algunos lugares privilegiados en este patio.  

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