Gallocanta recupera el agua y las grullas en la laguna y el turismo en su entorno

El registro de estas aves es el más alto de los últimos 15 años y eso repercute en una mayor afluencia de visitantes.

Javier Mañas, responsable del Albergue Allucant, junto a reproducciones de aves en Gallocanta.
Javier Mañas, responsable del Albergue Allucant, junto a reproducciones de aves en Gallocanta.
Macipe

Hace un año, el protagonismo en la laguna de Gallocanta no lo tenía una presencia, sino una ausencia: la del agua y, por consiguiente, la de sus visitantes más ilustres, las grullas. Una amplía costra de sal era la tónica dominante en este espacio natural aragonés. Doce meses más tarde, y tras una buena temporada de lluvias, el agua y las aves vuelven a centrar todas las miradas en el entorno de uno de los humedales más reconocidos en todo el país.

En el último censo elaborado por el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, el pasado 27 de diciembre, se contabilizaron 45.966 ejemplares, frente a los 560 que se registraron por las mismas fechas en 2017. Se trata de la cifra más alta en este punto de la invernada desde 2013 y hasta la fecha también marca el promedio de conteos más alto a estas alturas del calendario, al menos en los últimos 15 años, según los datos que ofrece la propia consejería.

"Hemos pasado del negro al blanco. El año pasado fue como para las estaciones de esquí un invierno sin nieve", sintetiza Javier Mañas, responsable del Albergue Allucant, uno de los indicadores de cómo está funcionando la temporada turística. En este sentido recuerda que en los últimos meses de 2017 "no había ni agua, ni grullas y ni visitantes", mientras que ahora "el paisaje está muy bonito, hay agua, grullas y eso se nota en el número de personas que vienen por aquí".

En su caso, los días de más afluencia son, lógicamente, los fines de semana: "Este año no hemos llenado, aunque hemos rondado el 80%. Pero en noviembre de 2017 llegamos a estar algún fin de semana con solo una habitación ocupada". Con sus 23 años de experiencia en el sector, Mañas sabe bien que el perfil de clientes que pasa por su establecimiento suele residir en España y son familias jóvenes: "Por número en pernoctaciones, suelen ser más catalanes, vascos y madrileños. Mientras que la gente que viene de Zaragoza es la más numerosa para pasar el día".

Asimismo, hasta su establecimiento se han acercado viajeros de varias nacionalidades: japoneses, americanos, australianos, italianos… "La riqueza de la Laguna de Gallocanta es muy reconocida también fuera de nuestro país", destaca Mañas. "Entre las últimas visitas curiosas, tuvimos a una turista china que iba en bicicleta", recuerda. También incide en que los visitantes "valoran mucho el paisaje, con la lámina de agua, y también los amaneceres y atardeceres". Todo ello le ha valido para que algunos programas turísticos que ofrece Allucant fuera reconocidos en 2017 como la segunda mejor experiencia turística de Aragón.

Por su parte, desde la Asociación Amigos de las Grullas, su presidente Diego Bayona, lamenta que este año el problema se encuentra en el estado de los caminos que rodean el humedal. "En la última reunión del patronato fue una de las cosas que se comentó. Por las lluvias y la humedad estas vías necesitan ser acondicionadas, porque si no llegan los coches y hay que sacarlos con los tractores", explica. Al menos Bayona comenta que esta temporada la gestión de los hides –los puntos para tomar fotografías que lleva la DGA– ha mejorado con respecto a años anteriores, siendo más accesible para las personas que los solicitan.

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