Pinares y arte rupestre, de Albarracín al barranco del Cabrerizo

La ruta que lleva de Albarracín al barranco del Cabrerizo discurre por dos espacios de gran valor ambiental: el Parque Cultural de Albarracín y el Espacio Protegido de los Pinares de Rodeno. Se trata de un recorrido de 7,6 km con un tiempo estimado de 2 h 10 min. Este recorrido es un Sendero Turístico de Aragón, lo que garantiza la señalización y buen mantenimiento de las infraestructuras.

La senda no solo nos lleva por paisajes de gran belleza sino que también encontraremos en el recorrido abrigos prehistóricos con pinturas rupestres y uno de los centros del Territorio Dinópolis, con fósiles de época jurásica, cualidades que, unido a su corto recorrido y escasa dificultad, convierte este sendero en un paseo apropiado para hacer con niños, que encontrarán numerosos hitos entretenidos en la ruta.

El recorrido parte del barrio del arrabal de Santa Bárbara, en Albarracín. Deja a la izquierda el PR-TE 1 que va a Gea de Albarracín y tira a la derecha por la carretera. Llega así, al inicio de una pista de tierra con carteles indicativos, flechas del PR-TE 5 y del GR 10. Nos encontraremos con la vista del edificio del Mar Numus. Se trata de un espacio dedicado a los fósiles y a los mares jurásicos que cubrían Albarracín hace 150 millones de años. Y para muestra, un enorme reptil acuático, a tamaño real colocado en el tejado del edificio. Mar Numus es uno de los siete centros del Territorio Dinópolis, y puede visitarse sábados y domingos. En las vacaciones de Semana Santa abrirá todos los días, del 15 al 22 de abril.

Primeras pinturas rupestres

Dejando atrás la señalización del PR-TE 5, empieza a adentrarse en el Barranco del Cabrerizo. Se trata de una pista que poco a poco irá ascendiendo por el fondo de la hondonada para al final convertirse en sendero. Al paso quedarán numerosos huertos abandonados, varias masías de igual suerte, chopos y fuentes, como la de la Cruz y la del Cabrerizo, cuyo nombre comparte con las pinturas rupestres que se sitúan entre los dos manantiales que surgen de la montaña. El abrigo, que se encuentra protegido por unas rejas, es una de las principales manifestaciones del arte rupestre levantino, y está incluido en el denominado 'Parque Cultural de Albarracín'.

En unos minutos, se desvía para visitar el abrigo del Torico del Navazo, donde se pueden admirar en la piedra pinturas de toros blancos, algunos de más de un metro, repintados en negro y rojo. Después, vuelve al mismo desvío y continúa por el GR 10 hasta llegar al Área recreativa del Navazo. Aquí está el Centro de información del parque cultural, lugar donde empieza el tramo circular que nos lleva por el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, un impresionante conjunto rocoso de areniscas de color rojizo, sobre el que se asienta una extensa masa pinar de pino de rodeno, o resinero, con ejemplares que crecen a veces en lugares que parecen imposibles.

Tras adentrarse en el pinar de rodeno, encuentra a su paso varios abrigos con pinturas rupestres y el acceso al mirador del Arrastradero. Deja atrás el balcón y vuelve al sendero circular. La senda continua hasta la caseta de resineros; esta antigua infraestructura permite imaginar el aprovechamiento que se hacía del pino rodeno, que se utilizaba para la extracción de resina, con la que se hacía, por ejemplo, la pez que cubría el fondo de las botas de vino, o la empega de los ganados ovinos (la marca con las iniciales del ganadero). La ruta sigue por un jardín botánico hasta toparse con la carretera que lleva de nuevo al Área recreativa del Navazo, desde donde se puede emprender el regreso a Albarracín desandando el camino.